Homenaje a Rodari: Concurso de escritura creativa 1: Funciones de Propp: Chantal y el caldero

Cuando era adolescente decidí emprender un viaje porque quería conocer el mundo. Al momento de partir mi tía me regaló un caldero con la excusa de llevar un recipiente para poder preparar mi comida. El caldero era pesado pero la idea me gustó porque en él yo había aprendido a cocinar.

En cada pueblo donde estuve, y decidía parar, buscaba tres piedras para hacer un fogón y empezaba a hacer mi comida. La gente, por curiosidad, se acercaba a ver lo estaba haciendo y para ayudarme me regalaba hortalizas de sus cosechas. Luego, se quedaban a comer conmigo y nunca faltaban las historias ni la comida.

Cierto día encontré a un maestro que estaba triste porque sus alumnos tenían hambre y no le prestaban atención. Rápidamente, fui al entramado de algo que parecía una cocina y empecé a hacer una comida con los ingredientes que llevaba conmigo. Los olores acercaron a los niños y al maestro hacia donde yo estaba. Todos comimos; la tristeza se transformó en alegría y el maestro incluso improvisó una canción mientras sus ojos se quedaron fijos en los míos.

Allí me detuve.

Siete años después había nacido mi hija Chantal y no me sorprendí cuando la vi hablando con el caldero. Sí, el caldero le hablaba a ella como me había hablado a mí y como le había hablado a mi tía, a mi abuela y a mi tatarabuela; sólo hay que saber escucharlo. El caldero contenía nuestra historia familiar y nuestros aromas culinarios; en él se forjaban la abundancia, lo mágico de la amistad, y la felicidad.

Con Chantal hablándole al caldero me redescubrí y comprendí que él había encontrado a su nueva heredera.

Dados para ejercicio de Homenaje a Rodari

Viaje-Objeto mágico

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Saludos infinitos y hasta un próximo post.