El desencanto del mundo: oposición Razón-Religión

in #spanish6 years ago (edited)
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Presentaremos a continuación las primeras visiones científicas sobre el fenómeno religioso. En un post anterior, que llamamos Consideraciones etimológicas sobre el término religión, trabajamos sobre el origen y las modificaciones de la palabra religión hasta el siglo XIII.

Hoy iniciamos nuestra revisión, por autores, en el siglo XVIII. En el ínterin, entre el inicio de la edad medieval y el siglo XVIII, ocurre una etapa sumamente interesante para la historia del concepto que nos ocupa, pero que dejaremos para otra oportunidad, ahora solo anunciaremos que se produce en ese momento histórico una intención de analizar el fenómeno religioso a partir de la razón, tarea asumida por los doctores de la Iglesia en un movimiento conocido como la escolástica. La obra más importante y que guió el pensamiento escolástico fue la Suma teológica, tratado de teología escrito por Santo Tomás de Aquino entre 1265 y 1274.

...............FOTOGRAFÍA PROPIA
Antes de abocarnos al tema de hoy, diremos que en este período medieval, se produce la creación de las universidades, entrelazada a la creación de las órdenes religiosas. Quien nos lee entenderá la importancia de conocer sobre ese momento.

Con la visión científica, nacida del seno de las universidades, se produce un fenómeno conocido como Desencantamiento del mundo, donde se transita desde una visión en la que la fe prevalecía sobre la razón a la relación contraría: la razón prevaleciendo sobre las ideas religiosas.

En el siglo XVIII las disquisiciones sobre el concepto de Dios pasaron a segundo término, sobre todo si se compara con el sitial de importancia que mantuvieron durante los siglos anteriores. Para mediados del siglo XVIII, grandes autores comienzan a escribir sobre el tema:

David Hume escribió sobre religión en 1751 después de haber publicado su Tratado Sobre la Naturaleza Humana.

Inmanuel Kant escribió La religión dentro de los límites de la razón en 1793, escrito que estableció la tendencia hacia la comprensión de la religión como un fenómeno que debía cambiar hacia formas menos misteriosas y supersticiosas, y adecuarse al ejercicio de la razón.

A partir de allí se sucedieron los debates acerca de la existencia de Dios, en los que participaron las élites intelectuales del momento. Son muy conocidas algunas frases pronunciadas por diferentes teóricos en ese debate que redundó en lo que Max Weber llamó posteriormente el desencanto del mundo.
Inmanuel Kant concluyó que “Dios era especulativamente incognoscible”.

El teólogo inglés Samuel Clarke, habiendo aseverado que los principios religiosos son deducibles y hasta demostrables por razonamientos matematicos, concluyó que ciertamente no se les podía conocer más que por la revelación.

Voltaire, utilizando argumentos de Locke y Newton, presentó la prueba físico-teológica, (conocida como argumento a partir del designio) para demostrar la existencia de Dios: es el famoso ejemplo del reloj y el relojero, que quiere ilustrar como la existencia del reloj presupone la existencia del relojero, aunque se le desconozca.

Denis Diderot Incorporó a la física mecanicista en esta disputa filosófica argumentando la idea del motor inmóvil como causa primera de todos los efectos posteriores, este motor, decía, era el Dios creador, lejano e inefable, causa primigenia de la creación.

En general, en este período, las diferentes argumentaciones en torno a la idea de Dios, de la esencia de lo religioso, de las formas eclesiales y de las connotaciones morales, asociadas al ejercicio de lo religioso, llevaron a los diferentes teóricos a confluir en la idea de establecer una separación entre dos formas de religión, que podrían mantener relaciones entre sí, pero que refieren a aspectos diferentes de la vida religiosa: la religión natural y la religión revelada.
El viejo concepto de religión se transforma, en el análisis, en una práctica humana marcada por la dimensión ética de la existencia, en el ejercicio de la virtud y de la justicia. Se trata ahora de observar, científicamente, como se manifiesta una religión intima, que parece dada por la naturaleza, en donde lo importante es el amor a Dios, al prójimo y a la verdad, sin ligazón a dogma ni a revelación alguna.

Montesquieu al respecto opina que la religión, independientemente de su verdad o falsedad, es cosa de sentido común, debe ser compatible con la moral, la que a su vez debe tener pocos preceptos, hablar al corazón y hacer buenos ciudadanos y, algo muy importante, debe quedar separada de los principios civiles .

Rousseau, en esa misma esfera siguiendo las ideas de Voltaire, sitúa el ejercicio de esta forma natural de religión: “Los dogmas de la religión civil deben ser sencillos, pocos y enunciados con precisión” separándola, de las religiones reveladas y constituidas en iglesias.
En el siglo XVIII los debates teóricos acerca de la religión pasaron a segundo plano para privilegiar la discusión sobre el concepto del hombre. Se asocia de esta forma el surgimiento de La Ilustración con una época de crisis del pensamiento sobre lo religioso.
Al mismo tiempo que presenció una ruptura en las relaciones entre los poderes políticos y las iglesias, se conformaba una opinión que propiciaba el retorno de una “religión de la naturaleza y de la razón” mientras que comenzaban a emerger formas de pensamiento escépticas y ateas que negaban cualquier forma religiosa.

En el siglo XIX, con las referencias de Kant y de Hegel, fundamentalmente, se desarrolla el estudio minucioso de la religión y con ello se perfila la conformación de una filosofía de la religión.
Inmanuel Kant en la Crítica de la razón práctica influye en el pensamiento de la época para dar lugar a una idea de religión basada en la razón y en la moral.

Para Hegel lo característico de la religión es que la religión es el resultado de un proceso de autoobjetivación histórica del Espíritu, que resulta en la constitución de las religiones históricas.

Hegel aseguró que la pregunta de la filosofía es siempre la pregunta por Dios, medida de todas las cosas , lo que dividió a sus seguidores en dos posiciones encontradas; los que siguieron su línea de pensamiento y los que se oponían críticamente a ella.

Entre estos últimos, Carlos Marx apuntó que la filosofía debía constituirse en crítica de la religión, a considerarla como un producto humano, una especie de proyección de la conciencia para enfrentar el mundo, que se utiliza como elemento de poder.
Marx entiende a la religión como la expresión de las criaturas oprimidas, el sentimiento de un mundo sin corazón y el producto espiritual de una situación deshumanizada. “Es el opio del pueblo”, dirá, por lo que el pueblo necesita abolir esta forma de felicidad ilusoria para comenzar a recuperar su verdadera felicidad.

Esta noción negativa de la religión cala en el discurso social que se gesta paulatinamente alrededor de la ciencia como hecho histórico y encuentra en las palabras de Proudhon una de sus más claras expresiones.
Para Proudhon la religión es el mayor obstáculo para la ciencia. Anuncia que el pensamiento científico generará un progreso que hará desaparecer los comportamientos religiosos.

........FOTOGRAFÍA PROPIA

Sobre estas ideas se inicia un intenso debate sobre el par Razón-Fe que no ha llegado a su conclusión hoy. Manteniéndose como un tema cada vez más digno de consideraciones.

Con el nacimiento de las ciencias sociales retornan los planteamientos sobre la importancia de la religión, no ya como un hecho divino sino como un hecho fáctico.
Le corresponde a las recién nombradas Ciencias del Espíritu profundizar en este conocimiento de lo social que se postula desde la observación histórica.

Augusto Comte, Max Weber, Sir Edward BurnettTylor, Evans Pritchard, Emile Durkheim, Rudolf Otto, precursores en las diferentes perspectivas disciplinarias sobre lo social, sientan conceptos sobre este fundamental aspecto de la vida social e individual que Mircea Eliade, el más reputado historiador de las religiones, convierte, con otros importantes teóricos contemporáneos, en un tema apasionante que ha motivado una inmensa bibliografía.
En una próxima oportunidad hablaremos sobre ello.

Muchas gracias por su atención.
Para la construcción del presente post he utilizado los datos bibliográficos recogidos en mi libro, del cual les dejo las referencias:
Acevedo, Graciela. Religiosidad a inicios del tercer milenio. Editorial Académica Española. Saarbrücken. 2016
Las fotografías reseñadas como propias fueron tomadas con una cámara Panasonic, Lumix, DMC-FZ40

Las imágenes de los autores fueron tomadas desde links de Dominios Públicos y organizadas con Paint. Aquí están las fuentes de los originales:

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Excelente post, @gracielaacevedo. Es un compendio de información que comprende muchas horas de tu lectura atenta y tu particular manera de tratar este inconcluso tema. Gracias por traerlo ante nosotros.

Muchas gracias a ti por tu lectura, @alidamaria, La promesa de la modernidad, la ciencia resolviendo los problemas del hombre, todavía está por cumplirse; mientras tanto se sigue recurriendo a las promesas divinas. un abrazo.

Muchísimas gracias por su Selección, @entropía. Me alegra mucho su reconocimiento, seguiré sus sugerencias. Gracias además, por el apoyo a todos los contenidos de calidad en la plataforma.

Excelente post! Muchas gracias!

Muchas gracias a ti por tu lectura @raul65. Gracias también por tu amable apreciación.

Como en otras oportunidades, apreciada @gracielaacevedo, haces una muy buena síntesis histórica y comprensiva de esta parte fundamental del pensamiento acerca de la religión. Como lo apuntas, en lo que Weber denominó el "desencantamiento del mundo" (frase que me gusta mucho, por cierto) tuvieron una influencia determinante los planteamientos de la Ilustración y los fundamentales del siglo XIX (Hegel, Marx, Nietzsche). Entiendo que más adelante te referirás a Max Weber, Rudolf Otto y Mircea Eliade, pensadores que me parecen capitales en una reivindicación de lo religioso, por decirlo de algún modo. Estaré atento a tu próxima entrega. Gracias por tu didáctico aporte. Un abrazo.

Gracias por tu lectura, josemalavem, y por tus apreciaciones. Estás en lo cierto,. este tema interminable tiene cantidad de facetas. Próximamente trabajaré con las ideas de los científicos sociales con respecto al tema religioso. Gracias por estar pendiente. Un abrazo.

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