Vivir en Venezuela: El Bolívar Fuerte: La Fuerza del Billete | Ensayo de opinión basada en hechos por @mariacaffrey

Desde épocas de la antigüedad, ha existido un sistema de canje de objetos de valor entre los seres humanos, siempre con el fin de llegar a un bien común. En Venezuela, por muchos años, las formas de pago consistían en el intercambio de granos de cacao, oro, y luego perlas, siendo las primeras monedas introducidas a las comunidades indígenas por los conquistadores españoles. A partir de este momento, y en los años que le siguieron, hubo en el país un cono monetario, que se fue expandiendo y evolucionando, tras la época colonial y los movimientos independentistas, y con respecto a las necesidades de la población, para llevarse a cabo la compra y venta de bienes o servicios. [Fuente: Finanzas para todos]

Pasando por el “peso venezolano” y luego sólo “venezolano”, en la segunda mitad del siglo XVII, se bautiza la moneda oficial como “bolívar”, en honor al Libertador, sencillo nombre que fue conservado desde ese entonces hasta inicios del siglo XXI, cuando en el 2007, mediante un Decreto con Fuerza de Ley por el entonces Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez,  se cambia la escala monetaria del país, y se comienza a utilizar la denominación de “bolívar fuerte”. [Fuente: Wikipedia]

Para este momento, muchos se preguntaban ¿por qué “fuerte”? ¿Por qué no sólo “bolívar”, como lo había sido por tantas décadas? El fin práctico de este cambio para una exorbitante cantidad de personas quedó en signo de interrogación, especialmente para la población de avanzada edad. El decir que diez mil Bolívares, de un día a otro, pasaran a ser diez Bolívares fuertes, sonaba a debilidad, y sonaba a despojo. “Debilidad y despojo”, ya por más de diez años.

Continuando con lo antepuesto, y para posterior consideración, cabe destacar que aproximadamente, luego de los primeros cinco años de su aparición, el uso de las monedas que comprendían uno, cinco, diez, doce y medio, veinticinco y cincuenta céntimos de bolívar fuerte, además de la moneda de un bolívar fuerte, aunque teóricamente tuviesen validez, dejaron de ser aceptadas por un sinfín de negocios, y, por ende, dejaron de ser vistas prácticamente. Surge la pregunta del porqué, la cual es respondida, hoy en día y de la misma manera, por cualquier ciudadano: ninguna de estas monedas servía para comprar nada, y entregarlas como limosna era un insulto hacia el mendigo.

No tenía sentido llevar monedas, era un peso innecesario. Poco a poco este mismo fenómeno de las monedas, comenzó a verse con los billetes de menores denominaciones, comenzando con el billete de dos Bolívares fuertes, luego el de cinco y el de diez, llegando hasta el punto en que los únicos habitantes de los bolsillos del ciudadano venezolano eran billetes de cien, de cincuenta, y, a regañadientes, billetes de veinte. Todos querían deshacerse de cualquier otro, inclusive los bancos, creándose un ciclo de inconformidad entre depósitos y retiros.

[Fuente: 2001]

Asimismo, Biaggio Pilieri, diputado a la Asamblea Nacional por el estado Yaracuy, informó al periódico El Nacional a finales del año 2016 que, “cada billete impreso en la Casa de la Moneda, de cualquier denominación, tiene un costo de cuarenta Bolívares fuertes”.  Dicho esto, resulta difícil creer que, verdaderamente, el costo de fabricar un billete puede ser mayor al valor del mismo, y es fácil llegar a la conclusión de que su impresión no significa más que una pérdida para el sistema económico del Estado. [Fuente: El Nacional]

Es de esta forma que el Banco Central de Venezuela, a través de sus representantes, toma la medida de ampliar el cono monetario con el fin de hacer más eficiente el sistema de pagos y transacciones comerciales, y minimizar los costos de producción de las especies monetarias. Así, es publicado en la imprenta nacional que a partir de la fecha 16 de enero de 2017, entrarían en circulación los nuevos billetes, en la forma de quinientos, un mil, dos mil, cinco mil, diez mil, y veinte mil; además de monedas de diez, cincuenta, y cien Bolívares fuertes.

[Fuente: Roberto Weil Comics]

Tener un billete de veinte mil Bolívares fuertes en la billetera, dos de diez mil, o cuatro de cinco mil, físicamente, representa un alivio para el venezolano con respecto a cómo sería la situación con billetes de cien. Más de uno al cobrar la pensión, o en día de quincena, temía luego tener que llevar numerosas pacas de billetes en las manos, siendo la inseguridad un hecho más que innegable.

Sin embargo, esta situación representa también un pesar inmenso: un sueldo mínimo, el trabajo de todo un mes (que sin contar el CestaTicket serían ~136.500,00 Bfs*), es traducido prácticamente en seis billetes de 20.000,00; un billete de 10.000,00; un billete de 5.000,00; un billete de 1.000,00; y un billete de 500,00 Bolívares fuertes. ¿No suena mal, o sí? Hipotéticamente, imaginando que en el país hay suficiente efectivo para pagar a cada venezolano que necesita en efectivo esta cantidad de dinero, suena bastante prometedor. [*Fuente: Actualidad 24]

Aun así, sería una ocasión en la cual la inseguridad continuaría jugando un papel importante, el factor riesgo sería el mismo, y en caso de un hurto o robo (cosa común en  Venezuela), un ciudadano corre el riesgo de quedar sin nada.

Es de importancia destacar que dicha medida, a pesar de todo, ayuda y facilita el manejo del dinero en efectivo en el país, con la condición de que para cualquiera es más sencillo llevar consigo, por ejemplo, un billete de 20.000 Bolívares fuertes, en lugar de llevar doscientos billetes de 100 Bolívares fuertes, que era el billete de mayor denominación anterior a la medida. Sin embargo, la ampliación del cono monetario, además de volver la compra y venta un poco más sencilla para los ciudadanos en cuestiones de volumen, sólo se limita a representar en tres dimensiones el proceso inflacionario que afronta el país.

[Fuente: Roberto Weil Comics]

Ya fue mencionado que en año 2007, con el pretexto de la potencia económica de Venezuela, se decidió eliminar “tres ceros” a los billetes; ahora, partiendo de esa premisa, se podría llegar a la conclusión de que la inflación se los devolvió. Podría decirse, incluso, que ya no hay diferencia con el cono monetario del mencionado año, exceptuando, por supuesto, el hecho de que con diez mil Bolívares fuertes, no se compra lo que se compraba con diez mil Bolívares “de antes”. No obstante, el valor de los nuevos billetes pone la ineficiencia del Gobierno en medio del escenario y bajo el reflector, evidenciando que la ampliación del cono monetario resulta más alcanzable que la modificación de políticas económicas. 

Nota: Este es un artículo escrito por mi, y todo el contenido es una opinión crítica.

Los Blogs "Vivir en Venezuela" no están destinados a mostrar lo mal que le puede ir a un venezolano en su día a día; están destinados a demostrar al mundo cómo la situación económica, social y política a causa de malas medidas tomadas por el gobierno pueden llegar a afectar a los ciudadanos de a pie en todos los aspectos posibles.

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