El cuervo (Cuentonimio)

El graznido de los cuervos en la noche en esa aldea perdida entre la selva, es la premonición a la muerte.

Desde que se tiene memoria en el tiempo eso ha sido un hecho de rápida comprobación en la mañana.

Para Mario Harmond, investigador y periodista de misterios es una oportunidad para hacer un reportaje del evento.

Tiene ya un mes en el lugar donde llegó por casualidad, después de llevar para su periódico la captura de un supuesto asesino en serie en una ciudad que se encuentra a cientos de kilómetros de allí.

En ella fue que oyó hablar por primera vez de un espanto de la selva que llaman el cuervo y que según la leyenda aparece en las noches cuando una bandada de estos grazna en el cielo.

El ser sobrenatural no solo mata seres humanos, sino también animales, a quienes consiguen devorados al día siguiente.

En esas noches los habitantes del lugar oran toda la noche y sacrifican a algún animal que lanzan frente a la puerta principal para que el ser pueda devorárselo y no penetre en la vivienda.

Ha recopilado datos que ha ido anotando en su agenda tipo diario y solo ha esperado esta noche para marcharse y publicarlos en el periódico, destruyendo lo que considera un mito más.

Hay un silencio sepulcral y una oscuridad casi total, ya que las lámparas de aceite y velas que usan para alumbrarse son apagadas.

Sin dudas la casa donde se encuentra, posiblemente sea la única iluminada en este momento.

Escribe detallando todo, sale al exterior y camina unos metros para cerciorarse que lo que está plasmando en el papel sea lo que está aconteciendo.

El aullido de un lobo le hace erizar los vellos de su brazo.

Siente unos pasos que se acercan pero no hay ninguna figura que lo haga, por lo que carga su rifle, preparado para dispararlo, convencido que pueda ser un animal nocturno.

Regresa sigilosamente a la cabaña y cuando entra siente algo invisible que le cercena el cuello.

Al otro día los lugareños encuentran su cuerpo devorado y se presignan.