Un hermoso kaddish de Vladimir III - Taller literario (ejemplo)

in #spanish6 years ago

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¿Quieres mejorar tu escritura y participar en un taller literario en Steemit? La primera semana de febrero inauguraremos los talleres en @decomoescribir. El objetivo es analizar sus textos para que, con ejemplos y la opinión de la comunidad, todos nos beneficiemos en nuestras futuras letras. Quienes tienen un trayecto en el mundo de la escritura creativa, saben que no existe mejor forma de aprender que los talleres, porque:

  1. Te nutres de la opinión de lectores
  2. Los escritores te comparten sus consejos

Taller - inicio: Febrero 4 - fin: Febrero 9 -
(se leerá un texto por día)
(cupo limitado)

INSCRIPCIONES

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Para participar deja un comentario con:

  1. tu correo electrónico, y...
  2. diciendo si te gustaría ser "tallereado" o "tallerista".

A los tallereados les gustaría traer su texto a revisión.
A los talleristas les gustaría leer (comentar) los textos.
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TODOS PUEDEN PARTICIPAR SIN IMPORTAR SU EXPERIENCIA

Las mejores aportaciones recibirán el voto ($) de @decomoescribir

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A CONTINUACIÓN, un ejemplo de taller on-line (texto y análisis). Original en: decomoescribir.com.

Tallerista: Daniel Camacho

UN HERMOSO KADDISH

VLADIMIR III

Para Juan Formerio, la verdadera felicidad consiste en poder hacer lo que quieras con tu propia vida. Y lo que Juan Formerio quería hacer con la suya, era no tener que convivir con nadie. Nunca, ni siquiera con su propia familia quería tener que tratar Juan Formerio.

El problema no residía tanto en la convivencia, sino más bien, en la interacción. No le gustaba tener que entablar diálogos, tampoco intercambiar miradas y mucho menos la fatigosa actividad de saludar y ser saludado.

Su vida desde hace unos años, era solitaria y cada día que pasaba lo era un poco más. Juan Formerio se perfilaba lenta e intencionadamente a alcanzar la absoluta soledad. Pasaba sus días voluntariamente recluido en su casa, veía televisión, leía, hacía ejercicio, escuchaba música, se sentaba en la computadora y hacía mil cosas más, siempre y cuando fueran actividades que no le exigieran la convivencia. Juan Formerio estaba sereno y se sentía feliz con su rutina, sin embargo no siempre había sido así.

Toda su vida había transcurrido rodeado de gente, entre charlas, bromas, bailes, fiestas, comidas, jolgorios, cotorreos y más cotorreos. Su familia era numerosa y sociable, con una actividad política intensa y colectiva, que lo involucraba a él.

Había estudiado psicología, y muchos años ejerció en su consultorio. Llegó a ser un reconocido y socorrido profesionista, y se ganó la confianza y el cariño de mucha gente. Hasta que un buen día, harto de tener que dialogar con sus pacientes, decidió cerrar su consultorio. No trabajó nunca más y se dedicó a vivir de sus rentas.

La gente le preguntaba por que había abandonado su profesión, y él siempre decía que porque ya estaba viejo para esas andadas. Cuando insistían en que solo tenía 50 años y que le quedada un porvenir brillante, entonces él les decía que lo había hecho porque pensaba que la psicología solo servía para tres cosas; para darle de comer, para quitarle su tiempo, y para entablar una conversación que no le importaba con gente que no conocía. Sobra decir, que le molestaba que la gente le hiciera esta pregunta, o cualquier otra, así que poco a poco se fue deshaciendo de la gente. También sus amigos le preguntaban, y también así, poco a poco, se fue deshaciendo de sus amigos. Una vez, su esposa, le preguntó por que había dejado el consultorio y le contó la verdadera razón sin omitir detalle. Ella, por supuesto, no entendió un carajo de sus razones. No hubo necesidad de deshacerse de su mujer, porque ella se fue sola.

Sin mujer, sin amigos y sin trabajo, la vida de Juan Formerio era casi perfecta. Y digo casi por 3 sencillas razones.

Primero, por que aún tenía que ir a esas reuniones familiares; le quedaba una madre, un padre y muchos hermanos, con los que tenía que convivir en las comidas que se organizaban mensualmente, a las que asistía a una de cada tres. Eso, sin contar las reuniones extras y obligatorias de los cumpleaños y las navidades.

Segundo. Dependía del ingreso económico de cobrar sus rentas. Para su felicidad, existían los depósitos bancarios, sin embargo, de vez en cuando le hablaban los inquilinos, que requerían algún asunto de plomería, cerrajería o cualquier cosa relacionada con la renta.

Tercero. Aún tenía que proveerse alimentos. Esta labor de verdad que le pesaba, porque lo obligaba a salir a la calle, y para su desgracia, vivía en una ciudad chica donde muchos lo conocían. Esto debido a que venía de una familia numerosa de personas conocidas y notables de la ciudad, lo que lo hacía ser a él también conocido. Además, de que en su pasado -del cual ahora se arrepentía- había sido amigable y dicharachero.

Otro fastidio aunque menos molesto de tener que proveerse comida, eran las idas al supermercado, que incluían al vigilante -al cual ignoraba- que siempre que lo veía entrar le decía buenos días, y a las cajeras, que osadamente, como si fuera obligatorio, le preguntaban si quería redondear sus centavos.

Había moldeado las incomodidades de la vida cotidiana de tal forma que le representaran una menor interacción social. El servicio telefónico de Juan Formerio tenía un contrato donde solo salían llamadas, y su facebook estaba configurado para que nadie pudiera ver su perfil ni escribir en su muro. Además, tenía un automóvil eléctrico, esto para evitarse las extenuantes visitas a cargar gasolina, donde el inoportuno empleado le preguntaba si quería magna o premium.

De todas las incomodidades que padecía Juan Formerio siendo ermitaño, la más desgastante de todas era su hermano Francois -el director de relaciones públicas de la orquesta sinfónica-, que cada vez que se veían, lo invitaba a ver las funciones.

El primer viernes de cada mes, sin falta, Juan Formerio recibía en su casa un par de boletos para el concierto de la orquesta. Juan Formerio jamás iba, y se los regalaba al vigilante del supermercado -que era la persona con quién más contacto tenía-.

La noche de un viernes primero de mes, por falta de pago, la casa de Juan Formerio se quedó sin electricidad. Había postergado tanto el pago del recibo para evitar salir a la calle, que sin previo aviso -por que no podía recibir llamadas- los de la central eléctrica le desconectaron la luz. Juan Formerio habló a la central y le dijeron que la reconectarían el Lunes a primera hora, mentó madres pero de nada sirvió. Entró en un pánico tan ajeno a él, que lo único que se le ocurrió hacer fue ir al concierto de la orquesta.

Este evento, sin duda, fue un parteaguas en su vida. Fue una noche de sentimientos intensos pero de naturaleza opuesta. Tener que ver, saludar, y dialogar con tanta gente conocida fue una afrenta tan grande, que requirió de su más valeroso aplomo para poder sobrellevar la desidia social.

Juan Formerio, era hábil en el arte de ignorar a la gente a larga distancia, cuando alguien desde lejos lo saludaba, él giraba los ojos con tal discreción, que parecía que estaba mirando al fondo de su alma. Pero cuando se daba el caso que se le acercaban a tenderle la mano, a dialogar y además hacían preguntas tales como; ¿Cómo está la familia? ¿Ahora a que te dedicas? ¿Sigues viviendo donde mismo?, era en ese momento cuando odiaba por completo a toda la civilización y se relegaba a sus pensamientos más profundos, entablando una conversación sin gracia, que solo provocaba en él sentimientos de inmensa apatía.

Recuerda Juan Formerio, y lo recordará por el resto de su vida, que esa noche interactuó con la directora de su primaria -la maestra Betty Lavoignet- , quién a pesar de haber sido ignorada por él en varias ocasiones -cuando ella lo saludaba meneando la mano desde lejos-, se le acercó y tuvo el descaro de hacerle una serie de preguntas sin importancia, que debido a la displicencia que le causaba la maestra desde siempre, no pudo contestar con elocuencia y solo atinó a decir palabras malogradas, que doña Betty, interpretó, como si este hablara en ruso, pero que más tarde su esposo -que era maestro en lenguas-, corrigió y le dijo: “No Betty, creo que esto se trata más bien de un élfico bastante fluido”.

Juan Formerio también tuvo que saludar esa misma noche, a una tía lejana de la cuál ni siquiera se acordaba del nombre, y mientras la tía insistía en preguntar por su familia y contarle de sus nietos, Juan Formerio padeció de pronto, una muy fuerte pero temporal sordera, ocasionada, tal ves, por la indiferencia que la tía le contagiaba.

Pero no solo vivió malos ratos durante el concierto. Esa misma noche, mientras la orquesta tocaba un hermoso Kaddish*, Juan Formerio sintió un gozo extraño que le recordó a cuando era niño. Guiado por los cuarenta violines, los doce chelos, los ocho contrabajos, los dos clarinetes, el arpa, el piano y el corno inglés, Juan Formerio llegó a un éxtasis sublime, que ni siquiera podía compararse con sus momentos de más obscura y recóndita soledad.

Después del concierto jamás volvió a ser el mismo. En ese éxtasis reconoció la presencia de un ente celestial, que lo invitaba a fundirse con todo el cosmos, al que trató de alcanzar de nuevo durante toda su vida, y que sabía perfectamente que solo encontraría a través de la música. Desde esa noche, Juan Formerio tuvo dos pasiones; su soledad y la orquesta sinfónica.

Juan Formerio se prometió a si mismo regresar a todos y cada uno de los conciertos de la temporada. Pero para esto tenía que impedir a toda costa la antipatía que la gente le causaba.

Pensó que la solución ideal era volverse un desconocido total para evitar saludos y miradas. Intentó usando un bigote falso, una gafas grandes y una pañoleta en la cabeza, pero esto no fue suficiente. Después se probó un antifaz de arlequín que había comprado en su viaje a Venecia, pero esto era demasiado vistoso y dejaba descubierta la boca. Luego intentó una máscara de luchador, esto servía pero no era lo ideal. Se dirigió a la tienda de disfraces con la máscara de luchador puesta. Ahí encontró justo lo que buscaba.

Siguió yendo a los demás conciertos pero ahora iba disfrazado. Llevaba siempre una túnica que le cubría su fisonomía y se ponía una máscara rígida de Darth Vader. Esta era perfecta, no solo por que provocaba en la gente repele y aversión, sino también por que no mostraba movimientos faciales, le cubría la boca y le impedía hablar.

Esta técnica fue la solución suprema y poco a poco la fue implementando en todos los ámbitos de su vida, iba al supermercado y caminaba por la calle vestido así. Incluso ahora, se presentaba personalmente con los inquilinos y les cobraba la renta en la mano. Después empezó a ir más a las reuniones familiares, hasta que llegó el punto en que ya iba a todas. Retomó el consultorio y su esposa regresó a la casa.

Nunca en su vida volvió a pronunciar una palabra, ni a mirar a los ojos, ni a saludar a nadie, tampoco se quitó el disfraz. Todo esto era parte de su personalidad, y todos lo querían así.

*Kaddish.- En la liturgia judía, es una plegaria que tradicionalmente se canta por los muertos, ya sea en su tumba o en una ceremonia memorial. (Su significado es “Santificación”)

Análisis

  1. Nivel narrativo. El texto presenta un nivel narrativo congruente. El narrador –personaje más importante de toda historia, y en general, del genero narrativo–, es sólido y presenta el mismo nivel de elocución que permite avanzar a la historia de Juan Formerio sin sobresaltos para el lector. A pesar de no tener un nombre o un papel determinado, sabemos que es el narrador funciona, en este texto, como un personaje que cuenta la historia de Juan, y tiene licencia para en conocer a totalidad la vida, pasado, pensamientos y anhelos ocultos de Juan Formerio. El texto nunca rompe estas reglas y el narrador se mantiene congruente de principio a fin, lo cual, crea una sensación de congruencia y unión que permite avanzar con naturalidad a la historia.
    El problema de la historia está en el nivel de la trama, y más importante, en la finalidad y en la consecución de objetivos. Lo analizaremos más adelante.

  2. Trama o historia: Aquí tenemos el principal problema del texto. El texto rompe sus propios principios para tener un final bastante flojo que no respeta la congruencia misma de la historia. Todos las historias, en un nivel oculto o consciente, funcionan como una fórmula de matemáticas o un fenómeno físico. Como la literatura está limitada al lenguaje, funciona con las reglas del lenguaje. Y la función de los idiomas es dar congruencia y orden al habla. Toda historia (aunque no empiece en el principio formal, y su inicio narrativo sea en el final de la historia, o en la mitad…) tiene una lógica que va desde un punto A a uno B, y quizá, si se extiende, a uno C o D o F… Juan Formerio tiene un principio: Para Juan Formerio, la verdadera felicidad consiste en poder hacer lo que quieras con tu propia vida. Y lo que Juan Formerio quería hacer con la suya, era no tener que convivir con nadie.
    La estructura de historia, Validimir, la podemos resumir en el siguiente esquema: A) Juan Formerio es una persona que ama su soledad. Tienes dos hojas donde simplemente refuerzas este punto con detalles de su vida o ejemplos. Después, hay un punto B) Juan Formerio tiene una revelación: la música. Y finalmente, tratas de entablar un punto C que no se logre por romper con la “matemática” (mantengamos el sustantivo) de tu personaje. Resuelves el cuento diciéndonos que Juan Formerio encontró en un disfraz la solución de todos sus problemas, y se volvió social, y ignoró su vida anterior. Aquí el cuento se rompe. La razón es la nula congruencia que tienes con los principios de tu personaje. Tu personaje es un ermitaño por elección. Tuvo una revelación: la música. ¿Y el texto concluye poniéndolo un disfraz y volviéndolo a normalidad? ¿Un ser social, sin nada más interesante que andar con el mundo cubierto por un manto? El problema de tu texto que parece que la historia no termina, sino que se termina con un elemento artificioso.

  3. Personajes: Aunque exista la presencia de la esposa, del tío o de la familia, en realidad, está historia solo tiene un personaje: Juan Formerio; el resto, solo son decorativos o circunstanciales. La soledad es el elemento destacado. Es el interés del personaje para un lector. El final debe tener congruencia con el principio que mueve la historia: su decisión consciente de apartarse de la sociedad.

  4. Finalidad o consecución: Aquí el mayor problema, a mi parecer. Conoces la historia pero no me queda claro qué quieres mostrar con ella. ¿Solamente la vida de un personaje que termina por salir disfrazado a la sociedad? A cualquier lector nos parecerá insuficiente está resolución. Con el final, tienes que preguntarte:

¿Por qué exite Juan Formerio? ¿Qué nos ha venido a enseñar? Y elegir un final que no sea explicativo, sino que demuestre una faceta más del personaje que tenga congruencia, y nos lleve a los lectores hacia una redondez del personaje con una resolución prudente.

  1. Tono: el tono es adecuado en toda la historia. Como consejo, omitiría regionalismos como “mentó madres” que funcionan para un personaje o narrador mexicano, cuando verdaderamente tratas de imitar una oralidad.

Pero tu narrador es neutro: habla con un español sin estridencias, entre más respetes ese tono, cualquier lector podrá avanzar más fácilmente con tu historia.

  1. Lecturas y recomendaciones: Lee estos textos que tienen una narrativa y un propósito similar al que buscas.

Mark Twain: El cuento del niño malo.

García Marquez: Un día de estos.

Verás cómo los personajes son redondos y siempre actúan concorde a los trazos que el autor nos deja ver de ellos.

Sort:  

Un respetuoso saludo a los organizadores de este proyecto:

@decomoescribir

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Hacer una loable labor en pro del aprendizaje de los usuarios de steemit, para lograr obtener y mantener el dominio del arte de escribir tan bonito, y hacer de la lectura y escritura un hábito mensurable, es la verdadera genialidad en la participación con generosidad que ustedes le pueden otorgar a cualquier Steemian de habla hispana que publica sus letras en esta distinguida plataforma...

Me siento satisfecho y me agrada mucho haber encontrado esta publicación, porque así podré aprender cómo usar mejor las palabras, construir excelentes oraciones que hagan al lector vivir y sentir la situación expresada en mis relatos... Y tantas historias que revolotean en mi cabeza, las cuales se quieren salir solas pero aun no encuentran un ejemplar maestro que me encause a dejarlas volar con la precisión de la pluma sobre el papel blanco...

Aplaudo su generosidad, creando estos contenidos de apoyo al escritor, por eso les envío mi humilde voto y un merecido reesteemear, además de vociferar este comentario que refleja mi convencimiento firme de estar apoyando y participando con su loable labor.

Cuando aprenda a escribir mejor podría ser un "tallereado", por ahora solo participaré con mis sinceros comentarios como "tallerista".

Espero que acepten mi solicitud.

¡Hasta pronto!

@henrycalu

[email protected]

@henrycalu,

Me emociona muchísimo leerte, y es un elogio cuando te dirijas hacia @decomoescribir como un equipo. De momento, este proyecto recae en mi, y cada vez que escribas en este espacio, te leo de uno a uno, y nos hablamos de uno a uno con todas las ganas de crear una comunidad de aprendizaje, difusión y arte.
En este sentido, tienes todo el apoyo.
¡Gracias por participar en los talleres! Realmente nos vamos a llevar una experiencia muy grata. Y mencionar que no existen "humildes" votos, sino personas.
¡Bienvenido!

Muchísimas gracias @decomoescribir
Ya estas formando tu "equipo", poco a poco y uno a uno se va sumando a tu perfil como la "comunidad de aprendizaje" que empiezas organizar; así nos apoyamos y aprendemos todos...
¡Hacer publicaciones de calidad es el norte!
Gracias @decomoescribir por el loable apoyo

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Estupendo dia, me gustaria ser tallerista, para ir agarrando experiencia y tomar el papel de tallereado en la proxima oportunidad.

Déjame tu correo :)

Todavía estás a tiempo...

Definitivamente quisiera participar como tallereado. Mi correo: [email protected]

¡@glokdm, bienvenido!
Me gustó mucho leer tus letras en el concurso anterior, qué alegría que nos vayamos a encontrar en el taller.
Saludos.
D.

Gracias!!!! Espero estar a la altura y seguir aprendiendo con ustedes :)

Hola! me gustaría participar pero no tengo ninguna experiencia. de poder mi correo electrónico es [email protected] y me gustaría participar como Tallerado. para que me puedas ayudar a mejorar.

Esa es la idea, Carolina.
En estos días mandaremos un correo.
¡Bienvenida!
D.

Muy buena iniciativa. Me gustaría ser Tallereado. Mi correo es [email protected]. Gracias por la oportunidad.

¡Excelente!
Mandaremos un correo muy pronto.
Bienvenido :)
D.

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Me encantaría participar y ser "tallereado"

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Bienvenida, Zuni.
Estoy emocionado de ayudarnos como comunidad.
Saludos y revisa tu correo en la semana.
D.

Muy buen análisis, @decomoescribir. Muy profesional. No creo que haya ninguna "explicación fantástica" en el cuento. La solución luce arbitraria, que es otra cosa.

Gusto leerte y coincidimos.
Justo ese es el punto: ayudarnos para mejorar.
Sería un honor verte en los talleres.
Saludos.
D.

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