Las ganas de vivir

Hoy de la mochila de María salieron estas fotos de dos especies vegetales que decidieron vivir pese a las circunstancias, demostraron que la existencia vale la pena, que la belleza es una elección y que definitivamente es un reflejo del alma, de lo interno. Su sabiduría y sutileza nos sugiere que si respetamos nuestra esencia todo cobrará mayor sentido, las sonrisas saldrán con total espontaneidad y comenzaremos a vibrar en un mundo lleno de hermosas posibilidades.

Estas lindas chicas, simplemente no se resistieron, decidieron ser parte “de” y mostrar su esplendor, entre el alambre están frescas, lozanas en total armonía.

A estas flores de diminuto tamaño se les conoce como Cariaquito, Confite o Banderita Española, su nombre científico es Lantana, pertenece a las verbenáceas. La planta en su totalidad puede llegar a medir hasta dos metros de altura. Su aroma dulce atrae a insectos que se alimentan de su néctar (nectavivaros).

Este increíble arbolito decidió nacer y vivir en el peldaño de una roca que reposa al borde de una carretera poco transitada. Allí esta con unas inmensas ganas crecer, disfrutar del sol, la brisa, esperando ansioso que la la lluvia lo nutra y lo haga brillar.

El Cinaro (Psidium caudatumes) es un árbol de los Andes venezolanos crece en altitudes entre 1600 y 2600 msnm, esta especie mide de 7 a 16 metros de altura, hojas blancas y un pequeño fruto comestible adornan su follaje. Es muy utilizado por los campesinos para múltiples labores por tener una madrea fuerte y duradera. Se le extraen aceites esenciales que se utilizan en cosmética y terapias alternativas para la salud.


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Una ruta más, un día más, sonrisas, amigos, montañas y ríos.

Texto de mi autoría
Fotografías tomadas con celular Moto E4

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