Reto Top10 - ¡¡¡Bailando!!!/ El Frutero
Esta semana los amigos de @Radiostemit vuelven a insistir con los temas bailables, nuestra querida @avellana nos pide que le digamos cuál canción no nos deja estar quietos; cuál es esa canción que al escucharla nos pongamos en movimiento. Entre tantas posibles me acordé de una muy vieja canción que La Dimensión Latina puso de moda entre nosotros: El Frutero.
La canción fue compuesta por Antonio Fernández, un músico cubano nacido en 1902 y autor de una gran cantidad de temas. Antonio, mejor conocido como Ñico Saquito, fue bautizado como el guarachero de Oriente. En los años cincuenta estuvo un tiempo en Venezuela, pero decidió regresar a Cuba donde pasó su vida tocando en el famoso bar “la bodeguita del medio”.
En Venezuela, la canción fue popularizada por la Dimensión Latina en un disco que salió en el último trimestre de 1975, el álbum se llamó: Dimensión Latina 1976, Salsa brava. De este disco la Dimensión pegó casi todos los temas, los más famosos, aparte del Frutero, fueron: Dormir Contigo, Arroz Con Manteca, Si Tu Cariño, Dolor Cobarde.
Ese disco lo recuerdo con mucho cariño porque fue el año cuando me gradué de profesor. En Diciembre de 1975 terminé mis estudios en el Pedagógico de Caracas y me trasladé al Estado Carabobo a cumplir mi trabajo como profesor de Liceo.
Como no me acostumbraba al ambiente de la provincia, todos los viernes en la tarde agarraba mi autobús de vuelta a Caracas, allí permanecía con mi familia y amigos hasta el día domingo cuando regresaba de nuevo a Maracay, esa rutina la mantuve unos años hasta que nacieron mis primeros hijos.
Más de una vez en esas venidas a Caracas me reunía con unos amigos que estudiaban para Maestros en la Miguel Antonio Caro, por los lados de Gato Negro, en Catia. Uno de ellos vivía por la subida del Manicomio, ese muchacho era un gran amante de la Salsa. Cuando pasaba a saludarlos por la Miguel Antonio Caro era probable que esa noche me quedara celebrando con ellos en el Manicomio. En mi casa materna nunca hubo teléfono por lo que no podía decirle a mi madre que no iba a llegar.
El zaperoco al día siguiente era seguro, hasta con darme unos palos me amenazaba mi pobre madre, no importaba para nada que yo tuviese veintiún años, jaja. Yo estaba consciente de que ella tenía razón, su preocupación era justificada. Cada Domingo cuando me regresaba a Maracay y ella me preguntaba: ─ ¿cuándo viene?, yo le respondía: ─ el viernes o el sábado. Siempre se quedaba en ascuas. En situaciones como esa era cuando uno le veía la utilidad a tener un teléfono.
Disfruten la canción.
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La Dimensión Latina tiempo sin escuchar de ella y tus historias le dan un sabor especial a los recuerdos de la época, la que más me gusta de esa agrupación es la versión de Taboga. saludos.
Te felicito. Una publicación de altura. La música y su historia. Me gusta la salsa, es sobrosona para bailar y me recuerda mis años de estudiante y rumbero, jejejej.
Los hijos cambian muchas cosas, pero...¡qué haríamos sin ellos!