Bajo el Ojo del Halcón / Capitulo 2
La Duda o La Sospecha.
Siempre aprovechaba para hablar con los dealer que estaban en descanso esperando la rotación de mesas, de vez en cuando recibía información que pudiese utilizar para sus labores de investigación.
La sala de descanso era un salón amplio, con 4 sofás de 3 puestos cada uno, forrados con una tela suave de color azul, ya desteñida por el tiempo, había un televisor con señal satelital, 10 mesas y 4 sillas en cada mesa dispuestas en el comedor, contaba con una maquina dispensadora de refrescos, un horno microondas y una cafetera a disposición de los empleados.
Luis A. se sentó en una mesa a 2 metros del televisor, solo se encontraba en la sala una cajera que estaba recostada en un sofá, con ella no tenía mucha confianza, se escuchaban pasos y voces proveniente del pasillo que llevaba a la sala de descanso, entraron en la sala los dealer que iban a bajar en el siguiente turno, entre ellos John Jairo, era un joven de descendencia colombiana que se le notaba un leve acento solo cuando se molestaba, tenía la misma edad de Luis Alberto.
-¡Como estás Pirobo, que hay de nuevo!, exclamó John Jairo y Saludando con una palmada en el hombro a Luis Alberto.
-¿Que paso hombre, tú como estas?, yo bien, aquí tomándome un café, ¿a que hora te vas?
-Me voy a las 5:00 am. ¿y tú?
- Yo a la misma hora si no hay inconvenientes, ¿ya arreglaste tu carro?
-No vale, todavía le falta, se le fundió el motor, tengo que comprar los repuestos y será cuando este libre.
-Bueno chamo si quieres te vas conmigo a las 5.am a menos que quieras irte en el transporte y dar vueltas por media Isla, dijo Luis Alberto.
-Coye hermano, seria súper porque mañana me toca horario de apertura y así descansaría un poquito más.
John Jairo era vecino de Luis Alberto, vivían como a 200 metros en el mismo sector, y Luis Alberto cuando no tenía carro, era John Jairo quien le ofrecía el aventón a su casa, solo que Luis Alberto no aprovecho en muchas oportunidades porque siempre se suscitaba algún inconveniente en la sala.
Cuando bajo la rotación de mesas a la sala, Luis Alberto aprovecho de bajar también a su oficina, pues quedaba en la misma dirección, usando su tarjeta magnética entro a la oficina de monitores, al cerrar la puerta, se encontró a Horacio y a Nelson, quienes estaban en el turno de apertura.
-¡Buenas Noches, muchachos! Exclamo Luis Alberto.
-¡Hola Luis! Respondió Horacio
-¿Cómo estas, Luis?, dijo Nelson
-Todo va bien, ¿Que novedades hay?
-Todo tranquilo hasta ahora, hay juego en el privado desde temprano con unos 3 chinos que vienen de Valencia, según el pit Boss. Respondió Horacio.
-En la recaudación de máquinas de hoy no hubo billetes falsos, al parecer solo metieron los que hay hasta ahora, el último día que encontraron billetes fue en la recaudación de ayer. Respondió Nelson.
-¿Laurence ha venido hoy?
-¡No! Y tampoco ha llamado, dijo Horacio.
-Creo que ya podemos hacer algo en relación al tema de los billetes falsos. Dijo Luis Alberto, levantándose de la silla y con dirección a su oficina.
Se regresó con el mapa de las máquinas en sus manos, y comenzó a marcar con una X los aparatos que se repetían según los días que recibieron los billetes falsos.
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-Hay un sector de máquinas que repiten entre los 5 días recaudados, son las que están cerca del baño de clientes, ubiquen que modelos son, y sobretodo que premios tienen, dijo Luis Alberto.
-allí están las maquinas Pharaon Theasure, son 08 de ese modelo, y están conectadas al Mistery Jackpot, ese rincón hasta tenebroso es, hay poca luz, la iluminación proviene de las mismas máquinas, esas son las de pantalla táctil, dijo Nelson.
-Y las número 88 a la 92, están en frente a las Pharaon Theasure, dijo Horacio.
Luis Alberto, tomo el panel de las cámaras, seleccionó la cámara 17, que estaba ubicada justo encima de este sector de máquinas, enfocó los clientes que se encontraban jugando, del grupo de 12 puestos, solo 5 clientes estaban jugando, y 3 de ellos eran señoras que de vez en cuando, sobaban las máquinas para que les arrojara un premio; luego pasó con el panel a la cámara de la puerta principal, que también tenía cobertura en ese sector, solo que al hacer el zoom, pasaba a modo digital y mientras la cámara pixelaba la imagen, se perdían valiosos segundos, la alejo y la dejo de manera que pudiese tener una vista panorámica y así obtener un campo visual hasta la caja de este sector.
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El reloj del monitor principal que tenía 12 cámaras simultáneas marcaba las 2:30 hrs., Luis Alberto se cruzó de brazos, y quedo en silencio mientras observaba el juego de una mesa de póker, pero no estaba concentrado en lo que pasaba en la mesa, su mente estaba en los pasos a seguir en la investigación.
-¡Horacio!, escribe un memorándum en el libro de novedades, y pon entre las tareas a seguir diariamente, lo siguiente:
-Por órdenes mías, hacer un Close-up a los clientes del sector de máquinas, cada hora y dejar la cámara de la puerta principal fija sin acercar sobre el sector del Mistery Jackpot, dijo Luis Alberto
-Esa cámara tiene el patrón de movimiento, dijo Nelson.
-Ya lo suspendo, dijo Luis Alberto.
Sonó el teléfono de monitores, y atendió Nelson.
-¡Buenas noches a la orden!, espere un momento le comunico, . Es Jordi Hernández, dijo Nelson pasándole el auricular a Luis Alberto
-Sí, buenas noches, dígame Señor, en que le puedo ayudar.
-OK, ya bajo, dijo Luis Alberto, dándole el auricular a Nelson.
-Ya vengo, muchachos.
Salió Luis Alberto de monitores y bajo las escaleras, después de salir a la sala principal, fue a la oficina de gerencia de Juegos, allí lo esperaba Jordi Hernández.
Al entrar, estaba Jordi sentado en su escritorio, y quien le abrió la puerta fue la jefa de Relaciones Públicas.
-¡Buenas Noches, Luis! ¿Cómo estas?, ¡pasa adelante! dijo Jordi.
-¡Bien, gracias!, respondió Luis Alberto
Al entrar, Mónica, quien era la jefa de R.R.P.P (Relaciones Públicas) salió de la oficina luego de saludar a Luis Alberto con un beso en la mejilla.
La oficina de gerencia de Juegos era un cuarto pequeño de apenas 2 mts cuadrados, tenía un escritorio lujoso, con un computador de escritorio, en la pared estaba un monitor por donde se pasaba la señal desde monitores en caso de que hubiese reclamos por parte de clientes en relación a una jugada.
-¡Voy al grano!, ¿Que tienes sobre los billetes falsos?, exclamó Jordi Hernández.
Luis Alberto, no tenía mucho que explicar, porque aún no tenía nada en concreto, le pareció esta pregunta muy extraña viniendo de parte del Gerente General.
-Sinceramente, hasta ahora lo que puedo decirle es que ayer no entraron billetes falsos, y que no nos afecta aún todavía, porque solo han entrado un 12% de papel de color, en relación a la recaudación de efectivo. Habría que esperar la recaudación de monedas para descartar si realmente ha influido en relación a las ganancias, y apenas en el histórico de billetes, eso representa un 5 % apenas, dijo Luis Alberto.
-Umm, exclamó Jordi, cruzando sus piernas y continuó diciendo:
-El próximo jueves viene un grupo de chinos de Valencia, ya por allí andan unos, ellos traen dólares y vienen a jugar en las mesas del privado, necesito me hagas un favor, dijo Jordi.
-¿Cual será?, preguntó Luis Alberto
-Quiero que le sigan las jugadas y movimientos a 2 de ellos, son 10 chinos, uno de ellos lo conozco de Aruba, regularmente iba al casino cuando yo estuve hace 4 años allá, e intentó manipular las cartas de Black Jack, él no sabe que yo estoy aquí, tampoco quiero que se entere.
-¿Tienes los datos? Pregunto Luis Alberto
- Te lo envió a tu correo, ¿te parece?
- Esta bien, ¿algo más?, preguntó Luis Alberto.
-Eso es todo por ahora, dijo Jordi.
-Entonces me voy a mi guarida, dijo Luis Alberto despidiéndose para salir de la oficina, pero se fue caminando hacia el restaurante, y le pidió a la bartender que le sirviera una soda con limón.
Luis Alberto mientras tomaba la soda, estaba pensando en la conversación con Jordi, terminó su soda y subió a su oficina. Abrió la puerta de monitores, y se sentó en la computadora, allí con su clave de seguridad, anuló la programación del patrón de movimiento de las cámaras del salón de máquinas.
-¿Qué pasó?, preguntó Nelson.
-¡Nada especial!, solo para informarme que vienen un grupo de chinos fuertes a jugar en el privado, y uno de ellos es de cuidado. dijo Luis Alberto.
-¡Caramba, y esa información no te la pudo decir por teléfono!, dijo Nelson.
Luis Alberto sonrió sin decir nada y se fue a su oficina, encendió su computadora, y en el documento de Word que había guardado para la investigación de los billetes, escribió
¡Jordi Hernández!...
Continuará