Ya no juzguemos más.

No te alejes, lo supliqué mil veces, pues el frío abrazador me hace temblar de miedo, ya no te siento cerca y eso me hace sentir sin protección, como si estuviera desnuda ala maldad de este mundo.

Tengo ganas de llorar por favor alguien ayudeme, no puedo mas, mis pensamientos me atacan, mi corazón gime ante el miedo, necesito que alguien extienda su mano hacia abajo.
¿Acaso alguien puede mirarme? ¿Alguien puede ayudarme?
Lo confieso, llegué a un fondo sin salida, me he topado con la verdad de mi actual condición, el pecado me ha envuelto en un par de recuerdos húmedos de lodo , con unas largas cuerdas amarillentas rodeadas en mis manos y cuello... ¿Pueden escuchar mis gritos? ¿Alguien podrá ser tan humano como para escuchar mi corazón rasgado, al mismo tiempo que detiene sus latidos?
¡¡¡Dejen de juzgarme!!! Ya no puedo mas...

Tal vez con este relato traigas a tu memoria algún familiar, amigo, incluso aquella viejecita sentada en un supermercado, esperando ansiosamente a que alguien se apiade y miré hacia abajo, para darle una moneda, si, tal vez tu perspectiva a cambiado, de aquellas personas que frecuentemente las vez desaliñeadas, oh no con el mismo coche y ropa que tu.

Puedes ignorar esta publicación o bien cambiar tu actitud, cada persona tiene una historia y un pasado, del cuál tu no sabes nada, por favor, se amable siempre, termino esta publicación con esta fascinante frase del pastor y evangelista John Wesley " Haz todo el bien que puedas, por todos los medios que puedas de todas las maneras que puedas, a toda la gente que puedas durante toda la gente que puedas".

Por tanto, dejemos de juzgarnos unos a otros. Más bien proponganse no poner tropiezos ni obstáculos al hermano.
Romanos 14:13 NVI