Las palabras que los correctores ortográficos no corrigen (Educación)
Los correctores en línea se transformaron en poco tiempo en superhéroes, en la salvación para quienes por circunstancias nada loables han vivido apartados de las reglas que impone la academia para el buen escribir, las cuales son enseñadas en los institutos educativos y en muchos sectores que comprenden que entre lo más importante de la cultura se encuentra el correcto escribir.
En un primer momento fueron herramientas de los procesadores de textos que diseñados por industrias de software donde predomina el idioma inglés, resultaban más que una solución una pesadilla en la que se vieron sumergidos esos “rebeldes” que siempre han visto como un bicho raro el leer o el tomarse un tiempo para educarse gramaticalmente.
Gracias a esas desastrosas correcciones muchos quedaron expuestos ante los demás, ya que esa seudo intelectualidad se desmoronó por confiar en esas correcciones.
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Sin embargo con los años fueron mejorando, obligados por un mercado hispano que creció vertiginosamente y se transformó en un consumidor importante de esos productos.
Tras largas décadas la web se transformó en el escritorio de estudiantes, profesionales, adictos y casi todo el mundo y esos correctores, ya en algo perfeccionados, pasaron a formar parte del uso común, haciendo más fácil el escribir, tanto a quienes tienen una formación ortográfica buena como a quienes no, provocando sin embargo a los primeros una dependencia que les ha provocado el dejar escapar los errores que aún persisten en este tipo de herramientas.
De tal modo que para el lector con cierto grado de formación se le hace obvio que a pesar de la buena redacción o la calidad del escrito, existen en el mismo fallas puntuales que en ocasiones desvirtúan el documento, ya que en el español son importantes esos pequeños detalles que en otros no son indispensables, como la correcta colocación de los signos de puntuación o de acentuación, para nombrar solo dos en los cuales se cometen más errores.
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Una coma mal colocada lo cambia todo, transforma completamente el sentido de una oración, cambia los tiempos, las acciones, y mucho más, igual ocurre con los otros signos de puntuación y no existe corrector on line o en los procesadores que corrija esta anomalía, por lo que quienes tienen en ellos el soporte de su buen escribir son como ciegos que confían en un bastón roto.
Igual ocurre con los tildes, un verdadero dolor de cabeza para quienes tienen como trabajo corregir y para los lectores que se pierden, en ocasiones cuando la lectura los ha atrapado, cuando un verbo se transforma en presente mientras que los hechos son narrados en pasado.
Es el error más recurrente y no escapan del mismo quienes conocen y aplican las normas, mucho menos quienes no le interesan. Los primeros, producto en la mayoría de los casos de distracciones o de apuro y los segundos, lógicamente por desconocimiento.
Por esos errores aún por resolver los correctores, tanto de procesadores como on line, no detectan como error la falta de acentuación de los verbos en pretérito perfecto simple, en primera o tercera persona, quienes llevan la tilde en la vocal final de la palabra y esto produce que estos cambien el significado de la acción en donde se encuentran.
No es lo mismo tomé de haber tomado, que tome que es el presente subjetivo del mismo verbo, o pegué de haber pegado, que pegue.
Igualmente estos correctores no detectan la falta de tildes en las excepciones de monosílabos que van acentuados, como por ejemplo él, cuando es pronombre, y el, que es artículo, o sé del verbo saber, con el de la misma grafía que es pronombre.
De tal modo que quien descansa todo su peso y confianza en ellos, sin revisar, está condenado a ser visto como un seudo intelectual o un despreocupado escribiente.
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Nota: Del libro de mi autoría que lleva como titulo: "Cosas que hacemos y no debemos hacer al escribir"
(The dropAhead Curation Team)
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Muy bueno y estoy muy de acuerdo contigo @joseph1956.
Hay un detalle que, quizás, se podría agregar, si me lo permites, claro. Y es el hecho de que, muchas veces, los escritores asiduos sufrimos del problema más común: las bromas que nos juega nuestro asombroso cerebro, por su increíble rapidez para armar frases completas en nuestra cabeza, cuando todavía estamos paralizados, con los dedos pegados al teclado, tratando de liar la oración, siendo que ya la tenemos lista en nuestro cerebro. Esta, quizás, es otra dificultad más que se suma a la importante tarea de corregir y revisar bien nuestros escritos, una vez culminada la obra. Por ejemplo, mi caso particular. Publico poemas que ya están ensamblados en un texto completo, listo para publicar. Ha pasado por todas mis correcciones ortográficas y gramaticales y aún así, tú te diste cuenta que el poema 26 tenía un error de tipeo en "su miraba" - incorrecto - por "su mirada" - forma correcta. Escribir es un arte que se cultiva con los años, con la lectura asidua y acuciosa. Gracias por compartirlo con todos nosotros.
Me ha gustado mucho tu publicación amigo. Te mando un fraternal abrazo.
Amigo, el problema es que el monitor engaña a la vista y el cerebro cree leerlo bien, por eso una técnica que recomiendo es que luego de ser corregido el texto se lea lentamente en voz alta, para que el oído también ayude.
Sí, eso es correcto hermano. Esa técnica la he utilizado en muchas ocasiones. Otra que yo recomiendo, es que alguien más lea los escritos y en voz alta, por supuesto. Claro, igual sus ojos estarán pegados a la pantalla del monitor y también podría pasar los errores de tipeo. También he utilizado la técnica del manuscrito. Es bastante útil, porque te obliga a escribir bien, te obliga a buscar el diccionario. ¡Je je je je!
Saludos hermano.
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Esto esta muy bueno. Debemos poner más atención al escribir y jamás confiarnos de los correctores.
La buena redacción y la ortografía son claves para que un escrito sea ameno y entendible.
Muy buen post. Hay que estar al tanto de lo que uno escribe y como lo hace. Saludos
Excelente post amigo. Un simple acento o una coma siempre hacen la diferencia. Gracias
Muy bueno este articulo, gracias amigo @joseph1956 por tan valiosa información. Son herramientas esenciales que no podemos pasar desapercibido, ya se lo había dicho antes, no soy de gustarme mucho la lectura, pero cuan importante es para mejorar en esos puntos resaltados en su post.
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No cabe duda, @joseph1956, que una lectura detenida es la mejor opción, aunque, los correctores ortográficos han mejorado mucho, sobre todo el de Google Chrome me parece de los mejores, una ayuda para los que escribimos que, de vez en cuando, se nos va alguna tilde o una errata. Ahí un ejemplo.
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Yo también uso el corrector de Word 2016 que me caza muchas erratas y faltas de ortografía que en la batalla narrativa se me quedan atrás.
Así es, tal como lo explico, han mejorado pero siguen sin detectar ciertas cosas.
Yo creo que los correctores nos hacen dependientes de ellos aun sabiendo que no son perfectos. Por eso como nos decían los profesores en la escuela, "cuando no sepan como se escribe algo, investiguen". Y con Internet tenemos todas las herramientas a la mano. Saludos buen post.