Máxima del día – 20 de octubre

Si atendiéramos a las tribulaciones con reflexión cristiana, y se desvanecieran de nuestro espíritu todas las nieblas de las máximas del mundo, las cuales oponiéndose a los resplandores de la fé, no les dejan penetrar hasta lo interior del alma, nos tendríamos por dichosos de ser calumniados y reputados no sólo por hombres inútiles y superfluos, sino por malvados y viciosos.

_{Tomado del Diario de Máximas, sentencias y dichos memorables de S. Vicente de Paul, Fundador de la congregación de la Misión, y de las hijas de la Caridad. Sacado de su vida escrita por Monseñor Ludovico Abelli, obispo de Rodez. Barcelona. 1834.}