La Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1972 y la Comisión Mundial sobre el ambiente y desarrollo en 1987, declaran la urgencia de la toma de conciencia por la crisis planetaria, donde surge el término desarrollo sostenible o sustentable, definiéndolo como aquel capaz de satisfacer las necesidades actuales sin poner en peligro a las generaciones futuras, sobre dicha problemática de insostenibilidad en la conferencia de río en el 2012 se vuelven a encender las alarmas de la crisis socioambiental.

A pesar de ello en la actualidad los resultados no han sido los esperados, aunque se han realizado infinidad de investigaciones y promociones de alternativas agroecológicas. En la actualidad se sigue incrementado el consumismo, técnicas de producción agropecuarias como la mencionada en mi artículo anterior (cultivos transgénicos), además de plaguicidas con alta toxicidad; dejando la definición de sustentabilidad como un simple slogan en inmensidades de investigaciones y propuestas gubernamentales.

El impacto negativo de la actividad humana en los sectores industriales, agropecuarios e empresariales es irrefutable, actividades que se han incrementado por el aumento demográfico, trayendo consigo una crecida demanda y por ende mayor uso de materias primas, el aumento de productos usados acumulados en basureros, debido a la programación del fin de la vida útil de un producto, para que el consumidor en un tiempo corto deba comprar el mismo producto, además del uso indiscriminado de plaguicidas en el sector agropecuario sin tomar en cuenta alternativas y tecnologías que permitan que nuestro ecosistema se encuentre equilibrado.

Se necesita transformar la visión práctica de la ingeniería en cuanto a la soluciones de los problemas técnicos, que no se enfoquen solo en satisfacer el mercado, sino proponer una visión acorde a la realidades vividas, en la cual se incluyan las consecuencias a largo plazo de las soluciones técnicas propuestas.

Para ello es necesario reflexionar y promover la incorporación de la sostenibilidad en la formación y en el ejercicio profesional de los ingenieros, en busca de transformar la ingeniería tradicional en una ingeniería socialmente responsable, que se adapte a la dinámica de los sistemas sociales actuales, esto podríamos conseguirlo partiendo con la formación incluyendo en los contenidos de estudios profesionales materias relacionadas con sostenibilidad, además de integrar los actores de nuestra localidad como alumnos, docentes, egresados, asociaciones profesionales, asociaciones empresariales, investigadores y el estado como garante de la políticas públicas.

De esta forma se podría garantizar que los actores de una localidad llámese Universidad, Alcaldía, asociación de productores, Investigadores entre otros, transiten por un mismo camino, garantizando que las técnicas implementadas son estudiadas por un grupo multidisciplinario, lo cual contribuye en reconocer, identificar y caracterizar las prioridades de la localidad y aportar propuestas sostenibles en cada uno de los ámbitos de incumbencia, garantizando que los impactos ocasionados al ecosistema sean muy bajos.

Comunidad de steemit, es necesario trabajar para establecer las bases de transformación de la ingeniería en función de la simbiosis con el desarrollo sostenible, convocando a las universidades para que ejerzan su labor académica-social promoviendo valores de equidad, respeto y solidaridad. La ingeniería no puede continuar indiferente ante las devastadoras consecuencias provocadas por lo métodos de producción utilizados, basados en maximizar ganancias y subestimando la dimensión socioambiental.