Este cuento rescata uno de los sentidos icónicos del personaje del pirata: ser libre. Vivir según tu propia ley. Hay, además, el trabajo de un aspecto que me parece muy original, convertir la piratería en un motivo de fábula. Es decir, el relato tiene una acotación final:

Él soñaba ser libre, soñaba decidir, hacer lo que quisiera, cuando quisiera y como lo quisiera. Sin cadenas. Y lo cierto es que a soñar nadie podía decirle que no.

Esta acotación no pretende ser una enseñanza moral, como en la fábula tradicional, pero cumple función parecida, pues acota la interpretación: un signo original de los tiempos modernos; en lugar de normar cómo deberíamos vivir (ése es el sentido moral y pedagógico de la fábula), tu texto propone la libertad de la norma; construir nuestra propia ley. Sin dejar de ver las dificultades que estos sueños y decisiones implican.
Es un buen cuento, simpático y con un estilo muy ágil.
Me gustó mucho y no dudaría, aunque el cuento me parece pensado para un público de cualquier edad, en darlo a lectores muy jóvenes.
Si te hiciera una sugerencia respetuosa de lector, que me parece que mejoraría tu texto, sería que sustituyeras algunas comas por otros signos de puntuación más apropiados.
Gracias por compartirlo.