Los Días Mueren

Era muy pequeña cuando falleció mi abuela, así que mis recuerdo de ella no son muy claros, lo poco que sé de ella son las historias que me contaba mi madre con el paso de los años, lo que más resaltaba en sus historias era un poema que decía: “el día muere, tras el recorrido de los segundo, que se vuelven minutos, que terminan siendo horas, dándole la muerte segura a cada día”. Por eso ella vivía cada día como si fuera el último y daba lo mejor para que ese día valiera la pena. Mi madre siempre me recitaba el poema con una gran sonrisa, y cada vez que lo escuchaba menos lo entendía, y solo pensaba, que no tenía sentido porque siempre habrán 7 días de la semana con los mismos nombres y las mismas horas, así que para mi cada día era igual, hasta hoy por fin entendí las palabras que tanto repetía mi madre recordando el poema de mi abuela… 10 horas antes, la mañana estaba fría así que camino a mi trabajo, pase comprando un café y llegue a la oficina, pensé por fin: “hoy es mi ultimo día de prueba para obtener el puesto que tanto había deseado, nada ni nadie se iba a interponer en mi objetivo”, así que pasara lo que pasara, tenía que cumplir con mis tareas.

Sonó mi teléfono, eran las 14:30, mi hermana Briyith me llama muy conmocionada, me dice vaya a ver a mi mama, que la había llevado de emergencia al hospital y estaba muy grave (solo pensé: “no puedo irme así nada mas, en mi ultimo día de prueba, ya casi termina, seguro mi madre estará bien cuando llegue”) así que de mi boca solo salió: “estoy ocupada, con mi trabajo cuando termine voy”. Al llegar a la clínica ya era tarde, mi madre había muerto por un derrame cerebral, solo pensé: “soy despreciable, ¿como pude decir eso? ¿cómo puede actuar así? ¿como pude faltarle a mi madre de esta forma? Solo creí que tenia mas tiempo para estar con ella, pero hoy entendí que los días mueren y nosotros podemos morir juntos con ellos, así que no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy, no vaya a ser que el mañana nunca llegue.