Escribir poemas, hacer poesía, elaborar algunas prosas, armar algunas rimas, es una de mis pasiones.

Para ello, solo me basta un motivo, un sentimiento, basta una idea, una imagen, alegría, dolor, angustia, incertidumbre, éxito, felicidad, en fin.

El 20 de agosto del 2006, hacen casi casi 14 años, escribí un poema a mis hijas

En él, expresé lo que ellas me hacían sentir, lo que sus miradas y sonrisas lograban inspirarme, me sentía y me sigo sintiendo orgulloso, realizado, bendecido y amado por Dios.

En las noches siempre les he dado un beso en la frente antes de dormir o incluso cuando he llegado tarde por mi trabajo (profesor universitario nocturno) o he llegado de viaje tarde en la noche o muy temprano en la mañana y aún duermen, de hecho.

En una ocasión, estaba cansado, con calor y cuando entré en el cuarto de ellas, las ví durmiendo tan plácidamente que no les dí el beso en la frente para no incomodarlas o despertarlas, al rato, ya yo acostado, entraron en mi habitación, se subieron a la cama y me abrazaron, me dijeron que por qué no les había dado su beso de buenas noches?, yo pensé que estaban dormidas, les respondí, la mayor me dijo que sí, pero que se despertaron extrañando mi beso y pensaron que no había llegado, por lo que me fueron a esperar en mi cuarto con su mamá.

Desde entonces, comprendí, que aún dormidas me sentían llegar, y que para ellas era importante que llegara a su cuarto y las abrazara y diera un beso.

Me disculpé con ellas, y cuando se durmieron, no podía dejar de pensar en ello, me levanté, tomé un bolígrafo y unas hojas, y la musa se adueñó de mi mano, mientras las veía dormir, con apenas 1 y 6 años de edad, me dieron una gran lección de amor.

Hoy, la menor tiene 15 años y la mayor a punto de cumplir 21, aún les sigo dando un beso en sus frentes de buenas noches, aunque ahora les da un poco de pena (ya están grandes) pero no me importa, y mientras pueda, lo seguiré haciendo, ellas son mis dos Sofías!