Con este paraje, vía la Colotia Tovar que invita a la reflexión a volar con la imaginación, les puedo decir que la Venezuela que quiero no es algo utópico ni extraño, es un lugar que no es ajeno a todos nosotros, en realidad ya vivimos en el en algún momento. No es casualidad que nuestra niñez la añoramos y la recordamos con nostalgia y alegría al mismo tiempo. Quiero una Venezuela en la que se castigue al que comete un crimen, se premie el trabajo duro y el esfuerzo, quiero una Venezuela que aproveche la enorme Belleza que tiene y sea potencial turístico.

Quiero un país que la discriminación sea un vago recuerdo, en el que no nos separe el odio y las diferencias y al contrario nos una las ganas de hacer de este un mejor país. Venezuela debe ser liberada de la mediocridad y el comformismo. Quiero una Venezuela en la que la dignidad sea un enorme tesoro que no pueda ser mancillado por nadie y que jamás se pisotee a una persona, que jamás alguien tenga que volver a humillarse por una vacuna, un plato de comida.

Quiero una Venezuela segura en la que se castigue al criminal y todos tengamos calidad de vida, desde el más sencillo trabajador al más exitoso médico y empresario.

QUIERO UNA SOCIEDAD CONCIENTE, CAPAZ Y LLENA DE MORAL Y VALORES.