Saludos #steemados amigos y amigas:

Mas de una vez me he preguntado ¿cual es nuestro sitio ideal? ¿donde queremos o donde debemos estar? Quizá este #cuento pueda ayudarnos a encontrar una respuesta o a sumar otra interrogante, no sabría decirlo con certeza.

El redentor de palomas

Por: Arturo Pérez Arteaga:.

Cada mañana me lo tropezaba en la esquina, siempre con la misma actitud, biblia en mano y condenando a diestra y siniestra el impenitente accionar de todo el que se le acercaba. 

“Todos son unos pecadores”, decía, “todos irán irremediablemente al infierno”, vociferaba una y otra vez y a pesar de que nunca lo vi tomando nada, siempre lo recuerdo sediento por su gritar y trajinar sin descanso.  

Un buen día simplemente no estaba, al principio no lo noté, pero más adelante extrañé sus gritos, imaginé que se había ido antes, porque llegar tarde, eso jamás, jamás se me habría ocurrido, no él, no con su forma de ser.   

Pasaron varios días más y ya no estaba, simplemente había desaparecido, quien siempre había sido como parte del paisaje, hasta me hacía falta que me reprochara mi vida de pecado. 

Al pasar un buen tiempo, no sabría decirles cuanto, caminaba yo por el parque algo distraído y tuve lo que pensé originalmente era una visión, allí estaba, sentado en una banca, con un pedazo de pan en la mano alimentando a las palomas. Enfoqué mejor mis ojos y efectivamente era él, no se trataba de una visión, sin dudarlo me le acerqué, me senté a su lado y le solté de golpe: 

  - ¿Qué pasó hermano?, pensé que te había pasado algo porque de repente dejé de verte en la esquina de siempre.  

Me miró algo extrañado, aunque podría jurar que me reconoció de inmediato, señaló a las palomas y me dijo: 

  - Ellas me escuchan aunque apenas les hablo, me siguen cuando me voy y podría jurar que el día que no me vean me irán a buscar de inmediato.  

APA:.

* La fotografía fue tomada por mí en el Centro Cívico de #Cabimas - Venezuela con un teléfono celular Lenovo.