Blog Parte II: Fotos de Gatos

         Este pequeñín se llamaba puchi, mi papa lo trajo de la calle y estuvo un mes con nosotros, se salía a la calle a jugar, por más trabas que le poníamos, siempre conseguía la forma de escapar. Un día suponemos que se salió porque no lo conseguimos por ninguna parte, pensamos que se lo llevaron, ojala haya sido alguien de buen corazón.

          Unos meses después de la tragedia del Estado Vargas en 1999, Apareció en la casa pidiendo comida una gata gris con blanco, estaba embarazada, pensamos que quizá era de alguna familia pues estaba bien cuidada y era muy aseada., pero nadie fue a reclamarla. Ella se quedó con nosotros y dio a luz a 4 gatitos, los cuales dimos en adopción cuando estaban grandes, teníamos dos gatos, aparte de ella, un perro, más los gatos callejeros a los que les dábamos comida, eran muchos. Cuando dio a luz por segunda vez, decidimos que al ella dejar de amamantar la esterilizaríamos, esa vez tuvo cinco.

          Habían pasado casi tres semanas, los gatitos aún estaban pequeñitos, Un día su mama no regresó, buscamos por todas partes y nada, de verdad que donde nosotros vivíamos antes se nos llevaron muchos animales, pues teníamos patio y los gatos son exploradores por naturaleza así que salían a cazar, esa gata estaba acostumbrada a caminar, salir a buscar lagartijas, grillos, entre otros animalitos para alimentar a sus hijos (los que nacieron primero, estos eran muy bebés todavía) Muchas personas llegaron a pedírnosla para llevársela, pero nos negamos, Así que suponemos que alguien se la llevó.

          Nos tocó criar a los pequeños, le dábamos leche rebajada cada tres horas, con una inyectadora, éramos muy inexpertos en esa materia pero asumimos el reto, nos turnábamos en las madrugadas para darles calorcito y alimentarlos, de esos cinco una era hembra y tres machos, cuando llegaron a los tres o cuatros meses, regalamos tres , nos quedamos con uno, le pusimos de nombre chicho.

         El era muy juguetón , dormilón y consentido tanto que a mi mamá no le agradan animales en los muebles pero él siempre se apoderaba de la mecedora, nadie lo bajaba hasta que el decidiera irse, tenía una forma peculiar de pedir comida y todo lo que le provocase, parándose en dos patas , a veces sin darme cuenta se acostaba en mi cama y al despertar en la mañana lo primero que veía era su cara viéndome, estuvo mucho tiempo con nosotros, pero nada dura para siempre, un día nos dijo adiós, llore mucho la verdad , aunque tuve otros gatos después de él , nunca olvidaré a chicho el consentido.