Rítmica para escritores (Contenidos de calidad. Segunda Serie. Parte 2)

in #spanish6 years ago

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Estimada gente de Steemit, hace ya demasiados días y virus de por medio publiqué la Primera Parte de la Segunda Serie sobre la escritura de contenidos de calidad. Tuve el agrado de recibir comentarios de algunos lectores que arrojaron inquietudes e ideas muy interesantes (una fortuna, considerando lo difícil que es a veces dar con las temas apropiados para escribir).

En este sentido, quiero expresar mi agradecimiento a @atrdigital0607, @zenkly, @johamusa, @francisaponte25, @bertrayo, @siomarasalmeron, @spavan697, @marlyncabrera y @sandracabrera, quienes con su interés, interpretaciones y sugerencias se hicieron copartícipes de la concepción de esta Segunda Parte.


En mi post anterior, hacía la salvedad de que no había que excluir la noción de ritmo de entre las prioridades de la composición de los textos. De hecho, me gustaría partir acá de la enunciación llana de lo que me parece un principio fundamental: Hay que poner el oído en la escritura. Se dice fácilmente, pero la verdad es que entramos cual forasteros en un territorio vasto. Orientarse en él requiere trabajo, tiempo y paciencia. E ir dando un paso a la vez.

Bien, ¿cómo?

En primer lugar, aceptando que las equivocaciones son parte del paisaje, luego, buscando guías expertos. Escuchemos, pues, las lecciones de los maestros.


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Lección de Rubén Darío: en el texto, la forma es contenido. Pero tal vez esta formulación luzca demasiado abstracta. Así que dejemos que el poeta le ponga música:

Yo persigo una forma
Yo persigo una forma que no encuentra mi estilo,
botón de pensamiento que busca ser la rosa;
se anuncia con un beso que en mis labios se posa
el abrazo imposible de la Venus de Milo.

Adornan verdes palmas el blanco peristilo;
los astros me han predicho la visión de la Diosa;
y en mi alma reposa la luz como reposa
el ave de la luna sobre un lago tranquilo.

Y no hallo sino la palabra que huye,
la iniciación melódica que de la flauta fluye
y la barca del sueño que en el espacio boga;

y bajo la ventana de mi Bella-Durmiente,
el sollozo continuo del chorro de la fuente
y el cuello del gran cisne blanco que me interroga.

Sin duda, si se busca un experto en música hablada, debemos atender a Rubén Darío. Pero, ¿qué dice el hablante de su poema?

Trata del poeta que busca la forma que le permita a su idea ser. No obstante, las palabras huyen: no hay forma sonora que contenga los conceptos. Es la paradoja representada en el abrazo de la Venus de Milo, una venus sin brazos. Indirectamente, la expresión poética mutilada.

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El genio del poeta no basta. Su búsqueda no es solo sensible, es un camino minado por una imposibilidad real. Las palabras huyen y la poesía interroga su imposibilidad.
El hablante del poema de Darío está instalado en la paradoja del “disco de Odín”, la moneda de una sola cara, ese objeto imposible creado por Jorge Luis Borges. La idea poética sin forma es una moneda hecha de anverso puro: una imposibilidad de existencia.


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Podríamos recrearnos en esa imagen hasta el infinito y más allá, pero es necesario volver a tocar tierra.

El poema de Darío nos eleva en su trascendencia reflexiva pero también nos da lecciones prácticas. Dar forma a un texto implica buscar la configuración, la disposición de su materia semántica, la figuratividad de su idea. Esto significa realizar el trabajo en los niveles fónico y morfosintáctico del texto; es decir, trabajar la manera en que nuestro texto suena, cómo se disponen sus partes y cómo esas partes se relacionan entre sí.

Para entender las dimensiones del trabajo que el escritor emprende desde esta perspectiva, tal vez convenga situarnos en los niveles estructurales de un texto (procéderemos acá con laxitud terminológica, nos interesa comunicarnos desde un lenguaje más corriente): en un texto en prosa, las palabras se relacionan entre sí formando oraciones simples o complejas; esas oraciones se relacionan entre sí formando párrafos, y los párrafos se relacionan entre sí formando el texto. En un texto poético, las palabras se relacionan formando versos, los versos forman estrofas y las estrofas conforman el poema.

A pesar de los paralelismos estructurales que acabamos de establecer, tendremos siempre en observación el hecho de que en la poesía existe una cierta tendencia a la agramaticalidad, a la violación consciente de la norma y que ambos géneros, cada uno a su manera, explota las relaciones lógicas atendiendo a sus prerrogativas particulares. Sin embargo, para ambos es muy conveniente, y no solo para la poesía, trabajar cuidadosamente las unidades que, con su capacidad para moldear la materia semántica, organizan la sucesión, periodicidad y proporcionalidad de distribución del contenido del texto.

Cuando nos referimos a las unidades capaces de intervenir en la forma del texto, hablamos de aquellos elementos que trabajan directamente en la sonoridad, velocidad, expresividad, así como a aquellos que ponen en relación a las unidades textuales de los diferentes niveles estructurales del texto. Dicho de un modo más simple y más práctico: el trabajo sobre la forma del texto debe cuidar la elección de las palabras y la relación entre estas palabras a través de la puntuación, atendiendo diligentemente no solo a su corrección gramatical, sino también a la belleza de su cadencia. Vigilar la regularidad de la distribución de los acentos y las pausas, si se trata de un texto poético y de la progresión de los temas en la prosa. Cuidar amorosamente de la yuxtaposición de nuestros enunciados y de la alternancia armónica de la variedad y extensión de las estructuras sintácticas que los contienen. Evaluar la distribución de la información contenida en nuestros párrafos y si se establece la debida tensión en el avance de esa información cuando trabajamos un exto informativo o un ensayo.

Sí, ha leído bien. Hemos hablado de la tensión refiriéndonos a un texto conceptual. Es una de las aventuras en las que el trabajo de la forma nos compromete: La proposición de una teoría puede ser un viaje por la pasión que sostiene nuestro afán de comprenderla. La exposición de un tema puede ser un tránsito por la elegancia de una deducción lógica. Una idea puede ser cautivadora. Puede ser emocionante. Puede ser sexi.
Es una lección dejada por Jorge Luis Borges: se puede narrar una teoría.

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Y también, como nos enseña Darío, un poema puede hacernos entender el alma de la poesía que mora en la prosa. Su crisol musical.

Lejos estamos aún del final. Esta historia continuará.

Nos vemos en el próximo post.

Sort:  

Mi palabra para este post es fluidez. Qué lectura tan natural acabo de hacer; hasta extaciante. Felicidades por este trabajo y, el poema como anillo al dedo.

Gracias, @franciscomarval. Rubén Darío es un maestro del ritmo y de él se puede aprender mucho, pues, además, tenía un espíritu pedagógico natural. Me aalegra que te haya gustado.

Wao soy de las personas buscando esa armonía faltante en los textos, de como poder expresar sin dejar a un lado la coherencia y la poesia de nuestras palabras, soy aqui entonces alumna admirando tan buena guía, nos sirve un montón.

Gracias, @lizbetcontreras, es fundamntal entender ese aspecto: la poeticidad no está reñida con la coherencia; pero sí hay que entender que la coherencia responde a diversas particularidades de los textos. Es una alegría que te haya sido útil. Lo aprecio mucho.

Excelente @adncabrera, que manera tan didáctica y pedagógica de explicar la sonoridad en los textos. Es un ritmo, una armonía que el escribiente debe encontrar y eso puede incurrir, a veces, en romper la norma.

Estimada @marcybetancourt. Acabas de tocar un aspecto particularmente interesante (y sensible) de la composición: la agramaticalidad. El arte en general evoluciona a través de la violación de las convenciones y, sin embargo, no vive sino a través de las convenciones. Bello dilema. Excelente idea para un post ¿de cine? :)

Buenas tardes @adncabrera
Excelente; disfruto leyendo sus artículos, profesora.
Saludos.

Estimadísimo @don.quijote, estuve toda la tarde dándole vueltas a la manera más elegante de demostrar mi aprecio a su comentario. He descubierto a esta hora que lo que quiero expresar encuentra su forma en las más sencillas palabras de agradecimiento. Siempre es un asombro que alguien diga que disfruta lo que escribo; siempre es un encanto que me llamen profesora.
Intentaremos seguir mejorando.
Gracias por su apoyo.

Excelente trabajo estás haciendo con estos post, @adncabrera. Te felicito.

Gracias, @josemalavem. Viniendo de ti, esa estimación tiene un valor inmenso para mí, que debo a tu amorosa labor docente aspectos fundamentales de mi formación.

¡Válgame! pero que interesante. Quisiera memorizarme cada uno de los párrafos e irles sacando provecho poco a poco.

¡Saludos! y nos vemos en el próximo post

Qué alegría, @mokamisschievous, que te haya parecido interesante y útil. Ese incentivo es un compromiso.

Mis saludos matutinos! Gracias por completarme las noches con lecturas pertinentes! Te abrazo! Compartiré tu publicación para aumentar su visibilidad. @adncabrera

Gracias por compartir mi post, querido @wilins. Lo aprecio muchísimo.

@adncabrera. Esto está escrito con todas las virtudes una buena obra musical: con todas su tensiones y resoluciones en los lugares precisos. De nuevo, una buena explicación que contiene sus mismos ejemplos no sólo en los nombrados, sino en la propia forma del texto. Una lectura muy buena-y unos consejos mucho mejores.

Estimado @bertrayo, valoro enormemente tu comentario. Siempre hay un sustico por ahí, cuando uno publica y piensa que, después de todo, la cosa no salió tan acoplada. Los músicos son, para mí, jueces apreciados. Gracias por comentar.

Me gusto buen post, ya empiezo a seguir...
Por aqui mi new post:
Sin otro sentido, hoy comienza el día.

Gracias, @mpfiguera. Nos leeremos.

Gracias por la mención @adncabrera, siempre es bueno leerte.

Lo mismo digo, @sandracabrera. Cuida ese ancho de banda para que no extrañemos tus comentarios.

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