Inicio este nueva serie de publicaciones son una serie de propuestas que pienso aplicar en este año y que considero pueden ser de utilidad para cualquiera que quiera tener un buen año 2020. Se trata de una serie de tips que he recopilado de varios textos y autores, a partir de los cuales genero reflexiones que iré compartiendo con ustedes de manera diaria hasta completar un total de 31. Dicho lo anterior espero que alguno les sea de utilidad y comenzamos con el primero:

Los primeros días de cualquier año suelen ser días llenos de entusiasmo, de aires de renovación y de esperanza. Dejamos atrás un ciclo, en este caso un década, e iniciamos otros esperando sea mejor que el anterior.

Es por ello que hacemos los famosos propósitos de año nuevo, para lograr esa mejora que esperamos respecto al año que dejamos atrás. Ir al gimnasio, alimentarse mejor, ahorrar y muchos otros llenan las listas de propósitos de muchos de nosotros, y durante Enero prácticamente todo mundo se embarca en este viaje de superación personal.

Desafortunadamente el lograr estos cambios no es fácil, y no tienen que pasar muchos días para que empecemos a batallar con ellos, y a desistir.

¿Porqué lo hacemos? Pues porqué nos exigimos demasiado queriendo lograr todo rápido y sin esfuerzo, y el fallar nos pesa, nos molesta, nos evidencia en nuestras carencias y eso no nos gusta, así que nos evadimos, rindiéndonos.

Y además mientras más pronto nos rendimos, mejor, porque no sentimos que desperdiciamos mucho tiempo, y no en pocas ocasiones dinero, en algo que de todos modos no íbamos a lograr. Suena patético ¿no?

Sin embargo, ¿alguna vez te has puesto a analizar esta situación antes de desistir? ¿Podemos hacer algo para cambiar este resultado? Yo creo que sí y no es tan complicado, simplemente hay que hacer un alto y aplicar algo de sentido común.

He aquí algunos razonamientos, de muchos posibles, que te podrían ser de utilidad:

1.1.- Si nunca has hecho o dominado algo, muy probablemente no lo lograrás a la primera, es como esperar que un bebé camine perfectamente la primera vez que lo intenta, o que alguien conduzca perfectamente un vehículo simplemente leyendo el manual.

Las cosas requieren práctica y no salen a a primera, pero poco a poco y con paciencia se logran. Piensa en eso cuando falles, ya que es parte del proceso de lograr la meta que te hayas propuesto, y vuelve a empezar.

1.2.- Fallar es necesario. Uno no nace sabiendo, tiene que pasar por un proceso de aprendizaje, y el lenguaje universal del aprendizaje es el del "ensayo-error", que se traduce de manera sencilla en aprender de los errores.

Y la realidad es que mientras más errores cometes, más aprendes, hasta llegar un punto en que ya no puedes equivocarte más y logras la meta.

Ten esto presente, y cada vez que te equivoques, vuelve a empezar, que las probabilidades de fallar esta vez serán menores, y así sucesivamente hasta desaparecer.

1.3.- Ten paciencia contigo mismo. Tu meta o propósito no es parte de una competencia, ni es parte de un castigo, es algo que te llevará tiempo, y debes dártelo para poder lograrlo. Fíjate objetivos realistas y si no los logras, ajústalos y vuelve a empezar, vuelve a empezar las veces que haga falta.

1.4.- Disfruta el proceso y no te obsesiones con el resultado. Puede que no logres del todo la meta pero te quedes cerca, lo que de todos modos será un éxito si tomas en cuenta que antes estabas en ceros. Y si la logras que esta no se vuelva un destino final, sino una solo una escala, y sigue adelante. Vuelve a empezar y fíjate un reto mayor.

A final de cuentas la clave está en no rendirse y disfrutar la experiencia, y si tienes que empezar de nuevo hazlo, hazlo las veces que haga falta, y lo lograrás.

Si llegaste hasta acá muchas gracias por leer este publicación y dedicarme un momento de tu tiempo. Hasta la próxima y recuerda que se vale dejar comentarios.