Había escrito este post en inglés para el concurso de @anomadsoul (puedes ver mi entrada en esta página enlace), pero también quería compartirlo en español. Si quiere entrar en él puedes leer la reglas aquí.

Imagen del autor:@chrisrendon

¡Bailar me hace sentir viva!

Ahora bien, antes de ser madre, mucho antes de ser comunicadora social, antes de ser estudiante, hija, trabajadora, fui y soy bailarina. Mi pasión por el baile empezó casi desde el vientre de mi mamá, se dice que el ritmo se lleva en la sangre, pero en mi caso es exageramente cierto.

Cuando estaba pequeña, mi tercera palabra no fue agua, ni comida, ni teta, fue “USASA” (música), según mi mamá la música me calmaba, me tranquilizaba, pero sobretodo, me distraía. Nadie en mi familia le gustaba bailar, yo de verdad, no tengo ni idea de donde proviene ese talento.

La música desde pequeña era algo que sentía que recorría mis venas y llegaba a mi cerebro, segregando NO SE QUE COSA que hacía que mis pies automáticamente se movieran. Uno de los recuerdos claves de cuando era niña es bailar; bailaba en fiestas y no en la pista de baile con alguien, BAILABA SOLA, porque me gustaba moverme, me gustaba ir al ritmo y compás de la música.

Bailar se convirtió desde muy temprana edad en algo importante en mi vida, algo que no puede faltar, como el agua para el sediento, algo clave y vital para poder llevar mí día a día.

"A nadie le importa si no puedes bailar bien. Levántate y baila. Los grandes bailadores son muy buenos por su pasión". Martha Graham.

En el colegio cuando hacíamos obras de teatro me tocaba el papel de bailarina, y fuera de colegio, cuando realizaban concursos de baile también bailaba, en ese momento contaba con tal solo 4 años de edad. Las personas que me incluían en esas actividades notaban algo en mí al bailar, algo diferente, que yo no podía ver ni comprender a esa edad, solo que como me gustaba bailar lo hacía, eran momentos de risa y diversión.

En clases de baile. Imagen del autor:@chrisrendon

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Poco a poco al crecer me di cuenta que bailar era algo más que recrearme, se convirtió en mi manera de pensar, olvidar, planear, de ver las cosas, pero sobretodo de mejorar como persona. Cada día me ponía nuevos retos, bailaba rock and roll, salsa, pop, y otras cosas que en ese momento sonaban, les estoy hablando de los años 80’ y 90’, épocas de Michael Jackson, Backstreet Boys, Shakira, Britney Spears, entre otros; ¿Cómo bailaba esas canciones?, no pregunten, solo inventaba los pasos y los hacía.

Tiempo después, quería especialízame en algún baile, cual sea, pero que me gustará. Pensé en tap, hip hop, flamenco (que tome un par de clases), y danza árabe, así que entre mi indecisión (porque todas me gustaban) hubo una que marco la pauta por una historia. Un día camino al trabajo una amiga me empezó a hablar como había aprendido a bailar danza árabe, en su momento ella no sabía que yo estaba esperando alguna señal que me convenciera que ese era mi estilo de baile.

Ella me contó la historia de los 7 velos, de cómo la diosa del amor Ishtar, se despojó de todos ellos para encontrase con su verdadero amor. Una historia más allá de la muerte. Al morir Tammuz, Ishtar muerta de dolor, bajo al inframundo a reencontrarse con él, pero tuvo que quitarse sus velos y con cada uno de ellos iba perdiendo sus poderes: con el azul perdió su voluntad, con el amarillo el ego, con el rojo su mente, con el naranja su actividad sexual, con el verde la iluminación, con el morado la magia y con el lila la divinidad, al final de la leyenda, Tammuz y Ishtar se reencontraron felizmente creando así la historia del origen de las estaciones (si quieren leer más sobre este cuento pueden hacerlo ingresando en este enlace).

Luego de yo escuchar esta historia me propuse la meta de aprender a bailar danza árabe. Este estilo de danza tiene muchos elementos divertidos, y además de esto te ayuda a crear nuevas amistades y liberarte del estrés. Para mí fue algo sumamente gratificante, durante mis dos años de estudio.

Tiempo después salí embarazada y obviamente no abandone mi hobbie, bailaba en mi cuarto o en la sala, hasta impartía clases de baile. A mi hija la enseño a descubrir su verdadero amor por el baile, y si le gusta la apoyaré hasta el final. Yo en cambio, lo descubrí hace mucho, mucho tiempo, se ha convertido en mi estilo de vida, tanto así que cuando me baño me llevo mi celular y bailo en la ducha, jejejejejeje, y si, es verdad esta parte.

@anomadsoul en su publicación hizo una pregunta graciosa: Si tuviera que explicarle su pasatiempo a un extraterrestre, ¿cómo lo haría? Simple, solo colocará unas cornetas con música, tomará sus manos (o lo que sea que tengan), les cerrará los ojos, y les dijera: SIENTE, más allá de tus pies, de tus manos, de tus brazos, siente la emoción, ese latir del corazón cuando se escucha una canción, ese reflejo de mover tus pies, eso, eso se llama: Baile, y es lo que me quita el sueño, lo que me desestresa, lo que me apasiona, eso es mi verdadero yo.

Imagen del autor:@chrisrendon realizada con diseños de canva.com

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Por un momento quisiera vivir en el futuro, y ver como mis hijos aprendieron a bailar, como se divierten, y que sepan, que en cada música que suene allí estaré yo con ellos.

Así me siento con respecto a mi pasatiempo, algo como que si me llegará a faltar no podría respirar, porque mucho antes de lo que soy, fui bailarina y ya es algo que es parte de mí ser.

Obviamente mi hobbie no es para nada costoso, yo bailo en cualquier parte, en mi cuarto, en la sala, en la cocina, pero cuando quiero estar rodeada de personas que compartan la misma afición que yo, me voy al gimnasio o a la bailoterapia. Actualmente mis hijos y mi esposo son primero (obvio), pero no puedo alejar de mí esa parte, es muy difícil, sigo aprendiendo día a día nuevos pasos, nuevos ritmos, me gusta avanzar y crear.

Soy tan aficionada del baile que cuando no lo hago, veo programas como Dance Mom, o musicales como Step Up 1,2,3,4, el regreso de Step Up, Step Up y el ataque de los clones, Step Up y las Reliquias de la Muerte; no, mentira, es una exageración, pero así me siento, me gustan las películas de baile. Definitivamente creo que es una obsesión, pero es que me emociono solo al ver una coreografía tan perfecta y limpia, los pasos tan sincronizados, mi cara se transforma a la hora de bailar, mi risa me sale natural, creo que Constanze Mozart tenía razón cuando dijo “Bailar es como soñar con tus pies”, y a mí me lleva mucho más allá de soñar, me lleva a imaginar y a dibujar bellos recuerdos sobre mi vida.

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(VIDEO)EN UNA DE MIS CLASES DE DANZA ÁRABE FUSIONADA CON FLAMENCO

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