Narración literaria de una película: "Escupiré en tu tumba". Parte II

in #spanish7 years ago (edited)

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"La película es un obra de arte cinematgráfica. Toda idea es una potencia a disposición, pero, a diferencia de los úteros, pueden ser yermas, áridoa, violentadas por el inacesso al cosmos que nos agobia en sus estructuras preconcebidas. Una idea audiovisual, si consigue la consumación, es una obra cinematográfica. La podemos tratar como Deleuze: "Bloques de movimiento-duración". Secuencias de imágenes-tiempo. Una vez esta obra audivisual escapa; ve la luz. Le esperan fluctuaciones. Direcciones que, quiza, se opongan a la disciplina creatriz que le dio un origen. Es el destino, la agitación. Esta «expresión o narración literaria», si se le puede llamar así, se propone transponer la narración audiovisual de bloques movimiento-duración a la narración literaria, que es, entre muchas otras cosas, el embellecimiento en letra-párrafo. Y como cada disciplina ésta tiene sus matices, sus instrumentos, para dotar de un contexto la idea que se quiere expresar o, en este particular caso, traducir".


Escupiré en tu tumbra

La joven toma un taxi. Llega a una especie de edificio, de pocos niveles y de aspecto un tanto dudoso; era una sesión gratis, pero quizá, se esperaría algo más refinado y menos híspido, más vistoso y menos anegado de tiempo. Se dispone a bajar por las escaleras para llegar al domicilio donde se realizará la sesión. Ni siquiera se trataba de un espacio verdaderamente profesional, porque el aspecto y las condiciones del lugar eran algo paupérrimas pues, la iluminación, se barruntaría, no iba a ser profusa como para una sesión de fotos. Era gratis, sí, pero las condiciones son primordiales, no obstante, esto no aqueja a Katie. Así de testarudo era el deseo de ser modelo. Se podría decir que esto es un deseo pasivo, porque sólo se empuja ella, a más nadie.

Llega al domicilio, atraviesa la puerta principal, cierta música agradable se estaba reproduciendo y prosiguió al cuarto de sesiones; ya había otra muchacha posando para la cámara, notablemente sensual por la lencería y las poses que utiliza. Uno de los compañeros del fotógrafo, a espaldas de la joven se acerca y le pregunta:

—¿Puedo ayudarte?

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—Katie. Tengo una cita a las diez—Dijo Katie, con rostro ilusionado y con el brillo en que centellean emociones internas.

—Iván. Iván. La señorita Katie está aquí. Tiene cita a las diez.

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Se da una presentación formal, pero nada demasiado elocuente. Iván, el fotógrafo, profiere halagos:

—Katie, eres más bonita en persona que en fotos —Dijo, con cierta mirada intimidante, propia de aquellos que saben que tienen el mando.

Fue evidente la actitud torpe del primer sujeto que la atendió y su mirada penetrante, impresionado por la andanada de beldades que reprimieron, inmediatamente, sus sentidos. La aspirante a modelo y el fotógrafo tras presentarse, seleccionan la indumentaria y se procede con la sesión. Las poses y expresiones de la joven incitan al hartazgo, notablemente claro en la cara del fotógrafo que, con aires de docta grandeza, recomienda a la chica desnudarse, elevar la fotogenia, pero esto es incómodo, irritante para katie que asume que es una estratagema para obtener fotos de su desnudo para ser vendidas por internet. La situación se caldea al punto de que el fotógrafo y el otro compañero, otro distinto a aquel con semblante torpe y abstraído que la atendió al principio, profieren denuestos:

— ¡Es una mojigata!—Inmediatamente lo interrumpe Georgy, el torpe—¡Callate Nicolai!

Y claro, todo acaba allí, con el desdén de aquellos a los que les gusta la carne y el pudor de ella, que también desdeña la propuesta sicalíptica. Ella lo sabía desde un principio, no se trataba de algo elevado, realmente profesional. No pensaría que las fotos desnudas serían para internet si se tratase de una compañía con cierto renombre y evidente trayectoria, pero es así como vive el deseante en aquella dimensión estrecha, parecida al túnel angosto con una luz al final, conocida como «posibilidad». Todo acabó allí. O al menos eso pensaba Katie que, al llegar nuevamente a su domicilio, sentada y con ambas manos tapando su cara, asiente con la cabeza repetidamente, no tan notoriamente, dejando oír una pequeña risa, suave; la risa del desengañado, diría Beckett.

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Pasaron los días. Katie apenas estaba llegando a su apartamento; estaba trotando. Se retira los auriculares y empieza a destapar una botella de agua. Acto siguiente, tocan a su puerta. Para sorpresa es el chico de semblante torpe, como abstraído o lento. Cara alargada, de pelo hirsuto y un poco crespo, desordenado. Labios resecos. De alta estatura y delgado. Se presenta a casa de Katie para entregarle las fotos, las cuales, estaban contenidas en un pendrive. Es claro el desentendimiento de katie; no quiere las fotos, pero el sujeto es insistente, torpemente insistente, estilo propio de aquellos que no saben corporeizar su concupiscencia en una agradable conversación que devenga en coquetería y demás cosas que intentan todas las personas que se sienten atraídas por alguien más. Pero, no sólo era torpe para eso sino que el modo incitaría temores en cualquiera. Se puede inferir que la siguió a su casa como cualquier acosador o que simplemente la rastreó de forma online a partir de su nombre y localidad, quién sabe. Georgy le dice, con aire de buena bondad, porque él fue el bueno durante la sesión de fotos:

—Señorita Katie—Con un tartamudeo no profuso sino como un guiño, de segundos.

—¿Qué haces aquí?—Responde katie

—Vengo a traerte tus fotos.

—No las quiero. Se los dije.

—Lo sé. Porque estabas molesta. Te hago este favor, no soy malo.

—No estoy molesta, por favor vete.

—Las fotos son geniales, puedes usarlas.

—Bien. Las tomaré. En verdad te lo agradezco, me tengo que ir.

—¿Por qué esa actitud?

—Mira, sé que quieres compensar lo que hizo tu hermano, pero te aseguro que esta bien.

—Borré todas las fotos del disco. Por tu privacidad.

—Bien, adiós.

—Adiós, Katie

La cosa resultó ser inquietante; dejó el dispositivo con las fotos y se marchó. El deseo de ser modelo ya no era tan agradable.

Continuará...


Puedes leer la primera parte aquí: Narración literaria de una película: "Escupiré en tu tumba". Parte I

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Como siempre... excelente!
Feliz fin de semana, un abrazo. @cavilacion

Gracias por leer suegris, un abrazo. Feliz fin de semana (Si es que se puedexdxd)

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