Los Días Cuando No Hay Ganas Para Los Días + foto mía

Hoy era uno de estos días cuando no quise levantarme de la cama. Con la cabeza llena de mentes la moví lentamente a la derecha, después a la izquierda y cerré mis ojos. Pensaba como sería lindo si mi despertador nunca hubiera sonido. No tenía nada de ganas moverme. Las canciones de Pablo Alboran ya no me ayudaron nada y eso me da tristeza como él era mi amor de primera vista... Encuentrame una chica (no pido mucho, eh?), solamente una chica a quien no le gustaría que el señor este le despertara por las mañanas cantando Y Tú Y Tuuuuu Y solamente Tú! Esta mirada, ay Dios, me mata.

Pero esta mañana era diferente. No tanto por Pablito (aunque también un poquitín), sino que me faltaban las ganas... Mi despertador soñó otra vez y yo en mis mentes lo estaba maldeciendo. Como la cosa esta puede ser tan estúpida! Dios, yo ya estoy despierta, por favor. No hay que gritar tanto. Escondí mi cabeza como un avestruz en la tierra mía que era formada por los millones de almohadas y frazadas. El despertador nunca volvió a ladrar. La habitación se llenó de la paz y silencio. El reloj en la pared mostraba las 7 y era la hora de empezar el dilema de mi día. Lo empiezo mi día o me quedo en la cama para siempre...

Y sabes qué? No, no, no... No me quedé. Tardé unos veinte minutos en encontrar el camino de este laberinto que era mi cama y poner mis pies sobre una alfombra suave. Desde las cortinas uno se podía ver como los rayos del sol estaban enseñando a todo el mundo como bonitos y preparados para dar un poquitín de calor estaban. Las calles ya estaban llenos de coches con las personas de trajes y peatones con las mochilas de Dora Exploradora. 

Entre unos 30 minutos salí de la casa con una taza del te favorito que tenía aroma muy agradable de vainilla, el coco y la piña. Para las mañanas como esta no hay mejor manera para empezarla sino bebiendo una taza de piña colada caliente. Tomé mis gafas del sol, puse mi sonrisa y salí para ver que el destino tiene preparado para mi este día cuando tanto querría quedarme...