El canto de iniciación | Cuento

in #spanish6 years ago (edited)

En mi post anterior, mientras que les hablaba del origen de mi username, les mencioné un cuento producto del Taller de escritura creativa dictado por @rjguerra en el año 2016. Acá lo tienen. Espero lo disfruten.


Fuente


El canto de iniciación

En el Templo de los Vientos se encontraba el grandioso Bonfak. Apenas era un jovencillo que recién cumplía sus 20 años, de ojos pequeños y minuciosos, de maravillosos símbolos plasmados sobre la piel tostada por el sol y de voz potente como el rugir de un león.

Bonfak a diario observaba los quehaceres de sus hermanos, mientras él se deslizaba por el tronco sumergido en el patio del Templo. Repentinamente, se paralizó frente a un árbol inmenso, se desprendió del mundo sin darse cuenta…

—Bonfak, ven al árbol. Hay muchas cosas que aprender hoy. No sigas allí parado sin hacer nada. Ya pronto llegará tu décimo cumpleaños. —Le gritó Kafnob desde la cima— Ya todo está listo, debes comenzar ahora.

— ¿Justo ahora que iba a jugar? Está bien, ya subiré…— respondió el pequeño Bonfak.

Mientras subía por los tablones para llegar donde su hermano, pensó: “¿Qué importancia tendrá hacer esto justo antes de mi cumple? Kafnob siempre poniéndome quehacer.” Terminados los tablones, se encontró con su hermano quien inmediatamente le habló sin darle chance a descansar.

—Bonfak son varias tramas las que debes superar pero antes debes balancearte al son de mi cantar, ¡sígueme!
—Hermano, antes de comenzar debo confesarte que me da muchísimo miedo hacer todo esto.
—Calma pequeñuelo, lo harás bien. Además es obligatorio que lo hagas pues ya es tiempo. Solo debes hacer lo mismo que yo.

Kafnob comenzó a recitar unos versos acompañados de movimientos entre las ramas del árbol…

“¡Ya es tiempo!, ¡ya es tiempo!,
de cantarle al majestuoso cielo
que nos cubre con todos sus luceros.
¡Ya es tiempo!, ¡ya es tiempo!,
de volar junto al viejo amigo del tiempo.
Ya es tiempo de conocer los misterios
de la luna, madre de los hechiceros…”

Era el canto de iniciación que debía hacerse antes de ser entregado el amuleto familiar a su nuevo dueño.

Cuando el pequeño Bonfak iniciaba a repetir lo que su hermano estaba haciendo, se escuchó a través del viento sereno un ¡Crac! de una de las ramas. Kafnob seguía entretenido con sus versos y no escuchaba lo que su hermanito sí. El temor aumento en las venas del chicuelo, quien se quedó en silencio esperando escuchar de nuevo y detectar cuál era la rama que había crujido antes. No tardó mucho en volver a aparecer el sonido cuando de pronto el cantar quedó apaciguado por el fuerte ¡Aghgggggh! de Kafnob, quien caía desde unos nueve metros de altura rumbo al final de su vida.

De pronto alguien lo llamó —¡Bonfak! ¡Bonfak! Es hora de alistarnos para el festejo—. Ya habían pasado diez largos años desde el trágico e inolvidable momento vivido.

—Bonfak te estoy hablando, es tiempo de alistarnos. Tío Nofbak nos espera. — Replicó una voz angelical, la más dulce de todas las melodías habitadas en el Templo de los vientos; era Baknof quien le hablaba.

El jovencillo volvió en sí, lágrimas se deslizaron por sus mejillas. Baknof ya se había retirado. Bonfak la siguió mientras tartamudeaba aquella canción que le recordaba a su hermano mayor.

—Baknof, ya es tiempo… ya es tiempo de que tomes las riendas junto a los demás del Templo. Yo viajaré entre las estrellas misteriosas del destino en busca de algo muy especial. Ahora no entenderás mis razones por las cual me voy pero promete jamás jugar en el árbol más brillante que habita en el patio.

—Como quieras, Bonfak. En él no jugaré. Desde lejos escucharé las melodías de sus hojas mientras espero tu regreso. Tío Nofbak dice siempre que morirán los árboles del campo pero ese siempre estará de pies.

—Es verdad lo que tío Nofbak dice, pequeña. En él vive el mejor de los magos y pronto deberé encontrarlo para culminar lo que un día empezamos.

La pequeña Baknof no comprendía mucho de lo que hablaba Bonfak. Ambos terminaron de alistarse, bajaron al gran salón donde se reunirían todos a celebrar el décimo cumpleaños de Baknof y el vigésimo de Bonfak.

Todos andaban alegres, menos uno. Todos brindaban, menos uno. Todos celebraban la vida, menos uno. Todos siguieron distraído, menos uno… uno que había retomado el canto de iniciación luego de un largo tiempo de espera…

“¡Ya es tiempo!, ¡ya es tiempo!,
de juntar al sol y a la luna
del amuleto de los vientos.
¡Ya es tiempo!, ¡ya es tiempo!”

Fueron esas las últimas melodías del grandioso jovencillo del Templo de los Vientos.




¡Gracias por su lectura!

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¡Excelente! Tu arte inspira, @gythanobonfak. Me encantó la imagen y el tema místico que se hace musical. Sigue sonando. Saludos.

¡Muchas gracias por tu lectura y comentario, @fafavasquez! Me alegra que te gustara. ¡Abrazo fuerte!

"Yo viajaré entre las estrellas misteriosas del destino en busca de algo muy especial". Ahí tú destino, gythanobonfak. Vuela alto. Abrazos

Pero es que usted no pela ninguna. Logra encontrar siempre los fragmentos adecuados. ¡Que placer tenerla por acá. ¿Habrá leído ya mi post anterior? En el hablo del origen de mi nombre de usuario lo cual tiene alta relación con el presente cuento. ¡Fuerte y apapachante abrazo, mi steemada @nancybriti!

Muy bello cuento te felicito.

Muchas gracias, @naylet, por tu lectura y apreciación.

Un cuento muy hermoso y cándido, @gythanobonfak. Me gusta esa combinación entre lo fantástico, lo mítico y lo místico. Saludos.
(Aparte: se te escaparon unas fallitas de acentuación).

¡Muchas gracias por su lectura, apreciación y observación, @josemalavem!
Revisaré con calma y de manera detallada.
¡Saludos!

¡Corregido! ¡Gracias una vez más!

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