Viajando a La Ciudad de la Bestias con Isabel Allende

Al comenzar este viaje, visitamos a los Cold, Isabel me presentó a los cinco miembros de la familia: Papá, Mamá, las dos hermanas y Alexander, lo primero que nos enteramos fue que la mamá tiene cáncer, en ese momento se me hizo un nudo en la garganta.

El esposo tratando de buscar la solución a la enfermedad, decide enviar a los hijos con las abuelas y a Alexander le toca con Kate Cold la abuela paterna, quien vive en Nueva York, a donde tuvimos que viajar para acompañar al chico y encontrarnos con ella en su casa, llevando con nosotros nuestros pasaportes, porque además, tenemos un viaje para el Amazonas.

Fuente: @cesinfenianos

En ese momento comienzan las aventuras entre los dos personajes (Alexander y su abuela). quienes sin saber iban a tener un sin números de cambios inesperados. Por supuesto, nosotros teníamos reservaciones para los mismos vuelos.

Isabel y yo íbamos junto a ellos, viviendo y viendo de cerca todos sus movimientos e interactuando con las personas que iban conociendo en todo este trayecto.

Al llegar a nuestro destino en el Amazonas, comenzamos a ver lo maravilloso de los paisajes, en una expedición que tenía como objetivo hacer un reportaje para el International Geographic, sobre "La Bestia".

Nos alcanzamos a montar en unos botes con todo el equipo de la expedición, con quiénes compartimos unas semanas intensas, despojados de todas nuestras comodidades y disfrutando cada día de una naturaleza impresionante.

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Nos adentramos más en el Amazonas y comenzamos a comprender lo maravilloso que es deshacernos de las tecnologías, sólo cámaras fotográficas, para compartir con el mundo, lo que nuestros ojos captaron.

Fue así, como nos mezclamos con un grupo multidisplinario que tenían intereses diferentes con relación a la expedición, con quiénes hicimos equipo. De inmediato Alexander y Nadia una chica de la zona se conocieron y se hicieron amigos, quizás por ser los más pequeños del grupo.

La selva nos abrazaba, ya estábamos más cerca de descubrir a la Bestia, no sin antes iniciar una discusión de la veracidad o del mito acerca de su existencia.

Nadia, quien estaba acostumbrada a ese escenario y dominaba el idioma indígena, fue quien nos dió la oportunidad de conocer más a profundidad esa cultura. Fue gracias a ella que conocimos al Chamán Walimai quien a su vez nos guió por un camino místico y sobrenatural.

Viajamos al Ojo del Mundo, donde acompañamos a Alexander y Nadia a un festín con los indígenas, quienes luego de secuestrarlos por ser los elegidos para salvar a una tribu indígena (gente de la neblina) y a la Amazonia, participamos en una ceremonia de iniciación de Alexander.

Los chicos tuvieron sus animales totémicos de acuerdo con la cultura chamánica, en el caso de Nadia el aguila y Alex el Jaguar, quienes en una suerte de alucinaciones o realidad, cada uno vivió una experiencia donde los niños se transformaron en uno con el animal que lo representa.

Regresamos de esas visiones y viajamos al fondo de la tierra, arrastrandonos por cuevas tan estrechas que casi nos atorabanos y sin poder respirar por la falta de aire. Subimos a los más alto del tepuy, escalando por salientes y repisas pequeñas húmedas por la brisa caliente que a medida que subíamos se hacía más fresca.

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Regresamos con la expedición, ya no éramos los mismos, habíamos cambiado, crecimos en experiencias, vencimos nuestros miedos y ahora defenderemos esas tierras y sus indígenas con todo nuestro ser.

Al final de este viaje nos despedimos de los chicos.
Isabel y yo nos sentamos a meditar y a pensar todos los giros inesperados que me enseñó a lo largo de esta aventura.

Ella se paró, caminó atrás de mi y me preguntó ¿Qué te pareció el trayecto vivido?

Sin pronunciar palabras por unos segundos y ordenando mis ideas, le respondí, fue un viaje genial, pasé desde la tristeza a la risa, de la intriga a la magia. Aprendí que no hay imposibles y no debemos superar nuestros miedos. Sin embargo Isabel ¿sabes algo? me pareció un viaje muy corto, debió ser más largo.

Esperé un rato su respuesta, al no obtenerla, me di vuelta, ya se había ido. Mil gracias por la experiencia. (este fue mi primer viaje con Isabel Allende)

Reseña original de @cesinfenianos, basada en el libro de Isabel Allende, La Ciudad De Las Bestias.