Talleres literarios | Día 4 | Cómo escribir fantasía o ciencia ficción

in #spanish6 years ago

TALLER ROJO


El Hombre que quería escribir

@reinaldoverdu

Sentado afuera de la casa en la mecedora, miraba la ciudad pasar , chicos en bicicleta, una que otra mujer apurada yendo o regresando a su trabajo, el vecino con el perro cagador de jardines y el malandrín de costumbre en la esquina buscando a quien timar. A lo lejos el hombre con el carrito de metal se acercaba, hurgando entre los potes de basura, buscando los trastos viejos, revolviendo bolsas,cogía cosas y las metía en su carrito.....

–Ummm un pedazo de pizza!, esto me servirá para aguantar hasta la noche, a ver que mas hay por acá..........bah pura mierda, conchas de naranjas, varias latas vacías de sardinas, ropas hechas jirones, desperdicios de cocina....

El hombre paso delante de mi casa, me lanzo una mirada escrutadora, de esas que te dicen "Ayúdame , estoy jodido", la devolví con tristeza, pensé en como vivía yo cuando tenia su edad, en los infinitos partidos de fútbol y las largas charlas con mi padre en las noches, esos tiempos que no regresarían......Me quede tan metido de mi, recordando épocas pasadas que ni cuenta me di cuando desapareció el indigente.

-0-

Llegando al fondo del callejón, el mendigo tomo un trozo de cartón, con un lápiz viejo que había recogido recientemente se lo llevo a la lengua, lo impregno con saliva y garabateo en el trozo :

"Heme aquí, quiero escribir y no se de que......"

–Esta botella de aguardiente ya no tiene nada!!!!....

Tiro la botella al fondo del callejón con el resto de desechos, y los cristales se estrellaron contra el piso, no tenia musa, no tenia inspiración y empezó a divagar en su loca mente :

"Año 2570: La ciudad estaba encerrada dentro de un domo, protegida de todo el salvaje exterior lleno de bestias y criaturas temerarias , capaces de acabar con tu vida en una sola fracción de segundo.Se veian altos edificios y brillantes vehículos en forma de hoja , de color mercurio que se desplazaban por aire y tierra, las avenidas tenían un rayado vial iluminado que a su vez controlaba la velocidad y el transito de todo el sitio, manteniendo así el orden.

Los rascacielos se elevaban en forma artística,eran todos cristalinos, con miles de ventanales en forma de círculos,se podía apreciar el interior de las viviendas y los seres que vivían dentro de ellas, con largos brazos, estilizados dedos, cabezas redondas y caminar como de plumas, como si flotasen, como si cada paso que diesen estuviese en armonía y equilibrio con el resto del sitio y a su vez fuese un pulso que los hacia distinguirse de los demás.Ondas, gráciles y armoniosas ondas que se esparcían por dentro de todas las construcciones, haciendo que en sus paredes se activaran los bionanites, encargados de mantener el sustento de vida en los edificios.

La gente se desplazaba tranquilamente, en la parte mas meridional del domo , estaba el hogar de Dumuk.

Habían pasado varios eones desde su llegada, y el tiempo había llegado.

La figura tomo su vara, un dispositivo blanquecino con forma oval que sujeto en su mano izquierda, tomo sus lentes vibrasensoriales y se coloco de inmediato en el rayado peatonal.Los bionanites de inmediatos ejercieron la lectura organicomental de su cuerpo y lo trasladaron sin demora hacia la parte mas al sur de la cúpula : la gran compuerta.

El fruto de tantos años de desvelos, e intensas noches de apasionados pensamientos se hizo presente en estos instantes , Dumuk había logrado controlar definitivamente los bionanites y con ello la posibilidad de abrir la gran compuerta......la cual no se inmuto, no sonó la alarma , ni emitió ninguna advertencia, sencillamente como había sido ordenado, el campo de fuerza se organizo para permitir pasar al brillante ser, que por la reorganización de nanites, era fulgurante en este momento como un sol.Traspaso el umbral y de inmediato una sensación de humedad, de calor, y de cuerpos pegajosos que golpeaban su piel lo abordo,mientras el brillo de la reorganización atómica finalizaba, llevándolo de nuevo a su forma normal.

– Estoy al otro lado de la compuerta, me he burlado del sistema!


Alrededor todo era distinto, ya era de noche, lo que sentía en su piel eran gordas gotas de agua que castigaban su sensible cuerpo,estaba rodeado de plantas, lluvia intensa y ruidos desconocidos, pensó que lo mas lógico era ir hacia el sur, donde se decía habitaban los seres antiguos, comenzó a acelerar el paso pero después de recorrer unos 5 minutos escucho delante de el los ruidos similares a huesos partidos mezclados con válvulas de vapor de lo que podría bien ser una locomotora.El suelo comenzó a estrepitarse, la vibración fue tan intensa que cada nanite en su ser se descompuso, se empezó a sentir mareado,ante sus ojos apareció una criatura gigantesca un Tiranogadget,

un enorme Tiranosaurio Rex con la mitad de su cabeza cubierta por implante eléctrico que emitía silbidos y humo a la vez, en lo que parecía ser su ojo se podía apreciar un telescopio que giraba y se ajustaba en la dirección que yo estaba , como para poder observarme mejor, su cuerpo tenia en el pecho una caparazón de metal con distintos instrumentos que no logre reconocer que era, su larga cola era de metal cubierta de engranajes que giraban frenéticamente por encima de los remaches y las tuercas,y yo sin comprender de que manera funcionaba todo esto.

–Esto me va a matar, mejor corro!

Era muy tarde, el pego un salto hacia mi y para defenderme solo le tire mi capacitor blanco oval que tenia en la mano, con la esperanza de poder salvarme.

Sentí como este animal me arrancaba fieramente mi brazo izquierdo, luego todo se volvió negro y no supe mas de mi.

-0-

Sentado en mi mecedora, vi como nuevamente el hombre con el carrito de metal regresaba en su recorrido por el vecindario, poco a poco se fue acercando a mi casa, detuvo el carrito en el jardín, miro hacia mi y se encamino hacia donde yo estaba y estirando su brazo me dijo :

– Esto me va a matar, mejor corro

Me entrego unos trozos de cartón, envueltos con una cinta blanca, yo estire la mano y los recibí

– Fui el hombre que quería escribir.

Su aliento era a aguardiente, su olor era a mil ratas , pero sentí que era una buena persona, que quería hacer algo,vi como tomo su carrito y se fue alejando poco a poco hasta desaparecer en el horizonte.

Dentro de los envoltorios escrito en varios cartones, reposaba este relato que acabas de leer y que te he transcrito tratando de guardar hasta el mas pequeño detalle.


ANÁLISIS


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TALLER AMARILLO


Tormenta de verano

@tanusk

Tumbado en la piedra, a la orilla de la charca, miraba el cielo anaranjado de última hora. Imaginaba las formas imposibles que le sugerían las nubes que se acercaban . Se evadía de la realidad , creando historias paralelas que no existían y convirtiéndolas en un pasatiempo inútil.
Las sienes le sudaban al sol, pero una brisa ligera y un olor intenso a tierra mojada en el ambiente, intuían tormenta.
Los insectos revoloteaban por su cara, brazos y piernas, con ese zumbido característico en la soledad del bojsque. Y hoy, los pájaros no volaban. Los grillos, con su canto de origen desconocido, le hacían compañía invisible, y las ranas croaban saltarinas, mientras se despedían, a su manera, saltando al agua.

Solos, él y la naturaleza más auténtica, en el estanque de los juncos.

Buscaba tranquilidad, y sólo allí en estos días de agosto se podía encontrar con ella. Apartándose durante semanas en el pueblo, huyendo de la ciudad, y dejando pasar las tardes de verano andando por caminos mil veces pisados, centrado en lo que nunca salía de su interior.
Risas lejanas de niños, -bullicio en la parte más baja del río- le recordaban una y otra vez lo efímero de la temporada estival, la vuelta a la rutina en pocos días.
Y ella esperándole en la ciudad. Ella que requería su tiempo precioso y unas condiciones que él no estaba dispuesto a ceder. Aún sin estar presente, quitándole espacio de su mundo sin compartir. Aguardándole en otoño con unas respuestas que él no había elaborado aún. No quería volver. No estaba preparado para enfrentarse a más reproches, ni para seguir siendo un querer y no poder de sí mismo. Todavía no.

La primera gota en el muslo.
Fría.
Inesperada pero prevista, sólo fue la precursora de miles de gotas más que se precipitarían sobre él. Seguida esta exploradora, al momento, por un estallido de luz que anunciaba en poco segundos, con un ruido ensordecedor, que la bóveda celeste se abriría para dejar caer su furia. Y tras varios hilos de luz blanquecina que se daban la mano atravesando el cielo, rompió la lluvia sobre él.
Las gotas caían gruesas, calando su camiseta con rapidez, sin darle tregua para resguardarse bajo los árboles que se encontraban bosque adentro. Parecían querer añadir un peso extra sobre él, sobre su conciencia ya pesada. Se quitó rápido la camiseta y la lanzó al suelo.
Caían fuertes, picaban incluso. Al tocar el suelo hacían saltar pequeños granos de arena que se le clavaban en las pantorrillas como pequeñas agujas. Le pegaban el pelo a la cara, sobre los ojos, y mientras le chorreaban en hilos de agua por la piel.

Y un olor maravilloso a húmedo inundándolo todo.
Y unos truenos rotos encendiendo el bosque a su paso.

Quizás no fueron más de diez minutos en los que aquel torrente de agua cayó y cayó arrastrando incluso las piedras en su camino. Pero con todo ese chaparrón que había descargado sobre él, ahora se sentía limpio por dentro. Más puro en su interior. Las lágrimas del cielo lo habían transformado con su llanto y también habían arrastrado parte de su amargura.
En un primer momento hizo el intento de guarecerse pero para su satisfacción, y no sin cierta incomprensión por una actitud rebelde contra sí mismo, se descubrió gozando bajo esa lluvia repentina.
Con los brazos extendidos hacia arriba quería recibir todo lo que le ofrecía aquel aguacero, inclinaba la cabeza hacia lo alto escuchando, oyendo y sintiendo sobre sus ojos. Daba vueltas sobre sí mismo como un loco clamando al cielo. Pidiendo más.
Reía, incluso gritaba, dejando salir al tiempo su propia tormenta interna. A ésta, le dio rienda suelta para que se llevase todo lo que ya no necesitaba, para que le lavara las sábanas de los fantasmas internos y liberase un caudal de sentimientos guardados para que fuesen a desembocar a un estanque de tranquilidad final.

Baldeando su espíritu, con los zapatos en la mano y la camiseta escurriendo sobre su hombro, se concedió la libertad de bajar al pueblo por la orilla del río, sin hora de llegada.
El sol volvía a salir para secarlo todo, tímido ya y apunto de apagarse. Creaba reflejos rojizos en las hojas todavía mojadas, y un arco de colores surgía de las aguas ahora tranquilas. La vida del bosque todavía permanecía oculta, asustada. Terminaría dando paso a la confianza de volver a la normalidad para cada uno de sus habitantes. Pero no todavía.
Para él todo el chaparrón había sido algo más que un momento puntual en el bosque. Había significado un punto de inflexión que le había dejado el poso de una sensación muy agradable: volver a ser dueño de sí mismo.

Ahora todavía quedaban unos pocos días de estío para descansar, y cuando terminasen, se enfrentaría a sus dilemas con fuerza y valor. Pero aún no. Todavía se podía dejar acariciar un poco más por el sol, por la montaña, por la naturaleza y por la soledad que tanto disfrutaba.


TALLER AZUL


Amigo del alma

Alex Morales

Tumbado en la piedra, a la orilla de la charca, miraba el cielo anaranjado de última hora. Imaginaba las formas imposibles que le sugerían las nubes que se acercaban . Se evadía de la realidad , creando historias paralelas que no existían y convirtiéndolas en un pasatiempo inútil.
Las sienes le sudaban al sol, pero una brisa ligera y un olor intenso a tierra mojada en el ambiente, intuían tormenta.
Los insectos revoloteaban por su cara, brazos y piernas, con ese zumbido característico en la soledad del bojsque. Y hoy, los pájaros no volaban. Los grillos, con su canto de origen desconocido, le hacían compañía invisible, y las ranas croaban saltarinas, mientras se despedían, a su manera, saltando al agua.

Solos, él y la naturaleza más auténtica, en el estanque de los juncos.

Buscaba tranquilidad, y sólo allí en estos días de agosto se podía encontrar con ella. Apartándose durante semanas en el pueblo, huyendo de la ciudad, y dejando pasar las tardes de verano andando por caminos mil veces pisados, centrado en lo que nunca salía de su interior.
Risas lejanas de niños, -bullicio en la parte más baja del río- le recordaban una y otra vez lo efímero de la temporada estival, la vuelta a la rutina en pocos días.
Y ella esperándole en la ciudad. Ella que requería su tiempo precioso y unas condiciones que él no estaba dispuesto a ceder. Aún sin estar presente, quitándole espacio de su mundo sin compartir. Aguardándole en otoño con unas respuestas que él no había elaborado aún. No quería volver. No estaba preparado para enfrentarse a más reproches, ni para seguir siendo un querer y no poder de sí mismo. Todavía no.

La primera gota en el muslo.
Fría.
Inesperada pero prevista, sólo fue la precursora de miles de gotas más que se precipitarían sobre él. Seguida esta exploradora, al momento, por un estallido de luz que anunciaba en poco segundos, con un ruido ensordecedor, que la bóveda celeste se abriría para dejar caer su furia. Y tras varios hilos de luz blanquecina que se daban la mano atravesando el cielo, rompió la lluvia sobre él.
Las gotas caían gruesas, calando su camiseta con rapidez, sin darle tregua para resguardarse bajo los árboles que se encontraban bosque adentro. Parecían querer añadir un peso extra sobre él, sobre su conciencia ya pesada. Se quitó rápido la camiseta y la lanzó al suelo.
Caían fuertes, picaban incluso. Al tocar el suelo hacían saltar pequeños granos de arena que se le clavaban en las pantorrillas como pequeñas agujas. Le pegaban el pelo a la cara, sobre los ojos, y mientras le chorreaban en hilos de agua por la piel.

Y un olor maravilloso a húmedo inundándolo todo.
Y unos truenos rotos encendiendo el bosque a su paso.

Quizás no fueron más de diez minutos en los que aquel torrente de agua cayó y cayó arrastrando incluso las piedras en su camino. Pero con todo ese chaparrón que había descargado sobre él, ahora se sentía limpio por dentro. Más puro en su interior. Las lágrimas del cielo lo habían transformado con su llanto y también habían arrastrado parte de su amargura.
En un primer momento hizo el intento de guarecerse pero para su satisfacción, y no sin cierta incomprensión por una actitud rebelde contra sí mismo, se descubrió gozando bajo esa lluvia repentina.
Con los brazos extendidos hacia arriba quería recibir todo lo que le ofrecía aquel aguacero, inclinaba la cabeza hacia lo alto escuchando, oyendo y sintiendo sobre sus ojos. Daba vueltas sobre sí mismo como un loco clamando al cielo. Pidiendo más.
Reía, incluso gritaba, dejando salir al tiempo su propia tormenta interna. A ésta, le dio rienda suelta para que se llevase todo lo que ya no necesitaba, para que le lavara las sábanas de los fantasmas internos y liberase un caudal de sentimientos guardados para que fuesen a desembocar a un estanque de tranquilidad final.

Baldeando su espíritu, con los zapatos en la mano y la camiseta escurriendo sobre su hombro, se concedió la libertad de bajar al pueblo por la orilla del río, sin hora de llegada.
El sol volvía a salir para secarlo todo, tímido ya y apunto de apagarse. Creaba reflejos rojizos en las hojas todavía mojadas, y un arco de colores surgía de las aguas ahora tranquilas. La vida del bosque todavía permanecía oculta, asustada. Terminaría dando paso a la confianza de volver a la normalidad para cada uno de sus habitantes. Pero no todavía.
Para él todo el chaparrón había sido algo más que un momento puntual en el bosque. Había significado un punto de inflexión que le había dejado el poso de una sensación muy agradable: volver a ser dueño de sí mismo.

Ahora todavía quedaban unos pocos días de estío para descansar, y cuando terminasen, se enfrentaría a sus dilemas con fuerza y valor. Pero aún no. Todavía se podía dejar acariciar un poco más por el sol, por la montaña, por la naturaleza y por la soledad que tanto disfrutaba.Tumbado en la piedra, a la orilla de la charca, miraba el cielo anaranjado de última hora. Imaginaba las formas imposibles que le sugerían las nubes que se acercaban . Se evadía de la realidad , creando historias paralelas que no existían y convirtiéndolas en un pasatiempo inútil.
Las sienes le sudaban al sol, pero una brisa ligera y un olor intenso a tierra mojada en el ambiente, intuían tormenta.
Los insectos revoloteaban por su cara, brazos y piernas, con ese zumbido característico en la soledad del bojsque. Y hoy, los pájaros no volaban. Los grillos, con su canto de origen desconocido, le hacían compañía invisible, y las ranas croaban saltarinas, mientras se despedían, a su manera, saltando al agua.

Solos, él y la naturaleza más auténtica, en el estanque de los juncos.

Buscaba tranquilidad, y sólo allí en estos días de agosto se podía encontrar con ella. Apartándose durante semanas en el pueblo, huyendo de la ciudad, y dejando pasar las tardes de verano andando por caminos mil veces pisados, centrado en lo que nunca salía de su interior.
Risas lejanas de niños, -bullicio en la parte más baja del río- le recordaban una y otra vez lo efímero de la temporada estival, la vuelta a la rutina en pocos días.
Y ella esperándole en la ciudad. Ella que requería su tiempo precioso y unas condiciones que él no estaba dispuesto a ceder. Aún sin estar presente, quitándole espacio de su mundo sin compartir. Aguardándole en otoño con unas respuestas que él no había elaborado aún. No quería volver. No estaba preparado para enfrentarse a más reproches, ni para seguir siendo un querer y no poder de sí mismo. Todavía no.

La primera gota en el muslo.
Fría.
Inesperada pero prevista, sólo fue la precursora de miles de gotas más que se precipitarían sobre él. Seguida esta exploradora, al momento, por un estallido de luz que anunciaba en poco segundos, con un ruido ensordecedor, que la bóveda celeste se abriría para dejar caer su furia. Y tras varios hilos de luz blanquecina que se daban la mano atravesando el cielo, rompió la lluvia sobre él.
Las gotas caían gruesas, calando su camiseta con rapidez, sin darle tregua para resguardarse bajo los árboles que se encontraban bosque adentro. Parecían querer añadir un peso extra sobre él, sobre su conciencia ya pesada. Se quitó rápido la camiseta y la lanzó al suelo.
Caían fuertes, picaban incluso. Al tocar el suelo hacían saltar pequeños granos de arena que se le clavaban en las pantorrillas como pequeñas agujas. Le pegaban el pelo a la cara, sobre los ojos, y mientras le chorreaban en hilos de agua por la piel.

Y un olor maravilloso a húmedo inundándolo todo.
Y unos truenos rotos encendiendo el bosque a su paso.

Quizás no fueron más de diez minutos en los que aquel torrente de agua cayó y cayó arrastrando incluso las piedras en su camino. Pero con todo ese chaparrón que había descargado sobre él, ahora se sentía limpio por dentro. Más puro en su interior. Las lágrimas del cielo lo habían transformado con su llanto y también habían arrastrado parte de su amargura.
En un primer momento hizo el intento de guarecerse pero para su satisfacción, y no sin cierta incomprensión por una actitud rebelde contra sí mismo, se descubrió gozando bajo esa lluvia repentina.
Con los brazos extendidos hacia arriba quería recibir todo lo que le ofrecía aquel aguacero, inclinaba la cabeza hacia lo alto escuchando, oyendo y sintiendo sobre sus ojos. Daba vueltas sobre sí mismo como un loco clamando al cielo. Pidiendo más.
Reía, incluso gritaba, dejando salir al tiempo su propia tormenta interna. A ésta, le dio rienda suelta para que se llevase todo lo que ya no necesitaba, para que le lavara las sábanas de los fantasmas internos y liberase un caudal de sentimientos guardados para que fuesen a desembocar a un estanque de tranquilidad final.

Baldeando su espíritu, con los zapatos en la mano y la camiseta escurriendo sobre su hombro, se concedió la libertad de bajar al pueblo por la orilla del río, sin hora de llegada.
El sol volvía a salir para secarlo todo, tímido ya y apunto de apagarse. Creaba reflejos rojizos en las hojas todavía mojadas, y un arco de colores surgía de las aguas ahora tranquilas. La vida del bosque todavía permanecía oculta, asustada. Terminaría dando paso a la confianza de volver a la normalidad para cada uno de sus habitantes. Pero no todavía.
Para él todo el chaparrón había sido algo más que un momento puntual en el bosque. Había significado un punto de inflexión que le había dejado el poso de una sensación muy agradable: volver a ser dueño de sí mismo.

Ahora todavía quedaban unos pocos días de estío para descansar, y cuando terminasen, se enfrentaría a sus dilemas con fuerza y valor. Pero aún no. Todavía se podía dejar acariciar un poco más por el sol, por la montaña, por la naturaleza y por la soledad que tanto disfrutaba.


DINÁMICA


Participantes:

  1. Votar la publicación.
  2. Votar los comentarios de los talleristas y moderadores @reycard y @rjguerra
  3. Votar a los comentarios de tus compañeros de taller.
  4. Comenzar tu comentario con "#TallerRojo", "#TallerAmarillo", o "#TallerAzul" para saber a quien te diriges.

Observadores:

Todo los comentarios hechos con sinceridad, dedicación y respeto, serán votados, sin importar tu experiencia como escritor.


INVITACIÓN


Para formar parte de esta comunidad de escritores, mándame un correo a **[email protected]** y cuéntame un poco sobre ti, sobre tu interés en las letras o en el arte, y dime por qué te gustaría pertenecer a la comunidad. Como miembro, recibirás las invitaciones para participar en futuros talleres, concursos, dinámicas y conferencias.

Cordialmente,

Sort:  

#Taller Amarillo
Buenas noches. Comentaré el cuento de @tanusk, "Tormenta de verano", asumiendo que es el texto correcto porque el título se corresponde con el contenido. Espero que en algún momento aparezca el texto correcto de "Amigo del alma".
El cuento de @tanusk es un texto realmente interesante y bien escrito, que sigue la vía de construir sus significaciones desde un tono sosegado que parece responder al estado de ánimo del protagonista. Creo que está muy bien construida la relación entre ese estado anímico o emocional y la naturaleza. Así, se entiende que la lluvia arrastre las dudas y la incertidumbre del protagonista y encuentre, luego de terminada, que "Para él todo el chaparrón había sido algo más que un momento puntual en el bosque. Había significado un punto de inflexión que le había dejado el poso de una sensación muy agradable: volver a ser dueño de sí mismo".
El episodio de la lluvia en este cuento revela un mecanismo general de la narrativa que vale la pena tener en cuenta: lo que parece un fenómeno puntual se revela, por los efectos emocionales sobre un personaje, como de importancia mayor. La lluvia en este caso adquiere un carácter simbólico que remite a la limpieza del alma y a la regeneración de la vida; el agua arrastra lo que está detenido y tal vez comienza a morir, por eso el personaje vuelve a ser dueño de sí mismo.
Si algo tendría que señalar para mejorar es que el cuento resulta un poco abstracto, un poco elusivo. En definitiva, sabemos que el personaje no quiere regresar a un sitio donde se siente insatisfecho: "No estaba preparado para enfrentarse a más reproches, ni para seguir siendo un querer y no poder de sí mismo". Pero no sabemos qué tipo de reproches son esos. Tal vez @tanusk piense que no importa saberlo. Es posible. Sin embargo, creo que saber cuál es el conflicto del personaje ayudaría a darle más fuerza a la historia al entender los lectores qué tan importante es ese "volver a ser dueño de sí mismo".
Quiero felicitar a @tanuk por este cuento, escrito con sensibilidad y destreza. Saludos.

Yo no creo necesitar saber cuáles son esos reproches y no lo necesito porque me parece que @tanusk crea la atmósfera para sentir ese hastío nosotros también como lectores. Yo tampoco quiero que el protagonista vuelva a la ciudad, no sé porqué, pero no quiero.

Muchísimas gracias por tus apreciaciones @rjguerra!!
Efectivamente quise darle ese tono sosegado in crescendo con el estado de ánimo del personaje. Y como bien dices, en ningún momento consideré que sus motivos fuesen interesantes o útiles al lector. Probablemente le daré un repaso, cuando tenga todas las apreciaciones, y eso será algo a trabajar.

P.D: no sé si te aparecerá que voté el comentario y luego quité el voto. El motivo es que no estaba votado al 100% y así, apenas le aportaba valor. En unas horas lo “re-votaré” 😊

Saludos!

Qué gusto tenerte en los talleres, Tania. ;)
D.

#TallerRojo "El Hombre que quería escribir" @reinaldoverdu
Es un relato dentro de otro relato. Tiene una buenas descripciones, ubica muy bien al lector en el espacio del lo hechos. Al igual, que se puede apreciar el "deterioro" del vagabundo y su apariencia.
Considero que lo primero que se debe corregir es los signos de puntuación. El uso de los tres puntos suspensivos (no de seis ni de ocho puntos suspensivos). En muchos lugares donde debería ir punto o punto y coma se usó las comas. Eso me dificultó mucho la lectura.
Lo otro que me llama la atención es la relación entre ambos relatos. La entra al primer relato está bien, la que me parece que no está del todo bien es la salida. Es muy abrupta. Lo otro que sucede por lo general cuando encuentras un relato dentro del mismo relato, ellos guardan una relación entre sí. Es como tejer. Esto quiere decir que hay una estructura que se debe respetar para que el cuento esté bien escrito. Yo he leído uno que otro cuento de este tipo y me he dado cuento que el relato inicial es como una especie de introducción al relato secundario. Y al final, cuando se acaba el relato secundario, el relato principal continua en el mismo punto donde se introduce el segundo relato.

Aconsejo que investigue un poco sobre esto.

#TallerAmarillo "Tormenta de verano" @tanusk
@tanusk , tu relató da gusto leerlo. Reconozco bien escrito que está y que has tenido un buen manejo de los recursos retóricos. Es un relato que tiene un lenguaje poético. Todo esto crea el ambiente ideal para poder entrar en la lectura.
El relato presenta muy bien lo que es el conflicto personal interno con un ambiente y atmósfera que demuestra los sentimientos y la percepción del personaje. La imagen final que queda después de leer el cuento es algo abstracta, que queda en su criterio si corregir o no, todo depende de el criterio (si esa a sido tu intención con el relato). En lo particular me parece que está bien. No tengo duda que este efecto es por las características poéticas que le has agregado a tu texto.

#TallerAzul "Amigo del alma" Alex Morales
He leído el cuento, bueno la carta, porque para mí es una carta, con el link que ha publicado @decomoescribir en un comentario. Aunque @reycard también a puesto el texto en un comentario. Y como él, asumo que los poemas forman parte de la carta.
Debo decir que la carta es muy interesante. Tiene una voz muy particular, amigable y cariñosa esta carta. Se siente esa cercanía entre el que escribe la carta y a quien va dirigida. De igual manera, se ve la empatía que tiene por lo que le está sucediendo a su amigo. Por otra parte los dos poemas están construidos en verso libre. Tienen una temática similar a la carta, y al mismo tiempo sugieren un consejo, se está dando un consejo como parte de lo que se dice en la carta. O por lo menos así creo yo que va la cosa, y pido disculpas si me estoy equivocando al hacer una relación entre los poemas y la carta.
A pesar de estas cosas que positivamente resalto del texto, tengo que decir que tiene unas debilidades. Lo primero que quiero decir es que la carta es un enorme párrafo con carencia de las división correcta de las oraciones. Es decir, las oraciones no están divididas por puntos, sino por comas. Esta y otras observaciones gramaticales pueden hacer, pero no quiero ser pesado con eso. Así que...
En cuento a la carta me resulta algo incomodo que no se diga nada de cual es el problema que tiene el amigo. O que no se diga nada absolutamente de los dos. Por lo tanto me dificulta sentir una empatia por el texto. Entiendo algunas cosas: el aprecio entre ellos, que tienen tiempo conociéndose, que ha sucedido algo... me parecen que son ideas que provienen de una idea central, pero no la consigo. Si tengo que hacer suposiciones, puedo decir que se trata de alguien que ha fallecido o se ha ido. Pero eso lo deduzco cuando leo los poemas, no cuando terminé de leer la carta. Al igual que puedo deducir que puede ser la frustración por un éxito no logrado. O por un sueño roto. Y me pasa lo mismo con los poemas, no veo un núcleo.
Los textos sea carta, cuentos, poemas... tienen un núcleo y sin ese núcleo las ideas o lo que se está expresando queda suelto en el aire. El texto debe indicar cuál es el núcleo, cuál es la idea principal, cuál es el tema. Sino son un montón de pétalos sueltos, regados. No son una flor.

Saludos a todos

@Spavan697,

Un gusto tenerte, amigo, gracias por tus comentarios.
D.

#TallerAzul
Me parece una lectura muy completa y muy interesante del texto de Alex Morales. Comparto muchas de tus apreciaciones e inquietudes.

Saludos.

#TallerRojo @reinaldoverdu El hombre que quería escribir es un relato que mezcla la realidad con la fantasía de una forma magistral, yo lo percibo desde otro plano, he pensado que ese hombre de la mecedora, imaginó ese mendigo en ese mundo mágico, su nostalgia y esa frase que se repite "Esto me va a matar, mejor corro" es justamente la realidad de ese pobre hombre que urga entre la basura que comer, y entre latas, y desechos, el hombre de la mecedora prefiere ver otra realidad. No se, si yo en mi afán de buscar siempre un mensaje, encuentro otros significados. @decomoescribir

#TallerAmarillo @tanusk,Tormenta de verano bello relato, un monólogo del protagonista en contacto con la naturaleza de su mundo interior, que no es más su propia ontología, quien entre la tormenta en la que se encuentra busca su paz interior
#TallerAzul @alexmorales hablar de un tema como el alcoholismo es un paso importante y en especial llevarlo a estos espacios, pero, te felicito es una excelente propuesta literaria, porque dibuja los rasgos, dificultades que pueda atravesar una persona alcohólica y quienes conviven con ella, y sólo quien ha vivido ese mundo o lo ha compartido puede entenderlo.

@decomoescribir ....cada unos de estos talleres valió la pena leerlos, a pesar de todos los obstáculos, y problemas técnicos suscitados, fueron el hombre que quería escribir, bajo una tormenta de verano con su amigos del alma.Aqui nos apoyamos feliz fin de semana. Disculpen lo tarde, tuve problemas de internet.

Valiosísimo tu matiz, Raquel, como siempre.
D.

De Silvio Rodrigues desde Youtube:

Taller rojo, @Reinaldoverdu.
Hay algo que yo he aprendido cuando uno escribe un cuento corto, y es que no puedes abarcar más de un tema, conflicto o el nombre que le quieras dar, y yo sentí al leer este texto que no me decía qué era lo que pasaba, a qué se refería, entiendo que es algo de ciencia ficción, pero el cuento debe contar y si es corto con más razón, pues cuando uno termine de leerlo debe saber que pasó, el final puede ser abierto o cerrado, no importa, pero el cuento debe tener un cuerpo completo, el género es otra cosa, los problemas de lenguaje se solucionan, y si este texto forma parte de un proyecto más largo, entonces no está sujeto a las normas del taller, me disculpas Reinaldo, son reflexiones y espero que el trabajo y la lectura sean tus mejores maestros.

El único detalle es que no es cuento corto, es una novela. He allí el pequeño gran detalle...Solo que quise someterlo al escrutinio de todos ustedes. Igualmente uno de mis mas recientes trabajos esta en mi blog y es la participación de un capitulo final de un relato de ficción, que por cierto recibió muchos elogios de bastante gente.

#TallerAmarillo

Tania, me encanta tu temática: la catarsis, un instante donde la naturaleza y hombre/mujer se funden en uno mismo.

Como sugerencias mínimas tendría cuidado en repeticiones innecesarias de palabras:

croaban saltarinas, mientras se despedían, a su manera, saltando al agua.

Quitaría el adjetivo, como dice Alejo Carpetier, hay que ser sumamente parco con los adjetivos.
Quizá una sugerencias más estructural sería el desarrollo del personaje. Saber qué lo llevó ahí, qué significa esa catarsis en su vida. ¿De qué lo limpia? ¿De qué lo salva? ¿Cómo llegó ahí?

Te mando un inmenso saludo, y una felicitación; se ve que has trabajado en tu narrativa y se intuye un aprendizaje que solo puedo ir de bien a mejor.

Saludos,
D.

Llegando un poco tarde al convite...
Para variar, muy atinado el comentario de @rjguerra al cuento "Tormenta de verano" de @tanusk, inscrito en el #TallerAmarillo. Sin embargo, me gustaría insistir en el logro estético de la visión y del lenguaje usado por el autor. Lo percibo como un relato de iniciación o de aprendizaje, diría, en esa onda que la crítica ha llamado "bildungsroman"; en ese sentido, es más de acontecer interior, aunque, obviamente, por reacción a algún suceso o hecho exterior, que aquí sería la tormenta. En una lectura simbólica, me parece muy interesante como propuesta de contenido que se trate de una tormenta de verano; es curioso, porque en esa estación difícilmente hay lluvias tan torrenciales (al menos en lo que puedo saber, ya que en Venezuela no hay estaciones), pero, a la vez, es muy sugerente (desde mi interpetación), pues, además de constituir casi un oxímoron (tormenta - verano), el verano podría asociarse a la iluminación y da paso al otoño, estación de un cambio en la naturaleza que es asociado a la madurez. En fin, les dejo un poco de interpretación personal.
Como @rjguerra, echo de menos un poco de más contextualización del personaje (quién es, cuáles son sus dilemas).

¡Oh! mencionaré a los talleristas que aún hay comentarios que no han leído los autores.
Mil gracias por cada una de tus palabras, José.
D.

Vaya!! Qué interesante tu punto de vista y ese análisis tan exhaustivo sobre la significación más simbólica!

Muchas gracias por tus palabras y esa interpretación tan personal, Josema!!

Ah! Por cierto, aquí en España sí se dan mucho las tormentas de verano. Son torrenciales en cuanto a cómo caen durante unos minutos, pero inofensivas porque se van igual que vienen: una nube puntual en el cielo azul, que descarga y se va. 😉

¡Una disculpa!

Aquí el texto de Alex Morales: http://decomoescribir.com/alex-morales/amigo-del-alma/

D.

Taller Rojo
Comentar un texto del cual conocemos solo un fragmento tiene siempre algunos riesgos; podemos terminar diciendo alguna tontería porque no conocemos el panorama completo, o simplemente destacando fallas o ausencias o contradicciones que se aclararán más adelante, cuando el contendido completo se revele. Es algo de lo que también tiene que estar consciente el autor que postula un texto fragmentario. Dicho esto, paso a comentar algunos aspectos del texto "El hombre que quería escribir", de @reinaldoverdu.
En primer lugar, se agradece un texto que apuesta abiertamente por lo imaginativo; en este caso, por la ciencia ficción; aunque, por el carácter fragmentario ya anotado, no sabemos si el elemento de ciencia ficción será una constante de la historia o solo un pequeño relato que escribe el mendigo sin continuidad en el resto del relato.
La historia de ciencia ficción transcurre en el año 2570 en una ciudad bajo un domo. En ella aparece el personaje Dumuk, y se relata su intento de huida de la ciudad.
Este es un relato enmarcado por las palabras de un hombre que desde una mecedora contempla la actividad de la calle. Es decir: al comienzo de la historia está el hombre de la mecedora y al final también, y en el medio está la aventura de Domuk escrita por el mendigo.
Creo que el autor construye una narración ágil, pero tal vez se le va la mano en la rapidez. Al no detenerse en ningún momento, los lectores nos quedamos con unas imágenes ya vistas en el cine, pero no sugeridas por el relato. Este transcurre a tal velocidad que en un momento pasa de la tercera a la primera persona sin transición. Y su abrupto final nos deja sin saber las razones de Dumuk para escapar ni qué es lo que espera encontrar fuera de la ciudad.
Como dije antes, es posible que todo esto tenga respuesta más adelante.
Solo me queda recomendar al autor que se detenga en algunos momentos para crear tensión y "suspense", recursos que son casi una exigencia del género. Saludos.

Coincidimos, Rubí.

Y haznos llegar las correcciones y las secuelas, Reinaldo :)
D.

Gracias por tu comentario, tomare en cuenta sus recomendaciones para crear mas suspenso. También sometí este fragmento a análisis porque es de como escribía en el 2012, y actualmente supongo que mis escritos son diferentes. Pondré en practica sus recomendaciones.

Feliz tarde para todos.

Hola paso por aquí a comentar el Taller Amarillo, el cuento Tormenta de Verano de @tanusk
He asistido a la posibilidad de lavar mis propias tormentas a través de tu personaje. Me ha refrescado el espíritu, logras llevarme a un lugar desconocido y escuchar las ranas, el río, los niños distantes y he participado de la lucha interior de este hombre que deja en la ciudad las exigencias de una relación con algún tipo de conflicto. Poder hacer ese viaje inesperado a través de tus líneas es para mí la magia de la literatura.
Me gustó la expresión “para que le lavara las sábanas de los fantasmas internos”, los fantasmas quizá sigan allí pero ahora más limpios. Saludos.

Muchísimas gracias por tus palabras!
Me siento halagada y, a la vez, orgullosa de haber conseguido hacerte sentir lo mismo que el protagonista. Y también feliz de haber podido transmitir la calma que siempre llega tras la tormenta, que por otro lado, era el objetivo con el que lo escribí.
Muchas gracias por tomarte un ratillo para compartir lo que sentiste conmigo.

Un saludo!

Gracias, @charjaim, y concuerdo: es un relato que apunto hacia lo más profundo de nosotros.
D.

#Talleramarillo
Sin duda tu manejo de la narrativa es buena! es una delicia dejarte seducir por las imagenes que vas construyendo, con las emociones que evocas con solo un detalle.
Sin embargo, como lector (y no como crítico o analista) uno se encuentra con un texto "lejano". como n leo mucho sobre el personaje principal, es dificil acompañarlo a ese proceso de liberación que provoca la lluvia. Quiza podria decirse que relataste una muy larga y preciosa escena.
Mi humilde comentario. Un saludo! :)

Genial, Jorge.
A nivel estructural -y con el propósito de ayudar- percibí lo mismo que tú.
Ojalá te leamos pronto ;)
D.

Muchísimas gracias por tus palabras!
El proceso de escritura fue, desde luego, el de una larga escena que relataba el cambio en el estado de ánimo del protagonista; Dejándome llevar por esa lluvia de arrastre... Pero en ningún momento creí interesante profundizar más en el persaje o darle un protagonismo mayor que a la tormenta que lo transformaría. Puede haber resultado un error...
Gracias y me alegra mucho que te guste.

Un saludo!

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