El retrato de Dorian Gray

¡Hola, Steemians! Lo prometido es deuda y aquí está el post del que les hablé hace tres posts atrás.
El retrato de Dorian Gray es una novela de Oscar Wide publicada el 20 de junio de 1895. La historia empieza cuando Basilio Hallward conoce en una reunión a Dorian Gray, un joven recién salido de la adolescencia y portador de una belleza efébica que llama la atención de todo aquél que lo conoce. Tras intercambiar algunas palabras, Gray acepta a ser modelo de las obras pictóricas de Hallward.
La historia adquiere intensidad cuando Gray conoce en el estudio de la casa del pintor a Lord Henry Wotton, personaje cuyos diálogos dejan entrever que su forma de pensar está influenciada por las corrientes filosóficas del epicureísmo y el cinismo con un dejo de ateísmo.
Mientras Gray posa para el cuadro, Wotton mantiene una charla con él. El contenido de su discurso cambia la forma de ver la vida del joven. Cuando Hallward da la pincelada final llama a ambos amigos para que expresen su opinión. Debido a las palabras de Wotton, Gray rompe a llorar al entender que envejecerá y perderá su belleza mientras que su retrato permanecerá por siempre joven. Desesperado, profiere un deseo: que su cuadro pague el precio por el paso del tiempo y no él.
Yo releo este libro cada vez que puedo y/o me provoca. Ciertamente, para la realización de este post, el libro tuvo que pasar por mis manos otra vez.
El retrato de Dorian Gray es una historia sobre la vida, sobre cómo la manejamos y toca un tema muy importante para el ser humano: el paso del tiempo. Oscar Wilde era un esteticista-hedonista y esta obra no podía serlo menos. El autor da hermosas y detalladas descripciones de cada uno de los escenarios donde las acciones toman lugar y de las personas que los habitan hasta el punto de percibir su psicología. Wilde nos permite entrar en la mente del personaje principal y ser testigos de los cambios graduales en su forma de pensar a medida que se avanza en la lectura a través de sus monólogos mentales.

En la versión fílmica, la esencia de la historia está allí pero el director y los guionistas añadieron escenas de cosas que jamás pasaron en la novela. Créanme que de haber pasado así, a Wilde lo hubiesen arrestado antes de tiempo o, en todo caso hubiese tenido que dar su obra a una editorial clandestina para evitar a la policía.

Como ven, mis cometarios sobre la versión fílmica constan de unas pocas líneas y son menos halagadores que mis post sobre las obras detectivescas de Conan Doyle y su adaptación al cine y a la televisión.