Mi hija de 5 años se parece un poco a mi, y digo un poco porque sé, que ella es ella y sus experiencias y aprendizajes no serán los mismos que los míos, pero no puedo dejar de desear, compartirle las cosas buenas que he descubierto, para que también disfrute de placeres infinitos como lo he hecho yo.

Mis queridos lectores de Steemit, mil gracias por pasar a leer mi publicación. Hoy quiero contarles de una bonita experiencia que viví con mi hija, una de tantas, que me hacen sentir orgullo y mucha emoción.

En anteriores artículos les he comentado cuanto me gusta leer, y en alguna oportunidad aclaré que fue gracias a mi madre @charjaim, que conocí el increíble mundo de la lectura. Siempre quise ser mamá y anhelaba el día en que yo también le presentara a mis hijos el mundo de las historias. No tenía ninguna estrategia pautada, simplemente estaba esperando que llegara el momento en que mi hija ya supiera leer y allí le mostraría los libros y cuentos que según yo, le gustarían.

Desde que nació, le he comprado libros de cuentos infantiles, y su abuela materna también le ha regalado varios, que a mi hija al principio le ha gustado hojear y manipular, pero luego los ha olvidado y sustituido por la televisión, la pc o algún juguete. Comportamiento absolutamente normal en una niña de 3 y 4 años.

No he querido presionarla ni obligarla a que le gusten los libros solo porque a su mamá le encantan, así que la he dejado explorar, revisar y tomarse su tiempo.

Imaginaba que sería quizás a los 10 años que se entusiasmaría por la lectura, por eso me sorprendí cuando hace poco y con 5 años de edad me pidió que le leyera un libro, que se encontró en nuestra habitación.

Es un libro de tipo novela infantil, ilustrado con vistosas imágenes que le llamaron mucho la atención. Controlando mi eufórica emoción me dispuse a leerle, aprovechando que estábamos en el jardín porque se había ido (no sé porqué causa) la electricidad.

Pasó alrededor de una hora mientras le leía a mi hija, debo confesar que estaba esperando el momento en el que se aburriera y me pidiera parar para ir a jugar, pero ese momento nunca llegó, quién si llegó, fue la luz y al entrar de nuevo a nuestro cuarto con la tentadora distracción de la computadora y la televisión, también esperé a que me pidiera que dejara de leer para irse a ver tv o jugar en la pc.

Al contrario de lo que yo pensaba, mi hija estaba cada vez, más entusiasmada con la historia y me pedía que siguiera, que no me distrajera, que le contara más y más. Pasamos más de cuatro horas leyendo, hasta que llegamos al final de la historia.

Mi animada niña, no dejaba de hablar y recapitular los sucesos de aquel relato. Con emoción recordaba cada aventura de la historia y me rogaba, que le leyera otra, que buscara más libros y se los leyera todos. Cuando le explique que ya habría tiempo para leer muchos más, que esperáramos otro día, su respuesta fue: ¡ Mami, entonces enséñame a leer pronto, que hay muchos libros y quiero leerlos todos!

Desde ese día, revisa libros, los hojea e imagina de que trata cada historia. Está muy interesada en aprender a leer y practica con entusiasmo letras y palabras.

Yo por mi parte, no quepo en mí, de la alegría y trato en lo posible de ayudarle en su propósito de aprender a leer, además de compartir con ella, ricos momentos leyéndole, donde miro con ternura como mi hija se enamora más y más de la lectura.