Un diario entre las sombras (2)

in #spanish6 years ago (edited)

16 de abril, 1988

Han pasado... 30 años?... 10?... no tengo ni idea, porque en el lugar donde estuve hasta hoy no existe el tiempo... al menos no de la forma en que normalmente lo percibimos. Pero sé que fecha es ahora. He logrado escapar, he visto un periódico guindado en un kiosco, estoy en alguna ciudad de habla hispana, de Latinoamerica, seguro... y no se cuanto tiempo me queda.

Pero estoy adelantándome, así que trataré de remontarme al principio.

Sé que todo empezó con los sueños. Al principio eran solo eso, sueños. Hasta que *ella* *la dama* comenzó a llamarme por un nombre extraño. 

Me han llamado de muchas formas, pero desde pequeño, el mas común ha sido "Luca". No sé donde nací, pero sé que soy latinoamericano. Mi padre se llamaba Uriel Redes. No lo conocí en vida, lo sé porque así escuché decir a Shela, la mujer que me crió, en una pelea con uno de sus muchos hombres, y ella no es mi madre de sangre. 

Yo conocía el nombre de mi madre, pero lo he olvidado... No entiendo por qué, solo sé que lo sabía y se me ha borrado de la memoria, aunque igual no la conocí en persona.

Shela me cuidó y me dio de comer. Ella era una viajera. Vivimos la mayor parte de mi niñez mendigando en las carreteras latinoamericanas, huyendo de las autoridades y robando de vez en cuando. No estoy orgulloso de eso... pero sobreviví. 

Aunque aquello que llevaba, no merecía llamarse vida.

Luego cumplí dieciséis años, y discutí con ella. No debí hacerlo, pero me fui. Estaba en Colombia para aquel entonces, y cruce la frontera hacia Venezuela de forma ilegal.

Ha pasado mucho tiempo desde entonces. Recuerdo a Shela, su sonrisa y sus rabietas. Pensaba a menudo en regresar y buscarla, pero al igual que ahora, me avergonzaba de mi estado... No quería que me viese así... aunque ya igual no importa... 

Pasaron los años, logré prosperar. Monté un puesto de chucherías... obviamente sin papeles, así que me movía de lugar constantemente. Pasé de dormir en las calles a vivir en una casa de madera y zinc construida por mis propias manos sobre un cerro cercano a la capital. Venezuela es un lugar hermoso si sabes hacia donde mirar, lleno de gente alegre, de todas las razas y colores.

Cuando alcancé la mayoría de edad, dejé el rancho y me fui a vivir a una pensión, en una zona más céntrica... y ahí comenzaron los sueños.

"Idhu" clamaba en la oscuridad la voz de una mujer, suave y cantarina... como el susurro de una amante "Idhu, cruza la puerta"

Despertaba con el corazón acelerado. Cada seis noches, sin falta, aquella voz clamaba con anhelo y melancolía por aquel que se llamaba Idhu, y tardé un tiempo en darme cuenta que era a mi a quien la dama llamaba. 

Entonces, una noche, vi su rostro.

No he visto un rostro más hermoso en toda mi vida. Salió de las sombras de mis sueños. Una mujer de piel sonrosada plagada de pecas relucientes como la mas pura estrella de la mañana. Sus ojos tenían forma almendrada, con unas largas pestañas que le daban un aspecto risueño. Aquellos ojos eran negros como el vació del cielo en una noche sin nubes, y cambiaban de vez en cuando hacia un rojo oscuro terrible y maravilloso. Sus cabellos eran rojizos, que caían en ondas hacia unos hombros desnudos y plagados de pecas, igual relucientes como estrellas. Sus labios eran rojos... intensamente rojos, como si permanentemente estuviesen cubierto de labial... llenos, suaves, que invitaban a un beso largo... eterno.

Entonces me miró directamente con aquellos ojos de color cambiante... y volvió a llamarme, pero esta vez de una forma diferente.

"¿Idhu?" decía "¿Amado mio? ¿Has venido a través de la puerta?

Aquel sueño tomaba mi energía cada noche.

No sentía descanso alguno, me quitaba el apetito, me robaba el aliento.

Comencé a frecuentar los espacios públicos de la ciudad de caracas, en busca de alguna revelación.... verán, los sitios con muchas personas me ayudan a despejar la mente... a pensar con claridad.

No sabía hasta que punto aquello me estaba afectando, por supuesto... pero nunca he sido el tipo de persona que se conforma con permanecer en la ignorancia.

Así que comencé a asistir a una de las plazas de la ciudad casi a diario, una de esas que tiene una estatua de algún personaje histórico de mucha importancia, generalmente en medio. Hay algo hermoso en las esculturas hechas en piedra o mármol, pero esa en particular era muy bella. Era una estatua enorme, un caballo, y sobre él, un héroe de guerra con su espada desenvainada. 

Yo contemplaba aquella majestuosa figura cuando alguien me lanzó una nota arrugada. Fue una mujer, estoy seguro, pero me tomó desprevenido y luego de lanzarme el papel a la cara salió corriendo y se perdió en la multitud.

La note estaba escrita en tinta roja, y tenia el siguiente mensaje:

"Abre la puerta... El mar carmesí... Diez vueltas al reloj del Materat... Rompe el sello... La puerta te espera"

Sé que hay algo... pero no lo recuerdo ahora...malditas lagunas... Algo que Shela solía decirme... 

Yo no conocí a mi padre, pero en aquel momento vi su rostro por primera vez.

Muy confundido, volví a la pensión donde me hospedaba luego de leer la nota... y al llegar hallé una caja.

No sé quien la trajo, no sé quien la metió en mi habitación.

Pero ahí estaba.

Sobre ella había una nota, escrita en la misma tinta roja que el pedazo de papel arrugado que contenía sólo una palabra:

"Tributo" 

Di la vuelta a la nota y hallé una foto. Era Shela, abrazada a un hombre delgado y muy alto, con la cabeza rapada y una larga barba negra que le llegaba hasta el pecho. 

Detrás de ellos había una fuente, con luces multicolores en un anochecer rojizo oscuro.

Habían unas letras en la parte baja de la foto:

"Busca a tu padre" .

Dejé la foto a un lado y abrí la caja... Y entonces el horror se apodero de mi ser, y caí hacia atrás.

Si, grité.

Dentro de la caja había una cabeza con ojos cocidos, tan sucia de sangre y polvo que nadie, aparte de mi, habría reconocido de quien era.

Shela.

Vomité de horror, y corrí. 

Si, corrí, como un cobarde, como un degenerado, con las lagrimas creando grietas en mi endurecido corazón.

Buenas noches queridos lectores! (o días, o madrugadas, o tardes xD)

Muchas gracias por leer esta segunda parte de mi pequeña obra titulada "Un diario entre las sombras"

Ya que has llegado hasta aquí, te invito a leer mis otros escritos publicados hasta ahora.

(Y si te ha gustado este en particular y no has leído la primera parte, cliquea aquí para que le eches un vistazo, y aquí para la continuación)

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Bueno, eso es todo por ahora, me despido con el corazón agradecido y la cabeza llena de ideas!

Saludos!

Sort:  

Ñiiieeldaaa!! Me capturó la historia.

Jajajajaja me alegra que te guste. Espero que las próximas entregas también sean de tu agrado. Saludos!

Las historias van muy bien, las he leído rápido, esta fue una de mis partes favoritas porque me gustan las historias con algo de contenido crudo y aquí empezó a marcarlo, excelente @chosu !

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