Corazón de Dragón. Historia Parte N.19
No logre recuperar el sueño luego de lo ocurrido, no dejaba de pensar en cada uno de mis sueños o recuerdos, ya no sabía cómo llamarles, pero eso no impedía que pensara en ellos tratando de encontrar una explicación, por imposible que fuera encontrarla seguía buscándola.
“Blake, despierta”
“Está bien”
Tenía que alistarme para mis clases, pero no podía dejar de pensar en esos recuerdos, solo había espacio en mi mente para ellos, era como si me encontraba en piloto automático, totalmente inmerso en mis pensamientos buscando una respuesta concreta.
“Blake hola”
“Oh Hola Heder”
“¿Estas bien? Luces un poco extraño el día de hoy”
Era tan evidente mi estado que hasta Heder podía notarlo, pero no podía decirle nada a ella ni a ninguno de los demás, tenía que idear una excusa para evitar cualquier pregunta.
“Es que, no dormí bien esta noche”
“Entiendo, pero igual debes cuidarte, no te vayas a enfermar”
“Tranquila, eso no pasara”
“Está bien”
Tal vez si salía con Heder lograría evitar pensar tanto en esos recuerdos, si son solo recuerdos no tendrán importancia en este momento, solo debo de ignorarlos y será suficiente.
“¿Quieres ir al centro comercial?”
“Tu invitándome a salir, eso sí que es muy extraño”
“¿Por qué?”
“Porque por lo general soy yo quien te dice para salir”
“Tienes razón, por eso soy yo quien lo hace en esta oportunidad”
“Cuando quieres ser gracioso lo haces muy bien Blake, está bien mañana a las 5 en el centro comercial, no llegues tarde”
“Tú eres quien llega tarde siempre Heder”
“Pequeños detalles sin importancia, solo no me hagas esperar, es una cita”
“Ok”
Saliendo con Heder lograre distraerme, y no podía negar que quería pasar tiempo con ella, así que sería una victoria doble, ahora solo tenía que tranquilizarme el resto del día y todo estaría bien.
Al terminar el día no podía decir que fuera algo diferente a lo que siempre pasaba, todo muy normal y repetitivo, los chicos con sus cosas y las clases igual que siempre.
“No olvides entonces Blake, mañana a las 5, no me dejes esperando”
“Está bien Heder”
“Adiós”
Que fácil era para Heder estar siempre alegre o tranquila, pareciera que nada le molestaba, siempre permanecía con calma sin importar que.
“¿Te gusta?”
Esa voz, no podía estar equivocado esa voz es la de.
“¡Brithget!”
“Hola”
¿Cómo había llegado, en que momento paso?
“Luces sorprendido, ¿Acaso te asuste?”
“¿Qué quieres?”
“Otra vez con ese rostro de pocos amigos Blake, vamos solo quiero conversar contigo”
“Yo no tengo nada que decirte”
“Tranquilo, no tenemos que ponernos agresivos, solo conversemos un poco”
“¿Qué quieres hablar?”
“No lo sé, déjame recordar”
No sabía si su actitud era cierta o solo era un engaño, pero era como ver a un niño pequeño pensando sin dar con la respuesta que buscaba, simplemente tocando su nariz y viendo a los lados, repitiendo las mismas palabras de dudas una y otra vez.
“Ya recordé, acaso ¿Quieres morir?”
Su miraba había cambiado totalmente, ya no se veía esa mira de niña, totalmente lo contrario, era como si hubiera cambiado completamente su personalidad, una mirada tan fría y sedienta de sangre era lo que podía ver, se sentía como un animal salvaje viendo a su presa esperando el momento justo para clavar sus colmillos en ella, no sabía que decir, me encontraba paralizado por su mirada tan aterradora y no solo eso podía sentir una extraña presión que venía de ella, como si algo me forzara a quedar paralizado, ¿Cómo era posible?
“Estoy bromeando contigo Blake, no tienes que poner esa cara”
Volvió a ser esa niña despistada, ya no sentía nada de lo anterior, es como si fueran dos personas, que aterrador.
“Pero, si no quieres que eso pase deberías de dejar de perder tu tiempo con esa chica y comenzar a recordar tu pasado”
“¿Qué estás diciendo?”
“Lo único que digo, es que deberías de ponerte un poco más serio”
No puedo entenderla, no hay forma de entenderla.
“Tal vez necesites un poco de ayuda para ponerte serio”
“No entiendo nada de lo que me dices”
“Si eso es, necesitas ayuda para ponerte serio, tal vez si a esa chica ¿Heder? Le pasara algo”
No podía entendía ni una palabra que ella decía, era como si solo dijera lo primero que me venía a la mente sin siquiera pensarlo, solo lo decía y ya.
“Voy a matarla”