La Caída de los Reinos Capitulo XVI

Me encontraba de guardia ese día, el invierno fue muy fuerte esa temporada. Salí a hacer mi ronda por los alrededores del lago. Nada fuera de lo usual, regresé a mi puesto en la montaña, me encontré al llegar un forastero reguardado en la cueva. Pregunté ante su intrusión quien era, mas no obtuve respuesta. Seguía en el suelo envuelto en una manta, no se movía. Luego un llanto irrumpió el silencio, al parecer tenía un bebe entre sus mantas. Me acerque con cuidado y pregunte nuevamente quien era y si estaba perdido. Solo podía escuchar el llanto de un bebe, más ninguna respuesta de aquella figura que yacía en el suelo.

Con mucho cuidado moví un poco la manta por si estuviese dormido aquel extraño, pero aún seguía sin moverse y él bebe lloraba con más fuerza. Decidí levantar la manta y ciertamente era una mujer con un bebe en brazos, mas esta estaba muerta, su cuerpo estaba magullado de heridas. Me desconcertaba el cómo pudo haber llegado en esas condiciones a estos parajes bajo el inclemente invierno.

Él bebe seguía llorando, buscaba aun amamantarse de su ya muerta madre. Realmente no sabía qué hacer en ese momento. Pero tome la decisión de tratar de salvar al bebe que protegía la desconocida. Con mucho respeto envolví en cuerpo de la mujer en un trozo de tela de mis ropas. Dándole un descanso eterno en una grieta en la cueva, luego me dispuse a mantener abrigada en la manta en la que la que encontré al bebe. La levante del suelo tomando la manta y colocándola sobre mi mano. No paraba de llorar, por suerte contaba con una cantimplora llena de leche de Lontauro, mas no sabía si le gustase o como se la daría.

Continuaba llorando cada vez más fuerte, no halle otra forma más sencilla de dársela que humedeciendo mi dedo en la leche y acercándoselo. Prácticamente la empapaba, pero se calmó por un momento luego continuo su llanto, ya no quería la leche. Supuse que era por lo fría que estaba así que me dispuse a hacer fuego y a cuidar de ella. Pasaron los días y semanas dándole de comer y cuidándola. La llevaba conmigo en el bolsillo de mi abrigo, de manera que no estuviese expuesta a la helada ventisca y a cualquier peligro cada vez que salía a hacer mi guardia.

Pronto vendría el reemplazo de guardia, no sabía si realmente aceptarían que la llevase conmigo a nuestro pueblo. Salude a mi reemplazo y continúe camino, esperaba contárselo solamente a mi esposa Gadia. Pero inminentemente debía consultarlo con los jefes Theritan, mi esposa muy a su agrado recibió al bebe y la cuidamos como nuestra hija. El consenso había determinado que no representaría peligro ya que al ser un bebe no tenía idea de su procedencia.

Los años pasaron y la pequeña gano más estatura de la usual gracias a el agua y la comida de nuestras tierras durante todo ese tiempo. Tendría la altura de al menos 3 hombres para sus 14 años. Nunca nos faltaron buenos momentos y sonrisas junto a nuestra querida Apriseida. Siempre ansiosa de que la llevase de excursión en mi bolsillo. Haciendo siempre sus travesuras, y escondiéndose en el jardín de mi esposa. Aprendió con rectitud las cualidades y creencias Theritan, incluso domino el arte del hielo junto a los Chamanes, quienes le presagiaban una gran responsabilidad dada su virtud con la magia del hielo.

Mi esposa lamentablemente murió de una enfermedad que no pudimos sanar. La llevamos al Glacial junto a todos nuestros ancestros que descansaban en el frio hielo, y a la vez protegiendo y vigilando las futuras generaciones de nuestra tierra. Durante el año siguiente ella estuvo deprimida, pero yo estaría siempre hay para hacerle sonreír y levantar esos ánimos.

Pero una mañana en la que luego de levantarme no la encontré en ninguna parte, revisé todas las habitaciones, cada ropero y espacio en el que pudiese estar. Todo el jardín, caminé por todas las partes de la ciudad, pregunté a todos. Pero ninguno tenía idea de su paradero. Inmediatamente mis compañeros expertos en caza y rastreo me ayudaron en la ardua tarea de hallarla. Durante tres largos meses en los que cada día que pasaba mi angustia se convertía mas en dolor de pensar que la había perdido. Ya todos le habían dado por muerta o perdida en las heladas tundras, el frio glacial o el mar de hielo.

Yo continúe mi búsqueda en solitario durante 3 años, recorriendo todo el frio glacial, las tundras, y el gigantesco y peligroso mar de hielo. regrese a casa, pero aun con la esperanza de algún día encontrarle.

Mas hoy día a pesar de haberla visto nuevamente y que me lleno en parte de suma alegría saber que estaba con vida, el dolor de ver en quien se ha convertido y que la corrupción la había consumido me embarga de un dolor mucho mayor.

• Quieres que nos encarguemos entonces –Pregunto Marcus con tono seco.

• No será necesario, yo me encargare de enmendar mis errores y enfrentarme a ella de una vez por todas, mas requiero de la ayuda de ustedes, ya que por lo visto saben cómo enfrentarlos sería más sencillo poder infiltrarse en la ciudadela.

• ¡Muy bien fortachón veo que ya tenemos un plan!, partimos al amanecer–sonriendo

• Espero puedas dominar tus sentimientos y el dolor que te embarga mi gran amigo –agrego Tremulus.

• Lo hare…

El silencio quedo entre ellos, descansando esa fría noche con el sonido de la ventisca constante a las afueras de la cueva.

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Obra de mi Autoría.
Imágenes de:
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Pronto estaré publicando el siguiente capitulo, espero sea de su agrado y lo disfruten, recuerda que puedes apoyarme con tu Upvote, Reesteam y no olvides comentar! se despide @Kalte