Yo vendo fantasmas | Relato

No es fácil para mi empezar este cuento tan extraño. Quizá lo primero que debo aclarar es que de ninguna manera soy traficante, y que mi profesión es tan antigua como la humanidad. Esta llena de tradiciones y honor que no esperó que comprendas. Sólo quiero que alguien mas que yo conozca esta extraña trata con ojos más buenos que los que han juzgado mi oficio por milenios.

Yo, Rami, a mis 27 años, soy un profesional en la venta de fantasmas. Mi oficio es complicado, y no todos comprenden la importancia de tener un alma inmortal a nuestro lado, pero los que conocen el verdadero poder, pagan muy bien por ellos. La verdad es que todos luego de vivir, pasamos a un plano intangible. Que es donde personas como yo entramos a la mesa: Somos recursos humanos del más allá, por decirlo así. Una especie de reclutador deportivo del inframundo, una persona con el talento especial para ver conexión entre dos almas, una aún adherida a un cuerpo, y otra vagando sin pies por la tierra.

No es un trabajo fácil, requiere ojos completamente negros para poder ver a través de la tela del universo y encontrar al fantasma correcto. También necesitamos paciencia infinita para escuchar sus historias, y piel muy blanca para no asustar con nuestra vida a los que ya no están con nosotros. También el talento de ponernos en sus flotantes zapatos, pudiendo levitar para hacerlos sentir más cómodos con su estado incorpóreo. Para los fantasmas tampoco es sencillo aceptar su realidad: el no estar en la tierra representa un reto para ellos, y muchos no aceptan que sus cuerpos están a 3 metros bajo tierra hasta que ven sus lápidas.

Para eso estamos nosotros allí, para demostrarles que más allá de sus cadáveres, sus almas inmortales tienen una utilidad en esta tierra. Que no es el fin de su ruta y que eso de la vida eterna no es algo tan terrible como muchos creen. También vivimos para consolarlos por la mentira que sus respectivas religiones les han hecho creer. Es en este punto, donde nuestra especialidad es notable: cambiamos el shock del trauma hacia un deseo de utilidad que los lleva a aceptar firmas nuestras pólizas de trabajo.

Como toda agencia de trabajo, cobramos una pequeña cuota, tanto para los.vivos, como para los que ya no están. Y mientras caminamos por el mundo, buscamos a la pareja ideal para cada uno de nuestros clientes y a veces, incluso nuestros empleados. Queremos encontrar esa pareja perfecta, que tengan el balance casi entre ambos lados de la moneda de la vida.

Que sean opuestos que se puedan brindar el apoyo que necesitan mutuamente, y que esto garantice que ellos puedan percibir lo que desean del trato. Fama, fortuna, amor, inteligencia, reconocimiento, todas ellas son monedas de mi oficio, que felizmente cambio y ajusto por mejores oportunidades de trabajo para cada una de las almas a mi cargo. Como ves, un trato conmigo y mis fantasmas, es lo que necesitas para lograr tus objetivos. Y te puedo asegurar que verás los resultados funcionar de forma maravillosa, sin ninguna letra pequeña o trato demoníaco. Soy el agente inmobiliario de los deseos del inframundo.

Pero antes que todo, debo decir la parte más importante de mi relato: este cuento no será sobre mi profesión. Será sobre el hecho de que hoy he decidido hablar públicamente de un hecho que me atormenta, y que se que traerá terribles consecuencias para todos los involucrados: he decidido romper con la regla cardinal que rige mi trabajo, y por esta razón, mi historia terminará justo en el momento en el que decida contarla.

Hoy, querido lector, he dado un paso hacia mi propia muerte. Pero debo dejarte. Acabo de ver un potencial cliente para el cual tengo el fantasma ideal. Como ves, mi trabajo no para, siempre está activo. Después de todo, siempre muere alguien. Esto hace que tenga trabajo seguro siempre. Al menos, hasta que ellos decidan qué he hablado demasiado. ¡Nos leemos!

Fuente: Pexels

¿Quieres conocer mas de la historia de Rami? ¡Entonces atento al blog!

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-A.