En medio del caos y las conjeturas que daban vueltas en la cabeza de Thomas, que yacía paralizado en la entrada de la habitación, Kate siguió adelante hacia la cama de su hija, buscándola desesperadamente y teniendo mucho cuidado con el suelo, pues de la misma forma en la que el techo caía en estalactitas el suelo creaba depresiones que al ser pisados por ella, se hundían más y crujían, lo que le indicaba que el suelo podía ceder en cualquier momento.

Al cabo de unos minutos eternos intentando esquivar los obstáculos de la habitación logro divisar a Lucia, cuando de tanto calor que emanaba su cuerpo, la cama termino cediendo a ambos lados de ella, Kate no lo podía creer, su hija estaba envuelta en un halo de luz morado, sus manos no dejaban de desprender luz y parecía inconsciente, de sus ojos provenía también una haz de luz que era menguado por sus parpados, pero que se notaba el color morado que emanaba de ellos.

Kate tenía un plan de emergencia para cuando todo esto sucediera, sabía que era inevitable y si controlar a su hija llegase a ser un caso imposible, tenía un conjunto de inyecciones capaces de mantener a Lucia bajo control. Una de esas inyecciones la había agarrado antes de subir a la habitación y acto seguido le coloco en la pierna de su hija una mezcla que se obtenía del opio en una dosis lo suficientemente capaz de calmar el dolor que Lucia sentía y a su vez doparla, esa mezcla era conocida como morfina, pero no en dosis normales, eran dosis mucho mayores.

Pasado unos pocos minutos el calor que emanaba lucia descendió drásticamente, sus manos se fueron apagando paulatinamente y con ello también todas las tonalidades color morado de todo el cuarto, Thomas al fin lograba reaccionar de su estado de shock y fue corriendo hacia Kate con una linterna que recién había recogido de la estantería del cuarto siguiente al de Lucia.

-¿Esta bien?- pregunto con un tono quedo.

-Ella estará bien, yo tengo que ayudarla, esto la calmara por ahora – Dijo Kate con tristeza, Thomas pudo notar el pánico en su voz y como las manos le temblaban.

– Estamos juntos en esto Kate, perdona por nunca haberte creído antes, pero tienes que entender que esto es increible– Acto seguido Thomas cargo a Lucia en sus brazos y pregunto - ¿Qué hacemos ahora?-.

-Tengo que llamar a mi tío Ruper, necesito saber qué hacer en estos casos, mientras llévala al cuarto de huéspedes y saca las inyecciones de morfina que tengo en la nevera del cuarto, vamos a necesitar tenerla inconsciente hasta que sepamos que hacer, aunque si te soy sincera, no se cuanto dure el efecto ¡Esta atento si se vuelven a prender esas luces!-.