Querer sin ser querido.

QUERER SIN SER QUERIDO.

Querer sin ser querido es en el mundo
el puñal que no mata pero hiere,
se está triste, se está meditabundo
de por qué uno querrá y no se le quiere.

Se llora de dolor después de un sueño
que fue precioso en el amanecer
y aunque toda esperanza pierde empeño
no dejamos la lucha por tal ser.

Cuando amamos y no somos queridos
deseamos ser de impulso muy potente
para clavar de dicha los sentidos
de quien amamos desquiciadamente.

Querer sin ser querido es penitencia
del corazón humilde que ama tanto
y al volvernos tan necios es la ciencia
un libro de ilusión de hojas de llanto.

Querer sin ser querido es la esperanza
de ver una gaviota en el desierto
creyendo que su vuelo en lontananza
deja de ser un espejismo incierto.

Cuando amamos sin ser correspondidos
creemos hasta en las fórmulas mágicas
y a veces al mirarnos ya vencidos
hay en el alma sensaciones trágicas.

Mas es raro que exista tal renuncia
porque es de cristal fino el corazón
y el alba alentadora nos anuncia
el nacimiento de una nueva opción.

Querer sin ser querido es una angustia
de poder arribar a lo impalpable,
nos parece un edén la rosa mustia
y una declaración la voz amable.

Querer sin ser querido es gravedad
aunque físicamente estemos sanos
y toleramos hasta la piedad
de unos labios que son tan solo humanos.

Pero a veces querer sin ser querido
proporciona de dichas una gama
como en estos momentos confundido
¡¡¡ADORO A UNA MUJER QUE NO ME AMA!!!