Leer tu publicación me hizo recordar los días en los cuales tenía que estar en el estado Vargas por muchas horas por motivos laborales. En esos días me hice un hábito. Antes de iniciar el regreso a Caracas, iba a observar el mar, que en su inmensidad me daba mucha tranquilidad, lo que requería para
el regreso. Ese hábito aún existe. Me encanta ver el mar cada vez que visito el estado Vargas. Debo destacar que me encanta estar allí, sentada viendo el mar.