Capítulo 48 Jesús y Charo, que salen en este capítulo. De Manolo y Merche, y del otro Jesús y Sinda no tengo fotos de entonces

in #spanish8 years ago


(Charo)


( Jesús)


(Pedro Mato de noche toca la luna)

48

(J. S. Bach. «Concierto para dos violines y orquesta», en re menor)

Tanto revuelo desconcertó a Leo de tal manera que no se concentraba al preparar los exámenes del primer trimestre, y desahogó su inquietud escribiendo una carta a Pablo:
Málaga 16 de Diciembre de 1982.
¿Qué tal, tío? Yo estoy acojonado. Me he mantenido como he podido y he de confesarte que casi me obligan a descubrirte. Menos mal que no he picado, pero es jodido estar solo en estas circunstancias. Si estuvieras aquí, todo sería más llevadero porque me hubieras echado un capote en los momentos difíciles. Me ha interrogado la policía en el Instituto y me ha tomado las huellas para compararlas, seguramente, con las tuyas, que las dejarías marcadas en el Tumbo. ¡Que se vayan al cuerno! ¡Parece que todos están pirados! Los profesores me miran como a un bicho raro y el hijo puta del Vasco resultó totalmente rana: me ha dicho que le dé los pergaminos. Es evidente que sospecha que o yo o tú los guardamos, pero se va a quedar con las ganas. Entre los profesores nuevos hay de todo, pero dominan los idiotas, parecen adolescentes, más insensatos que nosotros. Ha venido uno nuevo de Filosofía que por mala suerte me ha tocado. La filosofía es una bobada. No sé para qué nos hacen falta las bobadas con las que se entretiene. Se ha pasado tres clases seguidas haciéndose el gracioso. Quería que fuéramos al patio a dar la clase. Decía que los peripatéticos, que no sé quién cojones son esos filósofos, así lo hacían: paseando. Le dijimos que estábamos muy cansados y se tiró las tres horas riéndose él sólo, con los condones y con el aborto, como queriéndonos dar consejos, el muy ignorante. Está medio loco. Así que, ya ves: aguantando mecha porque si le discutes algo se pone como un energúmeno; y como en Filosofía todo es discutible... Así que, mejor será callarse y seguirle la corriente para sacar buena nota, que ya sabes que la filosofía hace nota media con las asignaturas importantes. Decía que para qué estudiábamos, que «en este país», como si le diera vergüenza pronunciar «España», hay afán de titulitis, pero, por si acaso, el cabrón vive de su título, que de otra cosa no podría vivir porque no tiene ni idea. El de Matemáticas es un tío perita, lo mismo que el de Biología, aunque la mejor es la de Dibujo Técnico, que también es nueva y tú no la conoces. Yo no me explico cómo algunos, siendo tan mayores, pueden decir tantas tonterías. Ahora han puesto de moda insultarse y se creen que los alumnos no nos damos cuenta. Han formado dos bandos como en la guerra de Ceferino y unos no se hablan con los otros. Después del interrogatorio, cuando ya había marchado la policía se formó una pelotera que se enteró todo el Instituto. A voces se increpaban: Emilio el de Latín por un lado y Miguel con Damián por otro. Doña Ignacia, que le da vergüenza su nombre y nos dice que le llamenos Nachi a secas, los azuzaba interviniendo de vez en cuando. Se llamaron de todo. Miguel decía: «Tú eres un retorcido fascista, de la derecha pura y dura y no tienes vergüenza». Yo no sé si todo ha surgido a raíz de nuestra historia o si ya tendrían cosas entre ellos, porque bien creí que llegaban a las manos. Emilio le respondía que Marx era un payaso y le llamó «indocumentado»; y Nachi a lo suyo: a ver si alguno le rozaba las tetas, que parece ser que es lo que le gusta, porque, entretanto, se estrujaba contra Damián con disimulo. Damián, que parecía un mosca muerta se destapó totalmente y llamó a Emilio: «Catedrático de mierda, enchufado del régimen», que no sé a lo que se referiría. Emilio no pudo aguantar eso y se le lanzó al cuello. Montaron un espectáculo divertidísimo y tuvieron que separarlos el resto de los profesores y Alfonso el conserje. Mientras los separaban, Emilio, el de latín, le decía: «tú sí que eres un agregado de mierda, que sacaste un dos y medio en la oposición restringida; una oposición como la mía, en la vida la hubieras sacado, lo que ocurre es que has confundido la izquierda con la zurda y lo que yo soy lo he conseguido con mi propio trabajo, que mi padre era un herrero y el tuyo un señorito y ahora parece que te quieres convertir a las izquierdas». Yo, la verdad es que nunca he sabido diferenciar entre un catedrático y un agregado. Total que andan a la greña por disputar quién es más de izquierdas. Les ha dado por ahí. Parece que andan jodidos de la cabeza como si les afectaran los cambios de la luna. Supongo que por América no estaréis tan ajetreados. La verdad es que ya tengo ganas de olvidar esto. Ya lo tengo decidido, me iré a Madrid a estudiar Ingeniería Aeronáutica y porque no puedo más lejos. Estoy de estos eternos adolescentes hasta los mismos «güevos». A veces sí parecen mayores, pero otras se portan como muchachitos de primero. De las fotocopias del cuaderno no he dicho nada a nadie. La verdad es que las he terminado de leer y me atasco en muchas cosas que no entiendo; me da, que para nada me van a servir. ¡Ah! y lo más importante: he empezado a salir con Clara; cada vez me gusta más; lo malo es que estudia letras, y no sé si congeniaremos. El otro día casi le doy las fotocopias porque está haciendo un trabajo de Historia de la Edad Media, pero a última hora me arrepentí y ya no le dije nada por si acaso nuestro comienzo se queda en fogata de virutas y te trae complicaciones a ti.
Bueno, tío, tenía ganas de contarle mis rollos a alguien. Perdona el testamento, pero así te tengo un poco informado. Cuéntame cómo te va y si has ligado a alguna americana. Por si no te escribo antes, Felicidades por las Navidades. «Ciao». Hasta la tuya o hasta la luna como los románticos. ¿Te acuerdas? Un abrazo, Leo.
Casi a vuelta de correo contestó Pablo:
Pataskala 21 de Diciembre de 1982
Querido Leo: Me parece que la policía no puede hacer interrogatorios, así, por las buenas. Entérate bien. Es cierto que uno cuando está solo se aturulla; lo bueno hubiera sido que le hubieras dicho a los polis: «ahora voy a denunciarlos por torturas. Me están tratando peor que a un delincuente». Lo que pasa es que estas cosas sólo se ocurren pensándolas serenamente, porque, para improvisarlas, tienen que ser dos cerebros trabajando unidos, como cuando acojonamos al Vasco con el rollo de los gatos y los candelabros. Lo que pasa es que un police sabe más de la vida que un profe y no sé si hubiera dado resultado porque es muy difícil acojonar a un poli. Tú no te preocupes y no olvides nunca que no dejaste huellas por ninguna parte, que nunca ni nadie pueden hacerte nada. ¡Macho, ya me cuesta trabajo redactar en castellano! ¡No puedo creer que tan pronto me haya adocenado! I can’t believe it!; y eso que, en casa, aunque estoy poco tiempo, sólo hablamos castellano, claro.
Recuerda esta idea, y agárrate a ella sin soltarla por nada del mundo: SÓLO EL VASCO ES EL RESPONSABLE. ¿0.K.? Me hago cargo de lo mal que lo has pasado. Recuerda siempre: «Sólo el Vasco es el responsable» ¡Me cago en la puta! Se me revuelven las tripas. No es que quiera animarte solamente, no sé cómo decirlo por escrito, es que a ti no te puede pasar nada. Recuérdalo siempre.
No te imaginas lo que me alegra lo de tu chica. Sin duda, Clara es la mejor tía del Instituto. Ayer, recibí la carta, cuando salía con el coche a casa de Douglas, mi mejor amigo. Celebraba su cumple y dio un party. Formamos un jolgorio de la puñeta. Yo me fumé a vuestra salud un canuto de mariguana, pero no te preocupes que no me haré drogadicto. Eso de que está muy buena no se lo cree ni su padre; yo me puse malísimo, devolví la merienda y me daba vueltas todo. Es la primera vez que le oculto algo a mis padres, pero no se lo voy a decir porque lo único que haría sería preocuparlos; y te juro que esa porquería no la vuelvo a probar en mi vida. El curso va cojonudo, además, de Matemáticas no tienen ni idea. Estoy dando ahora las mismas Matemáticas que el año pasado en tercero, así que, saco «A» en todo y podré elegir la universidad que quiera. Yo haré Telecomunicaciones, también lo tengo decidido. El Inglés no es problema aunque a veces tengo que mirar el diccionario. Ya sabes que pensaba que sería un handicap, pero....«no problem», ya está superado; por el contrario, ya me va costando pensar en castellano. Todo el mes de octubre estuve yendo a clases intensivas de Lengua, inglesa, claro. De tías nada, soy más célibe que el cura del archivo y eso que dicen que en América se dan como rosquillas, pero leche, cuentos chinos, hay que trabajarlas como en todas partes y casi no he tenido tiempo. No veo por qué no le has prestado a Clara las fotocopias del cuaderno. Son mías y con ellas puedo hacer lo que quiera; así que, si le hacen falta, no lo dudes; además, el Viejo Honorino me hizo el regalo porque nadie se había preocupado del cuaderno. Bueno, no sé si está bien redactado, quiero decir que el cuaderno es mío y puedo hacer con él lo que me dé la gana. ¿Quién mejor que tu novia...? ¡Tío! Se me hace raro ver a Leo con novia, como los románticos a la luz de la luna, sobre un muro de la catedral de Astorga, vigilados por Pedro Mato en un beso eterno. Tío, ¡cómo me ha salido!, parezco de letras; pero la verdad es que me dais envidia. Nada más que pueda, yo también voy a echarme novia. El próximo fin de semana me voy con mi familia a Canadá a ver unos lagos en el mismo avión que pilota mi padre. Ya te contaré. Recibe un abrazo. Pablo.
Terminó el trimestre, y Leo, acostumbrado a sobresalientes, no sacó más que notables. Para esa misma noche, los alumnos de COU organizaron una cena en una céntrica pizzería. Eva confraternizó con sus compañeros, algo ausente, pues hubiera preferido pasar la noche con el Vasco. Coincidiendo en el tiempo, algunos de los profesores también se reunieron en un restaurante de Fuengirola. A los postres, después del champán y otros alcoholes no hubo miramientos: decidieron suplantar a Candi en la dirección del centro. A fin de cuentas, decidían que ya estaba bien de aguantar «siempre a los mismos», en palabras suyas; que había que relevar a los cargos directivos.
Desde la época de la transición española del régimen militar a la monarquía, unos años antes de estos hechos, se repetían de memoria esas frases como una constante zumbona en casi todos los Institutos. «Por votación del claustro podremos conseguir la mayoría»; y Jaime, el de Filosofía, se prestó a encabezar el contubernio. Tenía redactado un discurso que sacó de la chaqueta, escrito en una cuartilla. El final fue este: «Nosotros, los democráticos, hemos de llevar adelante el cambio de estructuras e instaurar la autogestión y la enseñanza libertaria», concluyó, con un aplauso de los comensales. Loli no desperdició la ocasión de merodear alrededor del Vasco y terminaron todos bailando en un piano club hasta las cinco de la mañana, menos tres matrimonios que habían dejado a los niños al cargo de canguros: Jesús y Charo, Manolo y Merche y el otro Jesús y Sinda. El Vasco, que ya estaba un poco harto de la niña de COU, amaneció en el apartamento que tenía alquilado su compañera; quedó encantado de sus habilidades, incluso de las culinarias. Así comenzó el romance y decidieron viajar a París después de la Nochebuena, que pasarían en Murcia con los padres de Loli; al fin y al cabo, él no podía compartir en familia la entrañable fecha. Nachi con su marido se mostró durante toda la noche muy aburrida. Se produjo un cruce de apetencias: a Darío se le sorprendía tras el talle de Loli, de reojo, cada vez que salía a la pista. Nachi, a la fruta prohibida, capaz de saciar su maternidad frustrada con tintes subconscientes de remordimiento. Ella nunca consintió consultar al ginecólogo sobre tales extremos porque sentía la corazonada de que el estéril era Darío, y desde que se habían casado, deseaba ardientemente engendrar un hijo como fuera.

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