Antes de comenzar la historia, debemos ponernos en contexto, lo que les narraré a continuación es bastante antigüo, sucedió en una época en la que no existía absolutamente nada de tecnología, un tiempo en el que las personas no se preocupaban por si el steem subia o bajaba. Teniendo eso en cuenta, comenzemos nuestra historia.

En un pequeño pueblo de Irlanda, un campesino se encontraba trabajando como de costumbre, talando algunos árboles con el fin de recolectar suficiente madera para poder sobrevivir el frío y duro invierno que se avecinaba. Caminando por el bosque, se topo con un enorme árbol que estaba casi por completo congelado, muchas estalactitas de hielo colgaban de sus ramas, por alguna extraña razón este árbol llamó muchísimo su atención, éra tan hermoso que pensó que sería mejor no talar dicha maravilla de la naturaleza.

De camino a casa, iba pensando en la extraña energía que sintió al estar junto al árbol, y lo increible que seria poder mostrarle tal belleza a su esposa e hijos. Al llegar a casa, almacenó la madera que había recolectado y se dirigió, como de costumbre, derechito a la chimenea para colgar sus medias que estaban completamete heladas. Pasaron los días y el inclemente invierno llegó al pueblo, mucho más gélido y potente que el de años anteriores. En vista de que casi ni podían salir de sus casas, los aldeanos se idearon un sistema para comunicarse entre si con pequeños faroles, que mientras estuvieran encendidos indicaban que las personas de esa casa se encontraban bien, y con los recursos suficientes para mantenerse en el invierno.

Una fría noche, el campesino se percató que una de los faroles de su vecina se estaba apagando poco a poco, por lo que decidió acercarse hasta la casa para preguntar si todo se encontraba bien. Al llegar pudo notar que la señora que vivía en dicha casa se estaba quedando sin madera para su chimenea, cosa que el sabía aniquilaria a la familia completa, ya que sin fuego para calentarse, moririan bastante rápido gracias a las bajas temperaturas que se manejaban ese invierno. En vista de que la madera que el tenía en su casa, no era suficiente para compartir con la otra familia, decidió salir al bosque a buscar un poco más de Madera.

Caminando por el bosque, volvió a toparse con el magnifico árbol que lo había maravillado en días anteriores. En vista de que la temperatura no le ayudaba con su tarea, decidió no seguir caminando y talar ese árbol, que además de bello, se notaba que poseia una madera bastante buena para la fogata. Esa noche a llegar a su casa, coloco el árbol junto a la chimenea, y se fue a dormir. A la mañana siguiente todos sus vecinos estaban frente a su puerta maravillados con el espectaculo que se presento en la casa de aquel campesino aquella noche. Todos alegaban que de aquella casa salian rayos de distintos colores en todas las direcciones, muchos pensaron que era algo divino, algo fuera de este mundo, pero lo que realmente les sorprendió fue lo que sucedió después.

Luego de ver ese espectaculo de luces, todos los aldeanos querian quedarse para admirar el evento de cerca, si es que se repetía nuevamente. Efectivamente al caer la noche, a sólo 15 segundos para las 12, quedaron impactados al descubrir que las brillantes luces de colores provenian del árbol que el campesino habia llevado a su casa anteriormente. Era un evento realmente digno de admirar, algo que hasta ese entonces ninguno había presenciado, esa noche hicieron una gran celebración en torno al árbol y su increible juego de colores.

A la mañana siguiente, cuando todos los Aldeanos se acercaron a las chimeneas de sus casas, en busca de calcetines calientitos, se encontraron con la gran sorpresa de que dentro habían unas pequeñas piedritas doradas que brillaban un montón, mientras que el campesino que llevó el árbol mágico a la aldea, descubrió regalos debajo del árbol, igual que los demás, un motón de piedritas brillantes. La única reacción del campesino, fue exclamar vigorosamente ¡Gracias! ¿Qué más puedo pedir? La Naturaleza siempre me bendice. Los aldeanos asumieron esto cómo un regalo de las divinidades, de la madre naturaleza, pero quién sabe, seguro que algunos de los Steemians Duendecillos metió su manó por allí para dar regalos a todos.

A partir de ese invierno, cada año el mismo evento se repitió una y otra vez, más adelante a la festividad se le nombró Navidad, y es así como nace la tradición de decorar el árbol de navidad con lucecitas, y colgar las medias en la chimenea esperando a que Santa o los Steemians duendecillos nos concedan un regalito lleno de cariño. Los Aldeanos tuvieron una feliz navidad ese año, pero también crearon una de las más populares tradiciones que persiste hasta nuestros días.