Ya hace algunos meses que no aparecía por estas áreas. Y la verdad es que al momento de la ausencia no me ocurría tanto, pero ahora que me he dispuesto a volver, me he dado cuenta de cuánto extrañaba estar aquí. Y, al empezar a formar palabras nuevamente con el teclado, hay una mezcla de sensaciones y emociones que van surgiendo.

Como una emoción de poder compartir sentires, pensares, reflexiones que hacen sentir bien. En definitiva sensaciones que terminan siendo muy agradables.

Al mismo tiempo que había estado ausente de mis escritos en la plataforma, lo había estado de mi Sadhana personal, que es el nombre que se le da a la práctica espiritual Yogui. Esa ausencia de realizar un contacto conmigo mismo en mis prácticas de Yoga era muy similar a mi distanciamiento en la escritura.

Es interesante, realmente, la similitud entre una y otra actividad. Veo que son como partes de una misma cosa, ambas me llevan a una conexión conmigo mismo, porque para escribir hay que conectar con algo interno, de donde surgen las letras y con la práctica de Yoga igual, y la verdad agradezco poder volver a sentir esa unión.

Lo he llamado el Arte del retomar a este artículo, porque precisamente, considero y con mucha base en experiencias, que retomar debe ser un arte.

Muchas veces, del entusiasmo, sentimos que al retomar una actividad o hábito, debemos hacerlo con suma intensidad, con mucha fuerza. Pero la verdad es que considero más bien que debe hacerse con prudencia, con cuidado, porque al pasar tanto tiempo hay muchas cosas que han cambiado (porque ya lo hemos dejado claro antes; el cambio siempre está presente. Nada es permanente). Y ese cambio nos dice; ve con calma, ve con cuidado.

Tanto ahora, mientras escribo, como en mi Sadhana me lo recuerdo; ve con calma, ve con cuidado.

Ve con calma, ve con cuidado... porque no sabemos cuales son los cambios que hemos sufrido nosotros mismos durante nuestra ausencia, y los cambios que han ocurrido en esos lugares de los cuales nos hemos ausentado.

Por ejemplo, en mi práctica espiritual, al realizar Asanas (que es la palabra en sánscrito para; posturas), si retomo luego de una larga ausencia, no puedo hacerlo con intensidad, ni con fuerza, mucho menos con inconsciencia, porque al hacerlo así me expongo a la posibilidad de lastimarme gravemente queriendo realizar posturas a las cuales mi mente y cuerpo se han desacostumbrado. Lo más prudente es hacerlo con cautela, y paso a paso, poco a poco el cuerpo y la mente se volverán a acostumbrar y seremos bien recibidos, y la gracia vuelve a nosotros.

Y así como en mi práctica, pretendo hacerlo aquí. Por hoy decido escribir cautelosamente, como recordatorio de que debo ir de a poco, para poder retomar correctamente.

Así que, por hoy me despido, agradecido por estar, quien quiera que esté ahí afuera, leyendo.

Sabrán más de mí, seguramente, en los próximos días. Así que... nos volveremos a leer.

Imagen tomada por mí, en Córdoba, Argentina.