UTZBEQUISTÁN, país de contrastes 1 (Fotos Propias)

Cuando decidí ir a Uzbequistán lo hice atraída por no sé qué halo de exotismo y misterio que despertaba en mí el nombre de Samarkanda, La ruta de la seda, Marco Polo etc. Y así fue como viajé al corazón de Asia. La seda fue el principal producto que circulaba por esa ruta comercial desde el siglo I antes de Jesucristo o antes , quizá, que comenzaba en China y llevaba ese preciado producto hasta la India, Roma y ya en la época medieval, hasta Al Andalus. Uzbequistán estaba en el centro de ese comercio ,y de ahí la importancia de algunos enclaves: Samarkanda, Bukhara y Khiva. La época del gran Tarmelán en el siglo XIV-XV embelleció estas ciudades, sobre todo la primera , pero las tres ciudades compiten por la belleza de sus palacios, mezquitas y madrasas. Khiva es la que mejor conserva ese embrujo que recuerda "Las mil y una noche".

En la actualidad sorprende por la variedad de sus paisajes, costumbres y vestimenta.Las fotografías quieren reflejar esos contrastes.

En Shakhrisab, a 80 Km de Bukara, había nacido Tamerland. Allí nos dirijimos despues de un viaje lleno de contrastes, desierto y fértiles valles .

La decepción fue muy grande al encontrarnos con que la zona monumental estaba convertida en una llanura llena de polvo, donde antes había jardines, con las ruinas del inmenso palacio y la enorme estatua del Tamberlán. Allí estaban trabajando un grupo de mujeres cubiertas de los pies a la cabeza para protegerse del polvo, que nos pedían cremas para la cara..A las mujeres utzbecas les gusta fotografiarse con los turistas.

Como contraste, la riqueza de los vestidos de las mujeres cuando se visten para una celebración

En Bhukhara cientos de puestos vendiendo joyas.También eran las mujeres las protagonistas; la simpatía, las ganas de reír, lo colorido de su vestimenta, la belleza de las mujeres jóvenes y de los niños.

Una vendedora de escobas en el mercado de Bukhara, nos sirve también para ver el contraste con la riqueza de la plaza de Registan, que sin duda es impresionante

En el desierto, la gente nos recibió amablemente, invitándonos a un trozo de pescado frito y a visitar una típica hurta, donde hubiéramos podido pernoctar.

En Bukhara ,los hornos callejeros donde venden pan y donde los vecinos llevan su propia masa para cocerla, es un ejemplo más de cómo conviven modos ancestrales con el lujo monumental

En el próximo post, os seguiré mostrando más imágenes a través de las cuales os podáis hacer una idea de la maravillosa diversidad de un país apasionante .