Anacleta está muy ocupada limpiando y arreglando la casa, es que hoy viene Purita su amiga del alma y además hace años que no se ven. Purita es muy limpia y pulcra, siempre tiene su casita arregladita y oliendo muy rico. Eso le gusta a Anacleta y siempre trata de hacer lo mismo, pero tiene cuatro hijitos muy inquietos que corretean por la casa ensuciando y desordenando cuanta cosa ordena o limpia la pobre Cleta.

Ramón su marido, se está quedando sordo, aún no se sabe si es alguna enfermedad o es simplemente para no escuchar las quejas de Anacleta. "Niños no corran en el patio que acaba de llover y ensuciarán el piso", "Porque están los juguetes otra vez desordenados, si los acabo de recoger", "Ramón ayúdame", "¿Quién botó jugo en el suelo?", "¿Ramón sacaste la basura?", "¿Ramón me escuchas?", "¿Ramón?", "Ramón".

Anacleta detiene sus pasos, voltea , lo mira y con disimulada calma le dice; "No me grites Ramón" a lo que él muy tranquilo responde "NO TE ESTOY GRITANDO". Anacleta camina apresuradamente hacia él y colocando su cara frente a la de su marido le repite demostrando mucha ira "Te dije, que NO me grites. Ramón". El hombre incómodo por el comportamiento de su mujer no puede evitar molestarse y esta vez si le grita, le grita con todas las fuerza y ganas acumuladas durante tantos años de escuchar quejas y más quejas, le grita, le grita y de sus pulmones, garganta y boca sale un estruendo inimaginable.

Este micro relato es parte del reto propuesto por @nakary, un desafío muy divertido e interesante en el que me ha invitado a participar. La primera parte del reto consiste en crear un texto, ya sea, literario, informativo o publicitario, a partir de la imagen que ven arriba.