¡Hola, amigos de Steemit! Algo que no he expuesto aquí es que soy una persona excesivamente despistada. Y esto es algo realmente característico de mi persona, así que debería comenzar a contárselos.

Por ello, se me ha ocurrido escribir para ustedes una serie de micro-crónicas que muestren las desventuras que conlleva ser despistada. Todas basadas en hechos reales, por supuesto. (y es que aquí hay mucha tela que cortar). Intentaré rememorar muchos capítulos del día a día para presentárselos.

Ojalá les gusten y de verdad espero que, ustedes no sean tan distraídos como yo.

Cansada, desesperada y al borde de las lágrimas; decidida a no asistir a ese evento al que iba demasiado tarde, me dejé caer en la cama de mi compañera de cuarto (sobre la mía había una montaña de ropa que saqué de las gavetas). Estaba estresada a niveles incalculables, mi mandíbula temblaba por la frustración contenida y, furiosa, aventé eso que empuñaba en mi mano desde hace rato. Las benditas llaves.

Como loca —otra vez—, revisando la mochila y espacios cercanos a mí, levantaba cuadernos, libros, los pies, la ropa y mi escurridizo bolígrafo no estaba en ninguna parte, ni siquiera en mis manos, ellas estaban libres de culpa esta vez.

—Mi bolígrafo —dije con cansancio.

Recién había terminado los apuntes con los que estudiaría para el próximo examen y lo había dejado de usar justamente hace unos minutos.

—En la cabeza— dijo cuándo le fruncí el ceño. Llevé mis manos a la cabeza y lo encontré, ensartado en mi coleta de cabello.