Capítulo 37 | Alma sacrificada [Parte 2]

in #spanish6 years ago

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En lugar de sufrir un aneurisma por culpa de Andrew, respiré profundo, lancé el teléfono de regreso en la chaqueta y terminé de buscar lo que Naomi me había pedido que llevara. Pagué, subí las compras a la camioneta e hice una última parada antes de regresar a casa. Sabía que mi esposa amaba un café orgánico que vendían en una tienda en los límites de Memphis, así que para sorprenderla conduje hasta allí.

La tienda era bastante pequeña. El duelo vendía todo tipo de especies aromáticas, preparaba depurativos naturales y vendía en mejor café puro de todo el condado. De hecho, por medio de ese café me enamoré aún más de Naomi, ya que ella asistía a ese lugar a comprarlo una vez por semana, y tropecé más veces de las requeridas con ella en medio de alguno de los pasillos donde guardaban las especies en frasco de vidrio.
El dueño amplió sus ojos al verme arribar, seguido de una amplia sonrisa.
—Steven, tiempo sin verte —saludó de la misma manera cordial de siempre, cuando entraba agarrado de la mano de mi esposa—. ¿Cómo esta tu familia?
—Todo bien.
—¿Tú esposa y el bebé? —inquirió de nuevo al rodar el mostrador.
—Todos muy bien, gracias.
—Me alegra mucho.
El hombre sabía exacto lo que buscaba cuando asistía a su tienda, por lo que buscó una bolsa de plástico y vació medio kilogramo de café dentro de ella. Mientras mis ojos escaneaban cada centímetro del mostrador de madera y leía las etiquetas en las botellas. La mayoría de las botellas contenían hierbas dentro de líquidos oscuros o un poco más translúcidos, cada uno con una misión específica, bien fuera para aliviar un dolor de manera artesanal o ayudar al cuerpo a recibir un nuevo miembro.
Toqué una tabla de madera dividida por pequeños huecos de la misma madera, donde encajaba sus frascos de especies y condimentos. Sobre mi cabeza se alzaba un tubo horizontal, desde donde colgaban diversos tipos de hierbas secas o verdosas, que utilizaban para limpiar las casas. Por esos motivos, creí en un inicio que el hombre un esotérico o que vendía esa clase de cosas, pero lo suyo era contacto directo con la naturaleza, mas no invocaba espíritus o ahuyentaba demonios en las calles.
El hombre dobló la bolsa por la mitad y la anudó. Con una sonrisa la depositó en el área de entregas. Busqué en la billetera un par de billetes para cancelar y sujeté la pequeña bolsa con la mano izquierda, mientras acariciaba la fotografía que tenía enmarcada sobre el mostrador. En ella se veía a ocho miembros de su familia en un campo de béisbol, en uno de los juegos a los que su hijo mayor asistía.
—¿Te enteraste que mi hija volvió de Cleveland? —emitió al observar de la misma manera que yo hacía, ese pequeño cuadro familiar—. Busca trabajo.
Elevé la mirada y retiré los dedos de la fotografía. Conocía a varios miembros de su familia, al ser invitado por su hijo a uno de los juegos. Naomi era amiga de una de sus hijas —no de la que pedía trabajo—, pero sí de la mayor. Compartimos varias veces, hasta que Naomi prefirió quedarse en casa para cuidar al bebé. Por ser amiga de la familia, pensé en darle una oportunidad a una de las mujeres.
—Dile que me llame —articulé al cambiar la bolsa de mano—. Ahora no estoy en la oficina por el bebé, pero en una semana volveré. Que me llame y hablamos.
Extraje una de las tarjetas con los datos de la compañía y la coloqué en la mano extendida del hombre. Él la elevó contra la luz para leer lo escrito en la misma y extendió de inmediato su mano para ser estrechada.
—Gracias —concluyó.
—No te preocupes, para eso estamos. ¿Cómo esta tu esposa?
—En casa, cuidando de los nietos.
Solté un suspiro, seguido de una risa.
—No quiero imaginarme cuando llegue mi turno —emití entre risas.
—En un pestañeo, Steven, en un pestañeo.
Hice una señal con la mano izquierda y abandoné la tienda. Crucé de nuevo la ciudad de regreso y aparqué en la entrada de la casa. Tenía pensado comprar la cena en un restaurante del centro, y por esa razón no introduje la camioneta en el garaje. Bajé con todas las bolsas y Naomi me esperó en la entrada con la puerta abierta y el bebé en brazos. Me indicó que colocara todo en el mesón y entrara de inmediato.
—¿Trajiste todo? —preguntó al mecer al bebé.
—Sí. Necesité un camión, pero lo traje todo.
Revisó por encima cada una de las bolsas y me hizo una serie de preguntas sobre las cosas del bebé. Era la primera vez que salía al comprar algo sin ella, por lo que estaba un tanto desconfiada de las especificaciones que me había indicado. Al final, cuando observó que había cumplido su lista al pie de la letra, sonrió y se disculpó por ser tan maniática con todo lo que tuviese que ver con Dawson y su cuidado y protección.
—¿Lo cuidas mientras me doy un baño?
—Claro. —Ella lo colocó en mis brazos—. Ven con papá.
Lo mecí mientras sus ojos estaban puestos en estudiar mi rostro. Estaba muy pequeño como para llorar en brazos de un desconocido, pero suponía que ya me conocía, eso sin mencionar que hablé mucho cuando estaba en su vientre. Me encantaba colocar el oído sobre la panza de Naomi y cantarle mis canciones favoritas. Además de eso, conversaba y le leía algunos cuentos que amigos mutuos nos habían regalado.
Naomi reposó su mentón en mi hombro y soltó un suspiro. Lo vimos apretar mi pulgar, para luego bostezar y cerrar sus ojitos. Dawson era precioso, de una manera que no me cansaba de mirar. Me perdía en su rostro, en lo pequeño de sus manos, en los sonidos que hacía cuando dormía o lo frágil y suave de su piel. Él se movió un poco y sentí como su cuerpo se torcía entre mis brazos, como gelatina cruda.
Al final se quedó dormido, o permaneció con los ojos cerrados por más tiempo.
—Es muy hermoso —susurré al tocar su mejilla—. Tenemos un bebé hermoso.
—Hicimos un bebé hermoso —afirmó Naomi.
Moví muy lentamente mis brazos de lado a lado, meciendo su pequeño cuerpecito. Sabía que debía llevarlo a su cuna y arroparlo, pero no quería separarme de él. Sentí la mano derecha de Naomi en mi cabello, antes de bajarla hasta mi oído y acariciar la piel de mi cuello. Ella se recostó en mi espalda e hizo fricción de su mejilla con la mía.
—Traje tu café favorito.
—Y te amo por eso —consumó al besar mis labios—. Ya voy a bañarme.
Quitó las manos de mi cuerpo. Mientras ella se bañaba, me senté en el sofá de la sala y permanecí con Dawson en mis brazos por otro largo rato. A largo plazo tendía problemas con eso, pero mientras estuviese pequeño estaba exento de una obsesión con mis brazos. Recosté la espalda y crucé una pierna sobre la otra. Me estaba familiarizando con eso de cargar niños. Al principio me costaba muchísimo mantenerlo en mis brazos sin que se doblara como pastel endeble, pero con el paso de los días aprendí a cargarlo e incluso fui quien lo bañó la primera vez al regresar del hospital.
Me encantaba eso de ser padre; se volvió una especie de manía.
Iba a cambiarlo de brazo, cuando sentí el teléfono vibrar en mi bolsillo. Lo ignoré la primera vez, pero al tornarse insistente, extraje el trozo de metal y observé el nombre en la pantalla. Apreté el teléfono con un poco más de fuerza y uní mis dientes al templar la mandíbula. Lo que menos quería era hablar con esa persona, pero si no atendía me reventaría el teléfono de tantas llamadas; además, debía aprovechar que Naomi estaba en el baño y no escucharía lo que fuese que ella quería conmigo.
—¿Qué quieres, Skyler? —pregunté al atender.
—Necesito hablar contigo ahora mismo.
—Estoy en mi casa, con mi hijo. ¿No habíamos acordado que nos alejaríamos? ¿Ahora qué quieres, Skyler? No entiendo por qué me llamas ahora.
—¿Puedes venir a mi casa? —inquirió en voz baja, como si le costara emitir palabras en un tono más alto—. Te juro que es algo muy importante.
Mi carne siempre fue débil con Skyler, y la mera idea de tenerla tan cerca me habría hecho pecar como el resto de las veces. Estaba bien alejado de ella, pero Skyler regresaba como esas erupciones de las que no puedes escapar. Bajé la mirada al bebé y escuché el agua caer contra el suelo. No podía caer en tentación una vez más. Me había prometido no hacerlo, y aunque quebrar las promesas, esa no podía destruirla.
—Por favor, Steven —pulsó de nuevo.
—No prometo nada —pronuncié antes de colgar.
Lancé el teléfono contra el mueble y froté mis ojos. ¡Dios mío! ¿Qué iba hacer? Mi esposa se estaba bañando, mi hijo estaba en mis brazos y mi amante —porque eso era lo éramos, aunque me costaba admitirlo—, me había llamado para reunirse conmigo en su casa, teniendo en cuenta que eso no sería una visita amigable o social. Me pregunté de nuevo qué podía hacer en un momento como ese, pero al final decidí lo mejor.
Esperé que Naomi saliera del baño, para decirle que me habían llamado de emergencia de la compañía para que resolviera un problema con un jinete. Ella me besó en los labios y ajustó el cuello de mi camisa, antes de acompañarme a la salida y despedirme con un leve movimiento de manos y una sonrisa. Me sentía basura por hacerle eso, pero no sabía por qué razón Skyler me llamaba.
Al llegar a su puerta, toqué el timbre y esperé que ella saliera. Skyler abrió la puerta y emitió una sonrisa forzada. La miré de arriba abajo, y noté que llevaba puesto un vestido largo hasta el suelo, su cabello estaba recogido en una trenza y sus pies seguían cubiertos por unas pantuflas que el mismo Ezra le obsequió al regresar de viaje.
—Viniste —masculló antes de abrir la puerta por completo—. Pasa.
—¿Qué es eso tan importante que tienes que decirme?
Skyler cerró la puerta y caminó hasta la sala. Giró y planchó el vestido, antes de hundir un poco los hombros y mirar hacia la cocina.
—¿Quieres café?
—Lo único que quiero es que me digas qué quieres tú.
Ella alzó su brazo y tiró de una de las solapas de mi chaqueta. Me acercó de un tirón y plantó un beso en mis labios. La intromisión extrajo el oxígeno de mis pulmones e hizo que mis pies se tambalearan. Skyler cerró sus ojos, mientras lo míos seguían abiertos. Por primera vez no me dejé arrastrar por ese deseo que siempre despertó en mi ser; estaba consciente de que lo que hacíamos era incorrecto, lo que me impulsó a separarla de mi cuerpo al colocar mis manos en sus hombros y empujarla.
—¿Qué diablos haces?
—Te necesito —murmuró al unir sus labios.
—¡Basta de jugar con todos los que te rodean! Ya hicimos suficiente daño.
—Solo un beso, Ste. —Ella intentó acercarse, pero mis brazos siguieron separándola de mi cuerpo—. ¿Por qué me haces esto? Te amo, siempre te he amado.
Con las palabras de ese prohibido amor que profesaba, me dejé llevar solo por unos instantes, en los que correspondí ese gélido beso. Cuando la realidad sobre mi hijo, mi esposa y mi mejor amigo de nuevo impactó mi mente, me separé de ella. No era justo lo que hacíamos, y justo ahí lo entendí, cuando lo que habíamos hecho no tenía vuelta atrás. Éramos unas escorias humanas, pero era tiempo de acabar con todo.
—Skyler, para —demandé al empujarla con más fuerza—. Ya basta.
—Esta bien. —Bajó el rostro y soltó un suspiro—. Perdóname. Lo lamento.
—¿Tienes licor?
—Ezra guarda una botella whisky. Ya te busco un poco.
Ella caminó hasta la despensa y vació el whisky en uno de los vasos de cristal. Me indicó que me sentara antes de entregarme el licor. Skyler se sentó a mi lado, con las manos sobre sus muslos. Ingerí un poco de alcohol y tragué todo ese malestar que circulaba por mi boca como veneno. Era la primera vez que estábamos sentados uno tan cerca del otro y no tenía intenciones de acostarme con ella como meses atrás.
—Y bueno, ¿por qué estoy aquí?
—Tengo algo muy importante que decirte, pero no sé cómo hacerlo. —Miró sus manos y regresó la mirada a mí—. Es algo delicado y que tambaleará por completo lo que teníamos planeado. Solo quiero que sepas que no fue intencional lo que sucedió.
Ella se levantó y buscó un sobre. Caminó de regreso y, con renuencia, lo colocó en mis manos. No entendía que sucedía, y ella tampoco comentó nada al respecto. Una vez que se sentó de nuevo a mi lado, me dijo que lo abriera. El sobre no tenía nada timbrado, y dentro del mismo reposaba un papel tamaño carta. Lo extraje y destapé las tres tapas, mientras mis ojos se fueron de inmediato al membrete del laboratorio.
—¿Qué es? —pregunté al elevar la mirada.
Skyler despegó sus labios, pero no tuvo fuerzas para decirme ella misma qué demonios escondía el sobre. Cuando bajé de nuevo la mirada, leí el nombre de la persona que se había practicado el examen y el grave resultado del mismo. Tragué la saliva en mi boca al elevar la mirada y observar las lágrimas en los ojos de ella.
—Estoy embarazada —pronunció llorosa—. Estoy esperando un hijo tuyo.

Sort:  

¡LPM! ¡¿Qué?!

¡La mato! ¡Esa perra desgraciada no puede estar haciendo esto!
"Sólo quiero que sepas que no fue intencional..." ¡y una mierda! ¡Claro que lo fue!

¡La fruta madre! 😡😡😡😡😡😡 Sólo espero que Ezra sepa de su infidelidad antes de enterarse del embarazo o todo lo que mi cabecita imagina se irá por el desagüe.

¡La odio, la odio, la odio!

¡Qué arda el mundo! ¡Skyler lo merece!
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Lo que va a arder será Skyperra en la hoguera que ya le estoy preparando, pero primero me voy a divertir con mi cuchillito 😡😡😡😡😡

NOOOOO MIERDA NO PUEDE SER NOOO; Maldita Zorra desgraciada no puede ser tan perra en la vida ahora fijo es que si el imbécil de Steven la rechaza fijo se lo va a endosar a nuestro Ezra; No es justo maldita desgraciada ojala se muera rápido la odiooooooooo.

Solo espero que Ezra hable antes de llegar nuevamente a su casa con la hermana y no se deje engañar....

Definitivamente cada día deseo que ella se muera y que sea de una forma muy cruel Desgraciada.

Yulitza... Inhala, exhala, inhala, exhala.

ESA JODIDA PERRA SEGURO ESTÁ MÁS QUE FELIZ, ¿NO? ES UNA DESGRACIADA. Aime, amor de mis amores... ¿Por qué un mocoso de semejantes engendros? ¿Por qué ella si puede tener un jodido hijo con quien ama y Andrea no?

Sin dudas ese final no me lo esperaba joder, yo voy leyendo tranquila y esperando el momento en donde Ezra entraba a su casa y los veía en el sofá teniendo sexo desenfrenado y justo allí explotaba la bomba. Iba a ser el momento más feliz de mi vida, porque al fin se les iba a caer la careta de HIPÓCRITAS que llevan grabado en la frente. Iba a disfrutar de la humillación de Skyperra y del motolito, cara de bobo de Steven. Pero viene Aime e incluye un mocoso de ese par de basura (aclaro, sé que el niño no tiene la culpa, pero igual no te deseaba. Y no, no lo siento) es injusto, de verdad muy injusto, esa estúpida matará todo lo que quedaba de mi Ezra. Y si, sabemos que él ama a Andrea, pero igual respeta tanto a su mujer a pesar de que hay un abismo entre ellos. Esto es grave, muy grave... Por mí que Steven y Skyler se vayan a la mismísima caca (sabes que esta última palabra no era la que precisamente quería decir).

Si ellos tienen la oportunidad de un engendro, ¿por qué Andrea no puede tener un bebé? Al menos ese es esperado por todas nosotras con amor y devoción.

No que va Aime, me está dando algo te lo juro. Es que no lo puedo entender o creer, no sé de pana como reaccionar. Quiero quemar el tlf y unir a Andrea a Ezra de una vez y decirles "par de pendejos, ámense como nunca. Ya déjense de bobadas, a Ezra le pusieron los cuernos del tamaño del everest y Andrea tiene doce putos años siendo manipulada, ¡por Diooooos! Reaccionen de una vez y no se cohiban más. Tengan sexo duro, lleno de amor, pasión y entrega. Que les valga madres el mundo entero joder."

Quiero un mini Ezra Aime, quiero un jodido milagro para presumirlo a la cara de esos estúpidos. Quiero un mini Ezra que provenga del vientre de Andrea, he dicho.

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@rossnieto, inhala, exhala. ¿No quieres agua con azúcar? Mujer, te va a dar algo. Debes estar pálida, fría y hasta perturbada.

No lo supero, ha pasado ya casi una hr y sigo enojada. Aime, ¿qué clase de brujería haces para jugar así con mis emociones?

Naaa....es una malparida!!!! No era que no queria hijos? Un nuevo engaño para Ezra? Lo va a hacer pasar por hijo de él o va a decir la verdad? Justo cuando el estaba casi decidido a terminar con ella!!!! Es too much Aime...

es en serio?????.... no es posible que ahora si quiera un hijo!!.... y cuantas veces Ezra le pedia uno,. como ahota pierde a Steve justo ahora esta embarazada raro no!!...
Ezra no merece estp en verdad no lo merece....

Genial Steven no solo eres un infiel de casi una decada, nooo también eres un estúpido que no pudo cuidarse, dijiste ya que la voy a cargar la cagaré bien y con provecho, voy a dejar embarazada a mi amante.

Y Skyler no dijiste que no querías hijos entonces mamacita por qué no te cuidaste, ahora solo falta que te pongas chula y le pidas al tonto este que se haga cargo del niño o se lo enjaretas a Nicholas, mujer eres de lo peor con tu cara de no era mi intención!!!!!

Buenooooo ahora si se monto la gata a la batea.!! no creo que Skyler le endose el hijo a Ezra estando tan enamorada de steven.!!! Aimeeeeee pon a tambalear el mundo de esos traidores que bastante daño y han hecho.!!!

Odio a Skyler por rastrera lastimara a las personas a su alrededor uuhh pero como dibe todo cae por su propio peso y asi sera cada uno pagara por sus actos malditos.

Listo definitivamente debe MORIR es una perra.... pobre, las perras son mejores que ella!!!

😲😲😲😲es una real infelizzzzz

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