@resiliencia ya ni recibo regalos, como tu lo mencionas, una invitación, algún gesto o atención especial en esos días que acostumbraba a recibir regalos cuando era niño, ahora son para mi los regalos que aprecio. Pero si de casualidad llego a recibir un regalo es una bendición adicional. Particularmente ya dentro de mi cultura (mi manera de ser) no obsequio trato de dar esas atenciones especiales o dar una cita especial o algo que salga de lo cotidiano. Además soy muy pero muy malo para eligir regalos y obsequios ya que mi ego siempre interviene, eligiendo regalos como si fuesen para mí.