En la Isla de Margarita, la isla de la perla como la llaman sus habitantes, un lugar turístico, con hoteles y playas hermosas, esta isla es parte del Estado Nueva Esparta, junto con otras 2 islas, Margarita; esta ubicada al norte de Venezuela. Hace algunos años en este lugar se desarrollo la siguiente historia basada en hechos de la vida real, pues algunos de sus personajes son ficticios.

Los Billetes.

Era la mañana del Miércoles 14 de abril de 2004, Luis Alberto un joven alto, moreno, con contextura medianamente gruesa, y porte atlético, trabajaba como supervisor de C.C.T.V (Circuito Cerrado de Televisión) del Departamento de Seguridad en el Casino del Hotel Margarita Hilton, con turnos rotativos de 8 horas, 5 días a la semana. Luis Alberto tenía muchas responsabilidades, entre ellas; la supervisión de 8 operadores de turno, todos ellos con el mismo conocimiento, y muchos entrenados por él mismo.
Entre los trabajos realizados del día a día, se hacia un Close-up de los rostros que visitaban el lugar de juego a diario y cada hora, también hacían un paneo general de la sala con cámaras móviles, controlaban los pagos que se hacían en las mesas de Ruletas, Póker y Black Jack, en ocasiones debían revisar jugadas por pagos malos o apuestas barridas por equivocación de los dealers, también llevaban el registro de todas las operaciones de caja, sobre todo aquellas donde se hacían pagos relevantes a clientes asiduos y turistas.

Este casino tenia una operación de 17 horas al día, la sala de máquinas traganíqueles abría sus puertas a las 12 am, y las mesas de juego a las 15.00 hrs., y su operación era hasta las 5 am del día siguiente.

En el Casino Margarita Hilton había un parque de 180 máquinas traganíqueles, para ese año se había comenzado con la implementación de receptoras de billetes en las traganíqueles o Slot Machine. Diariamente se recaudaban los stacker o contenedores de billetes de cada máquina y se trasladaban a un lugar seguro para efectuar un conteo manual de los billetes recaudados.
Siendo las 11:50 am, minutos antes de la apertura de la sala, Luis Alberto recibió una llamada del jefe de Cajas de turno. .
- Hola Luis Alberto, ¿Como Estas?, dijo Rocío.
- Buenas tardes Rocío, muy bien y ¿tú? ¿Que tienes para mi?
-Puedes bajar a mi Oficina, necesito mostrarte algo.
–OK, respondió Luis Alberto.

Era muy raro recibir una llamada de algún jefe de cajas y mucho menos a esa hora.

De un solo sorbo se terminó el café ya frío que quedaba en la taza, y salió con su chaqueta a medio poner en un solo brazo, dirigiéndose a las escaleras que llevaban a la oficina de la caja principal, una vez allí accedió con su tarjeta de contacto que le daba acceso a los lugares de relevancia del Casino. Rocío le muestra un fajo de billetes de mas o menos 80 unidades, y de diferentes denominaciones, había de 10.000, 20.000 y 50.000 Bs. Todos eran falsos, una suma de aproximada de 850.000 Bs.

-¿Cuándo lo consiguieron?, preguntó Luis Alberto
-Hoy, en la recaudación de billetes de las maquinas.
-¿Cuanto fue la recaudación del día?
-Se recaudaron 12.525.000 Bs., respondió Rocío.

Luis Alberto tenía habilidades matemáticas, guardo silencio por unos segundos.

-Eso representa el 7% aproximadamente de lo recaudado, no es mucho pero es significativo. ¿Tienes el resultado desglosado por maquina?
-Sí, Te voy a dar una copia y te anexo los billetes encontrados en cada contenedor, respondió Rocío.

Luis Alberto regresó pensativo a su oficina, revisando con detenimiento las hojas y los billetes que tenía en sus manos, luego de acceder al pasillo de servicio, entró en el cuarto de monitores y le mostró el dinero falso al operador que se encontraba en el turno de apertura.

Se sentía de brazos atados porque no tenía mucha información para iniciar una investigación. Sospechaba del cajero de máquinas, del personal de anfitrionas, del supervisor de seguridad de la sala, y de todos los clientes asiduos que en su mayoría eran adultos mayores, que suelen ir a distraerse cada tarde.

Se sentó junto a su computadora, guardó silencio pensando en los pasos siguientes a la investigación, por ahora no había mucho que hacer, solo dejar el registro en el libro de novedades y dejar en la valija de gerencia de Seguridad y Riesgos la información completa.

Más Billetes

Al día siguiente, Luis Alberto llego al casino a las 6 de la tarde y pasó enseguida a la Caja Principal pasó el acceso de personal de mesoneros y atravesando la sala principal del casino, entró a la oficina de jefes de caja en la parte trasera del departamento, allí se encontraba Michel, quien era otro jefe del área, era el único hombre con ese cargo, habían 4 personas con igual jerarquía, siempre en los turnos más fuertes trabajaban 2 de ellos, porque la operación y afluencia de clientes era alta.

-Hola Sr. Garmendia, ¿Como esta la movida?, pregunto Luis Alberto.
-¿Que te trae por aquí?, preguntó Michel.
-¿Como estuvo la Recaudación de efectivo en las máquinas?
-Se recaudaron 10.125.000 Bs., y hay unos billetes falsos.
Enseguida extendió una hoja que era la copia de la recaudación, con la numeración de algunos contenedores marcados en resaltador amarillo, y un sobre manila sellado.
-¡Impresionante tu eficiencia!, exclamó Luis Alberto.

Enseguida se despidió para ir a su oficina. Cuando llego al cuarto de monitores que daba acceso a su oficina, se encontró con los operadores del turno de la noche; eran Javier y José, Javier había sido entrenado por Luis Alberto, y José fue compañero de trabajo junto a Luis Alberto, ambos fueron entrenados en temas de seguridad.

¿Como están muchachos?, preguntó Luis Alberto mientras arrojaba sobre el escritorio de trabajo el sobre de manila con la hoja de recaudación.

¡Muy bien! Respondieron casi al unísono Javier y José.

Luis Alberto se adentro hacia la parte trasera del cuarto de monitores, allí estaba un lugar con una nevera ejecutiva, y un tope de fórmica donde había dos termos y una cafetera grande. Se sirvió una taza de café y al regresar, busco su silla ejecutiva que llevo arrastrada desde su oficina hasta el área de monitores. Se sentó a platicar con Javier y José.

Luis Alberto, tenía solo 8 meses como supervisor de C.C.T.V, confiaba plenamente en su equipo de trabajo, y siempre, antes de tomar una decisión, comentaba con ellos para saber sus opiniones en relación con algún tema en específico. Javier había abierto el sobre de manila, y sacó un pequeño fajo de billetes de varias denominaciones; en su interior había más billetes de 50.000 Bs. Acercó una calculadora de mesa y enseguida sumó las cantidades.

-¡Debe haber como 900.000 Bs!, exclamó Luis Alberto, dirigiendo su mirada hacia Javier.
-¡Hay 930.000, casi aciertas!, dijo Javier sonriendo.

Javier tenía poco tiempo trabajando en C.C.T.V, fue Luis Alberto quien lo entreno, y por sugerencia de él mismo, el gerente de Seguridad lo ascendió de oficial de sala a monitores como llamaban el resto de los departamentos a C.C.T.V; Luis Alberto vio en Javier que era un muchacho aplicado, puntual y ávido de aprendizaje.

-¿Quiero saber que piensan?, dijo Luis Alberto
-Los billetes son copias a color, y son impresos en láser, pero la hoja es de papel Bond, dijo José, sacando de su cartera un billete de 10.000 Bs.
-¡Fíjate que el billete es mas liviano pero se siente textura, a diferencia del papel Bond que es liso y más grueso!
-¡Los números de las máquinas no son correlativos! ¡Hay 4 aparatos que no están en el mismo sector!, exclamó Jávier tomando el panel de las cámaras, y cambiaba al uso manual accediendo al dispositivo móvil que se encontraba en la parte más alta del parque de máquinas.

Él conocía la numeración de las máquinas, y señaló cuales eran las posiciones de estos aparatos donde encontraron los billetes.

Luis Alberto iba anotando en una pequeña libreta que siempre cargaba en su bolsillo interno del flux, ya había sacado el total de billetes por denominación, y desglosado, también había anotado lo que José y Javier habían comentado. Luis Alberto se acerco al teléfono y marcó el número de la Central telefónica.

-Hola, Emilio. ¿Como esta tu familia? (hubo un silencio) ¡Me alegro por ti!, Por favor, comunícame con el Jefe, dijo Luis Alberto.

El Gerente de Seguridad era Laurence, era un rubio polaco, de casi 2 metros de altura, fornido, hablaba medianamente el Español, había sido gerente de seguridad para la Compañía en varios países de habla Hispana antes de llegar a Venezuela.
Fue campeón nacional de lucha greco-romana y levantamiento de pesas en su país de origen, antes de dedicarse a la seguridad hotelera y de casinos, era del tipo de personas que solo con su presencia intimidaba a quien veía.

-¡Javier!
–¡Dígame Jefe!, respondió Javier dirigiendo su mirada a Luis Alberto.
-Necesito que vayas al departamento de técnicos de maquinas y le pidas a Williams una copia del mapa del sector; con la numeración de los aparatos, por favor. Si pregunta por qué o para qué, le dices que no sabes, que es una petición nueva de mi parte, dijo Luis Alberto.
-¡Voy enseguida!

Sonó el teléfono de monitores, y atendió Luis Alberto
Del otro lado de la línea se escucho una voz con un acento francés.
-¿Quién habla? Dijo Laurence
-Soy yo, Luis Alberto, ¿Cómo esta Ud.?
-después de una pausa Luis continuó-.

-Laurence, hay nuevos billetes falsos, ya le pedí al departamento técnico de Slot que me dieran un mapa del sector para estar ubicados, y tengo las copias de las recaudaciones de ayer y hoy, son 140 unidades de papel, son idénticos los de hoy a los de ayer, en resumen son de la misma fabricación.
-¡Muy bien! Estoy contigo en 1 hora más o menos, respondió Laurence.

Pasados 20 minutos llegó Javier con la hoja que había pedido Luis Alberto.
-Gracias Javier, ve a cenar que hoy es jueves y es posible que haya actividad en las mesas del privado. En un rato viene Laurence y prefiero que estén ustedes juntos aquí para encerrarme con él en la oficina.
-Cuando regrese Javier, vas a cenar tú también José, para salir de eso temprano, exclamo, Luis A.

Luis A. arrastró su silla hacia su oficina, era un pequeño cuarto de 3 mts. cuadrados, tenia un escritorio grande con una computadora de escritorio y 2 sillas ejecutivas, incluyendo la suya. Había una maquina industrial destructora de papel, un archivo vertical de 2 gavetas; allí se guardaba la evidencia que habían cotejado de otros casos de estafa, y trampas en las mesas, en las paredes solo había un afiche de la entrada principal del casino, que reflejaba una majestuosidad increíble.

Fuente

Luis Alberto desplegó la hoja doble oficio que tenia el mapa del parque de máquinas sobre el escritorio y comenzó a señalar con un lápiz de grafito los aparatos que habían recibido los billetes.
Escucho la puerta abrirse y era Javier.
-Chamo, ve a comer que acaba de llegar la comida de la cocina, y el pollo que trajeron está bueno, exclamó Javier, diciéndole a José.
Enseguida salió José de la oficina y se encontró en la puerta con Laurence de frente, casi chocan uno con el otro.
-¿Para donde vas? –Pregunto Laurence
-Voy a cenar, jefe. –Respondió José con voz temblorosa.
-Que tengas buen provecho., dijo Laurence.

-¡Buenas Noches Javier!, exclamo Laurence, cerrando seguidamente la puerta de monitores a sus espaldas, pasó a la parte trasera a buscar una taza de café y luego entró en la oficina de Luis Alberto.
La oficina de Luis Alberto era la misma oficina de la Gerencia de Seguridad y Riesgos, pero era Luis Alberto quien estaba más tiempo trabajando en ese lugar, Laurence confiaba plenamente en el trabajo que hacía Luis Alberto, le gustaba que siempre pensaba en las soluciones y posibles problemas que se podía suscitar cuando se trataba de un caso de investigación y sabia lo que Laurence quería transmitir cuando hablaba porque se enredaba con el idioma.
Después de hablar de varios temas incluyendo el de los billetes falsos, se relajaron y hablaron de lo bella que es la isla, a Laurence le gustaba ir a la playa con su esposa, y le estaba comentando a Luis Alberto que habían ido en la mañana a playa El Yaque, y quería comenzar a practicar windsurf. Después retomaron el tema de los billetes y concluyeron que no se podía hacer mucho, había que esperar, pues la operación de las maquinas era de 17 horas y son muchos los clientes con preferencia a este sector, no podrían determinar quien era responsable, sí era una sola persona o varias, habían muchos factores que analizar.

-Tengo que reunirme con Jordi. Pregúntale a quien este de juego si ya llego Jordi, por favor.
-Enseguida Laurence.
Salió Luis A. de la oficina y tomando el panel central de las cámaras ubicó la cámara fija de la gerencia general, la oficina estaba sola, después pasó a la cámara de la puerta principal y llamó por radio al oficial del lugar.
-Adelante Control 1, indícame quien esta a cargo de la sala.
– ¡Halcón 2 es la Srta., Lucía quien esta a cargo de la sala!, exclamo el joven.
-Luis; Lucía está hablando cerca de la puerta de caja, dijo Jávier.
Luis A. tomo el teléfono y marcó a la caja.
-Comunícame con Lucía por favor, le dijo Luis A. al cajero.
-Hola buenas noches, ¿quien me llama?
-¡Hola Lucy! soy Luis Alberto, ¿Cómo estas?
-Bien, gracias a Dios. Cuéntame, que quieres, porque tu lo que haces es pedir.
-Esta vez no, exclamo Luis A.-
-¿Tu jefe no ha llegado?
-Debe estar por llegar, porque llamó hace 15 minutos y me preguntó por el tuyo.
-OK. Gracias chica, dijo Luis Alberto trancando la bocina del teléfono.

-Laurence, Jordi no ha llegado, pero dice Lucía que debe estar por llegar,dijo Luis Alberto-
En ese instante el oficial que se encontraba en la puerta principal anunció la llegada del Gerente de Juego, Jordi Hernández.

El Gerente de Juegos era un hombre de estatura mediana, de origen puertorriqueño, tenía mucha experiencia en los casinos, también venia de otras latitudes, caminaba con premura, no era de mucho fiar, por lo menos esa era la percepción de Laurence.

-¡Ya escuche!, exclamó Laurence. Se terminó el café, cerro su laptop y después de ponerse su flux salió a monitores, ubicando con su mirada y sin preguntar donde estaba Jordi, salio seguidamente de C.C.T.V.

A las 12.am entraron en el turno de cierre, Horacio y Nelson. Javier y José entregaron las novedades del día y preguntaron a Luis que iban a hacer en relación a los billetes falsos.

-Por ahora no hay nada mucho por hacer, esperemos que pasa en los días siguientes, no comenten nada a los oficiales de sala, mientras menos gente tenga información, es mejor, sean celosos con la información.
La ventaja que tenemos es que solo el personal de caja y de recaudación, son los que manejan la información, los de máquinas son los mismos, a menos que se recoja dinero por falta de efectivo o que un receptor de billetes se tranque durante la operación, mientras hagamos los procedimientos; sabremos cuando las cosas estén fuera de lugar. Dijo Luis Alberto.
A las 3 am, se retiro Luis Alberto del casino.
-Nos vemos el domingo, muchachos estoy libre viernes y sábado. –dijo Luis A. antes de irse.

continuará

Capitulo 2