Concurso de Nano Narrativa (Semana 12) | El nuevo amanecer

Tenía ya mucho tiempo preparándose para este día, precisamente cuando amigos y parientes fuimos dejando de visitarlo. Una cosa fue la alegría de verlo regresar con vida de aquella aventura arriesgada de enlistarse en la guerra y otra distinta lidiar con las tareas que cotidianamente nos presenta la vida. Aunque todos comprendíamos cómo había sido posible que el hijo más dulce de Doña María hubiera agarrado el fusil y con espontáneo patriotismo se fuera a las guerras del país.

Esmeralda era la causa de aquel impulso abrupto de irse a matar o morir. La conoció en la escuela y desde entonces tanto su ilusión creció sin que se atreviera a confesarla, que llegó casi a adulto y a un paso de la locura, cuando decidió por fin a decirle que la amaba. No es que ella no lo hubiera apreciado en cierta medida desde pequeños pero nunca lo consideró como algún candidato para depositar su corazón. Era solamente un amigo del vecindario de quien disfrutaba sus muecas nerviosas cuando lo encontraba en la playa.

La mañana en que irían a encontrarse en el parque, recibió el mensaje de que Esmeralda no podría asistir por algún malestar repentino. Después de darle vuelta a muchos pensamientos dolorosos decidió resolver el asunto y se encamino a su casa con el propósito de expresarle su grande amor. Debió intuir que el mensaje mañanero revelaba más significados, siendo muestra de desinterés y que era mejor mantenerse alejado. Iba a tocar a la puerta de Esmeralda cuando esta se abrió, dándole paso a ella con su novio quienes iban de salida y vestidos de paseo. Corrió el hijo de Doña María sin decir palabra, sólo para enrolarse en el ejército unos días después.

Regresó de aquellas carnicerías muy transformado, con un año de ausencia se había hecho viejo a causa de vivir entre las balas. No era poca la preocupación de su madre y nuestra, procurábamos siempre alegrarlo exaltando su heroísmo, agradecidos de tenerlo de vuelta para contar sus experiencias. Él sólo sentía la falta de alguien que había amado desde la escuela primaria y que ahora era una mujer casada. Las del alma eran las heridas que tristes cantaban.

Hoy lo encontramos en el patio de su casa, donde tanto disfrutaba el sonido del oleaje. Decidió con unas cuerdas quedarse en un árbol colgado, quieto. Espero que algún nuevo amanecer esté iluminando su frío cuerpo.

Con emoción por participar por vez primera, presento mi entrada para el concurso de Nano Narrativa (Semana12), promovido por @Acropolis. Es un impulso inspirador el hecho de presentar estas oportunidades de creación y es un gusto ver a tan buenos autores contribuyendo con su obra al crecimiento personal y comunitario. Mi felicitación va también para los organizadores del concurso. Que haya para todos mucho disfrute en este camino de letras.

Para participar, puedes encontrar las bases del Concurso de Nano Narrativa de @Acropolis en el siguiente: (ENLACE).

^@LeVeuf

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^{Esta narración por Miguel Ángel Canto está bajo una licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial 4.0 International License
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