Mi buen amigo @steeminganarchy se enorgullece de presentar una aventura en alta mar.

Nuestro drama de alta tecnología en alta mar continúa.......

Caro se agarró de la frente. Dolor de cabeza. Otra vez no. ¿Qué querían ahora? Tuvo que encontrar un equipo de RV rápidamente. No lo necesitaba para comunicarse. Los cambios en su ADN se encargaron de eso. Necesitaba parecer que estaba teniendo una conversación normal de RV, en lugar de parecer una lunática delirante que hablaba consigo misma.

Hizo un trato rápido con alguien de un salón de arte y café y pagó una cantidad exorbitante. El dolor tiende a hacer del dinero una preocupación secundaria con bastante rapidez. Encontró un área aislada en la parte de atrás del salón y se puso los auriculares.

Torcer apareció ante ella. "¿Dónde estás, Caro? Tu señal ha sido irregular en las últimas horas".

"Vergüenza", dijo Caro con distanciamiento mientras se hundía en los gruesos cojines.

"Hablo en serio, Caro. Esto no puede suceder."

"Estoy seguro de que entre tú y tus maestros de la tecnología, puedes averiguarlo."

"Deja de tratarme como si fuera el malo."

Se sentó y dijo con fuerza: "Tienes al padre de mi hijo en la cárcel. No intentes delegar tu culpa. Eres responsable de tus acciones, como todos los demás en este mundo".

"Sabes tan bien como yo, que si yo no estuviera haciendo mi papel, entonces alguien más lo haría. Ahora dime por qué demonios tu señal es tan débil, y ambos podemos pasar a cosas mejores".

"Probablemente sea la profundidad. Trillones de galones de interferencia de agua salada".

"¿Estás en The Pit?"

"El único e inigualable".

"¿Por cuánto tiempo?"

"¿Alguna vez sabemos con certeza cuánto tiempo estaremos en algún lugar?"

"A pesar de todo, tenemos que arreglar este problema de comunicación. Tendrás que venir una vez al día para encontrarte cara a cara."

"No es posible."

"¿Una vez a la semana?"

"No puedo garantizar nada. Veré qué puedo hacer".

"Mientras tanto, se le dará prioridad a la amplificación de su señal."

"Recuerdo la última vez que surgieron algunos problemas técnicos. Trata de no enviarme al hospital de nuevo, ¿quieres?"

"Eres demasiado valioso para perderte, así que estoy seguro de que los técnicos tendrán mucho cuidado."

"¿Importarme? Hablas de esas máquinas como si tuvieran emociones. ¿Ya terminamos, Torcer?"

"Supongo".

Torcer dejó sus auriculares a un lado y observó su apartamento por un momento. Un robot de servicio le trajo su habitual Kelp Ale, limpia, en un vaso retorcido. Examinó el líquido verde turbio. ¿Cómo es posible que algo tan inocuo haya sido ilegal hace tan poco tiempo? Entonces se recordó a sí mismo que lo mejor era no pensar en esas cosas. Después de todo, no le pagaron para que pensara en ese tema en particular, ¿verdad?

Dio un cálido sorbo y se dirigió a su pequeño patio de piso de cristal, a más de media milla en el aire. Se preguntaba sobre The Pit. Se preguntaba cómo sería. Era algo que nunca podría saber. A todos los ciudadanos de la Unión Euroamericana se les prohibió ir a The Pit, o a cualquier parte de The SeAgora. Se consoló con otro sorbo de neblina y la idea de que al menos tendría algunas vistas interesantes de The Pit a través de las transmisiones clandestinas de Caro.

Miró por la ventana hacia la brillante noche de paisaje urbano. "Computadora, quite el campo de fuerza."

"Acción prohibida".

"¡Bájalo, máquina! ¡No me voy a suicidar!"

"Acción prohibida. ¿Quieres un sedante?"

Todo el vidrio de las torres fue reforzado por campos de fuerza. Esto se hizo como medida de seguridad, para reducir el número de suicidios. Al menos, en torres que albergaban a personas que se consideraban suficientemente importantes para proteger.

Un sorbo más grande le hizo cambiar de opinión. Pensó en su ex esposa. Ella era tan hermosa, y ellos estaban tan felices. ¿Por qué se había suicidado? Vació el vaso y fue rellenado rápidamente. Tomó un trago solitario. Tenía un hijo con el que rara vez hablaba. Un hijo casi desempleado, que pasó la mayor parte de su tiempo y atención en los mundos de la RV, al igual que la mayoría de los demás. Lo amaba, de todos modos. El amargo veterano militar pulió la copa dos, y se le trajo una tercera.

¿Su hijo alguna vez sería aprobado para tener un hijo? D-1 y otros habían insinuado que, si jugaba bien sus cartas, entonces sucedería. Podría tener un nieto. Pero habían pasado años desde que se hizo la solicitud inicial, y él estaba empezando a preguntarse.

Decidió tomar una ducha caliente. Después de todo, no todos tienen 30 minutos completos de créditos de agua caliente al día. Será mejor que lo aproveche al máximo. Disfruta de los pequeños privilegios materiales que le otorgaron sus jefes.

Al día siguiente, Torcer hizo una inspección con un ojo atontado a sus alrededores. "Maldición", dijo con remordimiento, "Me desmayé en la ducha otra vez."

Este era un hábito desafortunado que había adquirido ya que su consumo de Kelp Ale había aumentado exponencialmente después de la muerte de su esposa. Se levantó y se miró corta y perturbadamente al espejo. Después de gritar malhumoradamente, un robot de servicio vino y lo bombardeó con frecuencias de desintoxicación. Otra ventaja temporal de ser favorecido por la clase dominante. No tuvo que lidiar con resacas. Las consecuencias se evadieron o, al menos, se aplazaron hasta un punto lejano en el futuro.

La voz plana de la computadora anunció: "Llamada entrante de Seth". Esto estiró su cara con sorpresa y salpicó su piel de cuero con un poco de agua fría. "El maldito chico debe querer dinero".

"¿Quieres que te conecte?"

"Supongo".

Una figura pastosa y pastosa apareció en la sala de estar. Estaba tumbado descuidadamente en un sillón reclinable de gran tamaño. Torcer intentó ocultar su disgusto. "Hola, hijo, me alegro de verte."

Seth habló un par de octavas más alto de lo que uno podría imaginar de una figura tan grande, "Sí, supongo". Había todo tipo de coloridas tecno-ilusiones que parpadeaban caóticamente detrás y alrededor de Seth.

Torcer suspiró, "¿Podrías apagar esa maldita cosa mientras hablamos?"

Seth hizo una mueca y metió un dedo pastoso en un panel de control. "Ahí tienes, siempre dándome órdenes."
Torcer no quería perder el tiempo y sabía que tenían poco de qué hablar. Eran el perfecto ejemplo definitivo de los polos opuestos. "¿Qué quieres, hijo?"

"¿Por qué siempre piensas que quiero algo?"

"¿Puede nombrar la última vez que llamó y no pidió nada?"

El niño mimado se cruzó de brazos y dijo: "Lo que sea....ok, necesito créditos de recursos."

"No tienen que dejarme transferirlos, ya sabes."

"Pero sabes que lo harán. Vamos, papá."

"¿Cómo va la búsqueda de trabajo?"

"Un poco lento".

Torcer hizo una mueca de dolor al saber que esto significaba que su amada mocosa ni siquiera estaba tratando de encontrar trabajo. ¿Por qué iba a hacerlo, cuando el estado le proporcionaba suficiente pan y circo para mantenerlo gordo y bajo la ilusión de la felicidad material? Aunque odiaba admitirlo, también era en parte responsable. Siempre enviaba créditos de recursos extra cuando se le pedía. El militar no podía soportar la idea de perder a su hijo como si hubiera perdido a su esposa. Pensó que si no enviaba dinero, el niño podría caer en un abismo en espiral de desencanto y muerte.

"Haré que los transfieran hoy."

"Gracias papá. Me tengo que ir. No quiero llegar tarde."

"¿Tarde para qué?"

"Un torneo".

"Tú y tus malditos juegos de RV. ¿Cómo esperas encontrar una novia si te sientas en tu casucha todo el día y..."

"¡Papá! ¡Déjame en paz! Me gusta mi vida, ok!"

Torcer gimió, "Adiós, hijo".

La aparición pastosa desapareció de la vista de Torcer. Pensó en la vida de su hijo. ¿Cómo puede alguien ser feliz con eso? Vivía en un maldito apartamento del tamaño de una caja de zapatos. Pasa casi todas sus horas de vigilia sobreestimulándose con fantasías y juegos de RV. No hay que conducir. Ninguna iniciativa. Sólo un consumidor malcriado y sobreestimulado.

El lado emocional de Torcer quería que su hijo tuviera un hijo, para que el linaje familiar continuara. Luego estaba el lado frío, pragmático y lógico de Torcer. Se estremeció al pensar en una forma de vida tan grotesca reproduciéndose. Su hijo le daba asco en muchos niveles.

Torcer pasó la siguiente hora desahogándose entrenando con uno de sus robots. Lanzaba toneladas de puñetazos y sudaba mucho. Justo cuando estaba terminando, la computadora lo llamó de nuevo, "Torcer, ya sabes..."
"Sí, lo sé. Si sabes que lo sé, ¿por qué siempre tienes que decírmelo?", dijo enojado. Se secó la cara y la cabeza con una toalla blanca y verificó la hora. "Bien, adelante, póngalo al teléfono. Fondo tropical".

Se puso unos auriculares y se sentó casualmente en un sillón de salón. Luego se encontró cara a cara con Ventorin. Torcer sonrió con una sonrisa demasiado enérgica cuando las olas se estrellaron detrás de él y las palmeras se balancearon en una brisa cálida. "¡Hey Ventorin! ¡Bienvenido a Bali!"

"Ahórrame las mentiras de mierda, Torcer. No estás en Bali más de lo que yo estoy en la luna. Aunque, pareces más sudorosa de lo normal, lo reconozco. Muy convincente".

Algunas doncellas de piel dorada pasaban por el fondo. "Mira lo que te estás perdiendo, manteniéndote encerrado en esa prisión, Ventorin."

"La última vez que lo comprobé estaba aquí contra mi voluntad." Giró la cabeza y miró más de cerca a las doncellas. "Están un poco fuera de tu alcance, ¿no crees?"

Torcer se volvió un ojo casual y echó un segundo vistazo. "Uno de ellos me recuerda a una antigua novia mía."

Ventorin agitó la cabeza burlonamente. "Déjame hacerte una pregunta, Torcer. Si estás en Bali, no debes estar muy lejos de algunos SeAgorists. ¿Has hablado con mi mujer últimamente?"

"Te manda un cordial saludo y espera que algún día entres en razón."

"¿Has estado alguna vez en el SeAgora, Torcer?"

Torcer intentó mentir, pero su reacción facial no lo permitió. No podía ocultar el triste recuerdo que tenía de su único viaje al SeAgora, décadas antes. Ventorin había golpeado una cuerda profunda.

Torcer retorció su cara con tristeza y golpeó nerviosamente su mano en la cadera. "Hace mucho, mucho tiempo."

"¿Cuánto tiempo?"

"Cuando era joven, tonto, y lleno de lo que tú sabes."

"Eso es bastante antiguo."

"Cuidado con lo que dices".

"¿Qué haría un buen funcionario como tú ahí fuera? Seguramente, no tenías ninguna inclinación a..."

"No, por supuesto que no. Hace décadas, cuando el SeAgora estaba en su infancia, hubo un esfuerzo concertado para cortarlo de raíz".

"Hablando de un fracaso épico, ¿eh?" Dijo Ventorin muy divertido. Se estiró con indiferencia y sonrió. "Y tú dijiste "era". "¿Ya nadie trata de detenerlo?"

Torcer tenía una cara de póquer.

Ventorin continuó: "¿Por qué no?"

"Eso está por encima de mi autorización de seguridad, y ciertamente muy por encima de la tuya."

"¿Cuánto tiempo estuviste ahí fuera? ¿Y qué estabas haciendo, exactamente? Vamos, cuéntame algunas historias de guerra, como las que hiciste sobre tus sangrientas aventuras en la 4ª Guerra Mundial. Eres un soldado orgulloso, ¿verdad?"

"Cumplí mi misión, la dejaremos así", dijo Torcer con dureza.

"¿Sabotaje? ¿Asesinato? ¿Qué?"

"¡Es suficiente!" Torcer atacó. Cambió de tema: "Ventorin, iré a verte en persona pronto".

"Te sacaré la alfombra roja".

Torcer cortó la llamada y lanzó sus auriculares contra la pared. Maldito sabelotodo.

Publicación original de Steem en inglés .

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Foto tomada con el celular de mi esposa Samsung S4.

Traducción autorizada por @steeminganarchy.

Capitulo 11 ¡Muy pronto!

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