El registro de la luz que desea ser pintada

El jugo de naranja derramado en el mantel

Los colores suelen resaltar en la tarde. La magia del naranja tiene una esencia no comprensible por muchos pero hipnótico para otros. La paleta de colores de cada día resalta sobre la cotidianidad, haciendo sublimemente especial a la monotonía. Almas vienen y van, transitan, casi como si el tiempo no importase. Las horas pasan adrede piensan los cosmonautas, pero cada segundo no avanza sin un motivo especifico.

Mientras tanto, en un panorama suceden carreras, gritos, asaltos, caminatas, besos, conversaciones y quien sabe que más, por otro lado, simultáneamente, y casi en paralelo, la pintura se derrama en el gran mantel que es contemplado por muchos cada día. El mantel, ese que en la mañana es de oro, en el día es blanco y azul y que en la tarde, por lo menos en esta, quedó derramado de jugo de naranja.

Señoras y señores, ha sido anunciado por el gobierno terrestre que nuestra increíble super avenida se ha convertido en un monumento histórico. Se reporta que miles de ciudadanos dibujan el asfalto con destellos. Las naves espaciales mal llamadas ''autos'' viajan a la velocidad de la luz, el sonido es atormentador y dulce, contribuye a la magia de la que es conocida como ''ciudad del caos''.

Así, en un espacio oscuro, nace una vía en forma de linea recta donde los espíritus pueden transitar lo más rápido posible en una constante competencia de quien llegará primero a casa. En medio de todo aquello, los resplandores han marcado el trazo del recorrido de aquellas naves, dando brillo a las estrellas, dando forma y nacimiento a una vía lactea en forma recta.

Es posible llevar estas sorprendentes imágenes hasta sus ojos gracias a una técnica ancestral, modificada y evolucionada que deriva en un arte cautivador. Un proceso capaz de captar la realidad y hacerle una pequeña trampa al tiempo. Les hablo de una visión de la realidad llamada fotografía.