Era aún joven cuando su abuela se fue al cielo, pero esos años que vivieron juntas le bastaron para aprender un montón de cosas y forjar en ella la gran mujer que era. Ahora ya transcurridos los años Ana era una mujer casada y con hijos. Cualquiera que la viera la consideraba una mujer feliz y lo era, no había duda de eso.

El secreto de su felicidad estaba escondido bajo su almohada, allí reposaba un hermoso libro con cobertura de terciopelo púrpura que le regaló su abuela cuando cumplió los 15 años. Desde ese entonces Ana lee el libro en búsqueda de ideas, consuelo, respuestas o simplemente para entretenerse.

Su abuela Margarita siempre fue muy buena escritora y desde que supo que su nieta crecía en el vientre de su amada hija, empezó a escribirle hermosas y sabias líneas en aquel libro. Margarita no era psicóloga ni nada por el estilo, solo quería regalarle a su nieta los aprendizajes que ella había obtenido y así guiarla cuando ya no pudiera estar cerca de ella.

Léelo Ana Paula y escribe tu también, le dijo. He dejado páginas libres para que anotes en ellas tus pensamientos e ideas, guardarás mi libro debajo de tu almohada y de esa forma siempre estaremos juntas. Y así lo hizo Ana, durante mucho tiempo leyó y escribió. Inexplicablemente el libro siempre tenía páginas escritas y páginas por escribir. Ella nunca terminaba de sorprenderse porque no importaba cuan rara o difícil de entender era su duda, allí siempre encontraba alguna explicación o algún consejo.

Cuando estuvo ya muy mayor y sus ojos ya no veían las letras, decidió contarle a su nieta Emilia la gran historia del libro que compartía con su abuela y al finalizar el relato repitió las mismas palabras que erase una vez Margarita le dijera "Y guardarás mi libro debajo de tu almohada".