La noche y sus temores, que ya no son fantasmas ni aparecidos sino balas. La historia es desgarradora, cruda, pero tu verbo cuidadoso y sutil la embellece.
La noche y sus temores, que ya no son fantasmas ni aparecidos sino balas. La historia es desgarradora, cruda, pero tu verbo cuidadoso y sutil la embellece.
Tus palabras siempre me animan y me conmueven, @eudisdiaz. Todos los días salimos a la calle con nuestros bolsillos llenos de temores. Allí, cerquita del corazón, se acumulan casi todos. Un abrazo