La vida puede ser tan corta...

Una vez que los momentos ocurren, se vuelven nuestra historia y lo que fue en algún instante de vital importancia, se convierte en recuerdos solo visibles con el corazón; la intensidad de cada imagen depende de la belleza del momento... el primer día en la escuela, el nerviosismo de hacer un nuevo amigo y tomar a alguien de la mano por primera vez.

Recuerdos claros como un océano de cristal invaden mi memoria, las sonrisas, las miradas, los fuegos artificiales en el horizonte mientras sientes la electrizante locura de un primer beso; si quisiera describir cada ocasión me faltaría espacio en la tierra, tiempo y ciertamente palabras... por eso, el poder en nuestras almas nos permite cerrar los ojos y sentir.

La dulce sensación en la boca, una respiración profunda y una simple risa mientras cerramos los ojos y vivimos de nuevo, encajando cada sentimiento como una dulce nota musical en una corta melodía que enternece nuestro ser.

La vida, oportunidad única y grandiosa de sentir un mundo lleno de maravillosas criaturas; pero si creemos que la belleza esta en el exterior, solo detenemos nuestra vista un segundo y observamos la pureza del tiempo.

Con el pasar de los años comienzas a amar lo que alguien piensa, lo que siente, y es allí, a partir de ese día que entendemos que un vinculo verdadero es una unión inmortal que seguirá existiendo aunque los cuerpos sean polvo y las almas fluyan en los confines del tiempo...